Annette es una joven que ha sufrido mucho, no solo había perdido a sus padres y su hermana pequeña en un accidente de coche sino que además debía empezar de nuevo en un lugar desconocido para ella. Forks.
Tendría que irse a vivir con su tía Charlot...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las dos semanas pasaron rápido, casi tanto, como los momentos de sol en Forks o como un fin de semana, antes de darse cuenta ya tenían que empezar el instituto. Annette no paraba de andar de un lugar a otro nerviosa, Evelyn solo la miraba con una ceja alzada.
Lo tenían todo listo para el primer día de clases, hasta el transporte. Un coche pequeño, de segunda mano, aunque a Annette no le transmitía seguridad, Evelyn estaba encantada. Cualquier cosa era buena para desplazarse menos a pie y eso que Forks era un pueblo pequeño que podían recorrer andando de punta a punta. Pero con el nivel de humedad que tenía aquel pueblo, debían salir con paraguas siempre, sí o sí. Tener un coche se convertía en una necesidad.
Y es que ambas hermanas tenían sentimientos contrarios. Evelyn se sentía indiferente ante la idea del primer día de instituto. Sospechaba, que el primer día sería como llevaba siendo toda la semana, que iba a ser un aburrimiento total. A fin de cuentas, Forks era un pueblo pequeño sin anda interesante que hacer. Annette, por otro lado, estaba feliz. El lugar era hermoso, lleno de paisajes listos para ser dibujados y aunque la idea de empezar en un nuevo instituto la ponía nerviosa, sabía que no era para tanto. ¿Qué era lo peor que podía pasar en un pueblo pequeño?
Annette se levantó la primera, una de las muchas pesadillas que tenía no la dejaba dormir. Aprovechó ser la primera en levantarse para darse una ducha de agua caliente, vestirse y bajar a la cocina para desayunar. El ruido del agua al caer, despertó a Evelyn, está gruñó y hundió su cara en la almohada, pero se levantó. Tampoco quería empezar en el instituto con mal pie.
Cuando Annette bajó, Charlotte ya estaba vestida en la cocina había preparado café de sobra para ambas chicas.
-Buenos días Charlotte. Gracias por el café -dijo Anne mientras se servía una taza y lo mezclaba con leche.
-Buenos días Anne. No hay que darlas. Has madrugado mucho hoy. ¿Los nervios del primer día?
-Si... -no creía necesario decirle que en realidad llevaba meses teniendo pesadillas horribles.
-Tranquila, verás como no es para tanto. La gente de aquí es muy agradable. -Anne sonrió como respuesta - Bueno yo debo irme, tengo turno de mañana. Os iré informando de mis turnos, lo dejaré en la nevera.
Charlotte no sabía cómo despedirse de ella así que sonrió.
-Id con cuidado.
-Adiós -dijo Anne agitando su mano.
En cuanto Charlotte se fue Anne suspiró y desayuno tranquilamente mientras escribía mensajes a Liam y Maggie, su amiga le mandaba foto de todo. Sabía perfectamente que había comido y cenado en esas dos semanas.
Cuando su hermana bajó a desayunar, ella estaba en la entrada dibujando un escarabajo que había en la puerta. El animal andaba tan despacio que le daba tiempo a sacar el papel y el lápiz. Siempre practicaba con dibujos sencillos, pero en esa ocasión el resultado no la convenció. Agarró el papel y lo arrugó haciendo una bola que se metió en el bolsillo.
