Por Ti [Yoonnie]

¿Puedo confiar en ti?

Normalmente Yoongi desechaba todo lo que le parecía innecesario. Los regalos que le daba su familia por su cumpleaños, los guardaba en el almacén sin abrirlos, y cuando se rebalsaban los botaba a la basura sin ningún tipo de remordimiento. No quería obsequios tratando de comprar su afecto por él, sus padres solo cumplían en darle dinero y su hermano se burlaba mandándole regalos carísimos, todo lo que recordaba a la maldita Francia.

Pero esta vez era diferente. Una simple hoja, arrancada de un cuaderno barato, contenían un mensaje que le llenaba el vacío que había sentido todos estos años. Yoongi releía, desde que regresó a casa, la nota escrita por Jennie. Con una sonrisa boba, pasó sus largos dedos por la escritura. Nunca nadie se había tomado la molestia de escribirle algo a mano, aunque no sea un regalo, esa nota la mantendría con él siempre.

La puerta de su habitación sonó, pero Yoongi no pareció prestarle atención y continuó leyendo la nota. El sonido insistió, así que se tuvo que parar para abrirla.

Su molestia apareció cuando vio de quien se trataba.

—Qué haces aquí.

—¿Así saludas a tu hermano?

—No me vengas a fastidiar el día. Qué quieres, Nam.

—Solo vengo a recordarte que mañana habrá una cena en la que te conviene estar.

—No me importan sus cenas. Eres tú él único que importa allí, serás el heredero legítimo, ¿no?

NamJoon sonrió de lado.

—Me alegra que lo tengas en cuenta, hermanito, pero no era por esa razón por la que debes estar allí. Es el cumpleaños de mi pequeño Beomgyu, y él querrá ver a su adorado "tío".

—Utilizas a tu hijo para burlarte de mí ¿no es así?

—El mundo no gira en torno a ti, hermanito.

—Deja de llamarme así, no tienes que fingir ser el hermano perfecto. Papá no está cerca.

NamJoon solo lo miró largamente.

—Te espero mañana. No faltes, o Gyu se pondrá triste.

—Vete a la mierda.

Yoongi le cerró la puerta en la cara. Odiaba a NamJoon porque siempre se salía con la suya. Luego de lo que le hizo hace tres años... ¿Cómo podía volver a confiar en él?

Observó la nota de Jennie en su cama.

—Si ni siquiera puedo confiar en mi familia, ¿Puedo confiar en ti?