Lidiando con una boda

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Jennie sentía que iba a desplomarse en cualquier momento. Había tantos preparativos que hacer, y todo para dos meses antes de su boda, ya ni siquiera podía tener un tiempo para sí misma.

Luego de su graduación, Yoongi le volvió a proponer matrimonio en un bonito lugar cerca del puerto, por supuesto que Jennie reafirmó su compromiso, pero solo días después, las organizadoras de bodas abordaron su casa para mandar a hacer el vestido, luego vinieron un grupo de decoradores con un enorme libro de diseños de interiores.

Afortunadamente no tuvo que preocuparse por la torta ni el buffet, porque Soekjin muy gentilmente le dijo que él se ocuparía de eso, que, dicho sea de paso, era su regalo de bodas.

Pero todo esto le estresaba, si, era el día más feliz para ella y Yoongi, pero Jennie creció en una pequeña ciudad de Corea, preferiría los lugares tranquilos y solo con sus amigos más cercanos.

Nadar siempre la sacaba del estrés y era un buen lugar para pensar, así que se dirigió al club del cual NamJoon era socio y también Yoongi, por lo que su entrada ahí era prácticamente gratis, a excepción de las vestimentas, porque Jennie llevaba su propia indumentaria para nadar.

No supo cuántas brazadas había dado, pero ahora ya se encontraba algo exhausta.

—Tus pulmones van a reventar si sigues así. ¿De verdad eres una campeona?

Jennie salió a la superficie y se quitó los lentes acuáticos. Su cabeza se inclinó hacia un lado ante la persona que tenía sentada en una de las banquetas.

—¿JungKook?

—No. Tu amigo con derecho – se burló.

Jennie sacó su cuerpo del agua y su amigo le lanzó la toalla.

—¿Qué haces aquí?

—Lisa me dio una membresía a este club, pero en realidad vine porque sabía que estabas aquí. Esa gente te está hostigando ¿no es así?

Jennie se sentó a su lado y suspiró. JungKook le hizo un espacio y colocó la cabeza de su amiga en su regazo.

—Yo entiendo la emoción de Yoongi porque tenga una boda mágica, sé que solo quiere verme feliz, pero no quiero llegar al día de mi boda con una crisis mental. No soy una princesa, Kook, no quiero una boda perfecta.

—Díselo entonces.

—Él está ocupado lidiando con la empresa de su padre. Estoy segura que si voy a hablarle algo respecto a la boda, se preocupara y hablará con las organizadoras directamente, y no quiero lidiar con esas viejas quisquillosas.

Su amigo rió.

—Tienes razón. En mi caso, creo que cuando me case con Lisa seré yo quien ahuyente a esas viejas por acaparar a mi novia. Sé que Lisa es amable y no le dirá nada, pero yo seré el novio que esté ahí para cuidarla. Y estoy seguro que Yoongi haría lo mismo por ti.

—Mnh.

—Oye, no te desanimes. ¡Tienes 24 años, maldición! Deja de preocuparte tanto por una boda, es TU boda, no tienes que complacer a los invitados que ni siquiera conoces, viejas estiradas que critican hasta el color de tu esmalte de uñas.

—¿Qué debería hacer?

—Uhm... cuando yo me siento en crisis, normalmente voy al karaoke o a la discoteca a votar un poco de calorías extras, por último, nadar.

—Coincido, solo que en vez de discoteca iría a comer en un puesto ambulatorio.

—¿Vamos?

—¿Eh?

—Vamos a recordar viejos tiempos. Olvidémonos de todo por un momento, imaginemos que estamos solteros y vayamos a divertirnos como amigos. ¡El dúo JenKook va a arrasar en el karaoke!

Jennie se dejó arrastrar por su amigo a cada lugar al que iban cuando estaban en la universidad. Obtuvieron las máximas puntuaciones en el karaoke, luego disfrutaron de una deliciosa comida en un restaurant ambulatorio, hasta que sus estómagos estuvieran cerca de reventar.

—Es un milagro de los dioses que la señora a la que fiábamos siga vendiendo – dijo Jennie sobándose su barriga —Uhg, creo que subí tres kilos, el vestido no me entrará.

JungKook la miró ofendido.

—Oye, estoy seguro que así tengas el cuerpo de una vaca, Yoongi igual se casará contigo.

—Gracias, soy una vaca feliz.

—Como te dije, es mejor que hables con él pronto. ¡Ya sé! ¿Por qué no le pides ayuda a Seokjin? Dijiste que es bastante amable, seguro él te comprende y puede darte orientación sobre esto de las bodas.

—¡Claro! ¿Cómo no se me ocurrió? Eres un genio Kook.

—Siempre estaré para ti – dijo abrazándola por los hombros. —Ahora vamos a casa antes que Yoongi te reviente el teléfono.

 —Ahora vamos a casa antes que Yoongi te reviente el teléfono

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Por Ti [Yoonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora