Realidad

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Las cortinas de una habitación en particular de la mansión Min permanecían cerradas desde hacía cuatro días. Por más que los empleados tocaban la puerta todos los días diciéndole al dueño de la habitación que salga tan solo unos minutos para limpiar, la respuesta que recibían era la misma.

"Yo les avisaré cuando esté listo".

Abajo, en el comedor principal, la familia Min desayunaba antes de dirigirse a sus respectivos puestos de trabajo.

—Qué vergüenza, Yoongi siempre ha hecho lo que ha querido, mira que vivir aislado por cuatro días sin dar señales de vida. Ja. Seguramente debe estar con tomando esas sustancias dañinas de nuevo.

—Madre, no creo que sea eso – habló NamJoon —Tal vez está cansado por los estudios.

—Tú no eras así a su edad, siempre sobresalías y los buenos comentarios te rodeaban. ¿Qué es lo que le rodea a tu hermano? Quejas y más quejas.

—Madre, sea más compresiva con él, yo intentaré hablar con él más tarde.

—Ay, mi Namjoon, tú corazón es demasiado para este mundo – señaló su madre conmovida —Por qué Yoongi no fue como tú. Solo me trae disgustos.

El señor Min, que había permanecido callado hasta el momento, mira la hora en su reloj, y luego se limpia con la servilleta.

—Debo irme.

—Buena suerte en el trabajo, querido – dice su esposa.

—Espero que tu contrato sea exitoso, padre – Namjoon le sonríe desde su asiento.

El hombre mayor solo asiente y toma su maletín para dirigirse a su coche, no sin antes dar una sutil mirada a la ventana que permanecía con las cortinas cerradas.

Yoongi parpadeó enfocando su vista en la almohada a su lado, ¿Qué día era hoy? No lo sabía. Solo sabía que desde que salió de la ducha aquel lunes por la tarde, se había tomado algunas pastillas para dormir y luego tuvo sueños con la persona que le había roto el corazón.

Intentó ponerse de pie, pero su cuerpo volvió a caer al colchón, tenía dolor de cabeza, olía mal y no se había afeitado. Parecía un vagabundo. Arrastró su pesado cuerpo a la ducha, y cuando terminó de asearse, el espejo frente a su baño le indicó que estaba hecho polvo.

¿Así se sentía el amor no correspondido?

El sonido de su puerta siendo abierta le sacó de sus pensamientos. ¿No fue claro con los empleados de que no quería hablar con nadie por ahora?

—Vaya, hasta que por fin despiertas.

—Qué quieres.

—Solo vine a comprobar que no estabas muerto.

—Es lo que te gustaría, ¿verdad?

—No me creas tan malo, hermanito. Yo solo quiero lo mejor para ti.

—¿Por qué no te vas a la empresa de Padre? Seguramente tiene mucho trabajo allí.

—Es mi día libre.

—Pues ve con tu esposa.

—Ella se fue de viaje con Beomgyu. Por lo que solo estamos tú y yo.

Yoongi se comenzó a vestir, NamJoon continuó.

—Mis fuentes me han confirmado que trajiste a una amiga a casa hace unos días.

—¿Quién...?

—Beomgyu. —sonrió—Si es por esa persona que estás así, déjame decirte que has caído bajo, hermanito. Ese no es el carácter de un Min.

—Como si te importara con quien me viera.

—Tienes razón, pero es la primera vez que te veo tan interesado en alguien como para traerla a casa. ¿De verdad esa chica es tan interesante?

—No te metas con ella ¿de acuerdo?

NamJoon se encogió de hombros.

—No tienes que preocuparte. Ya veo que todos al final se terminan alejando de ti.

Yoongi estaba de espaldas a NamJoon, tenía ganas de golpearlo, pero no era el momento. Su hermano había abandonado su habitación dejándole un sinsabor en la boca.

 Su hermano había abandonado su habitación dejándole un sinsabor en la boca

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Por Ti [Yoonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora