Por Ti [Yoonnie]

Un verdadero beso es...

Yoongi llevó a casa a Jennie. Ésta abrió la puerta del auto y antes de bajar dijo:

—¡Gracias por traerme! Adiós.

—¡Espera! – Yoongi bajó del auto —¿Te irás así nomás?

—Soy coreana, nos despedimos así, o qué, ¿Quieres un beso en la mejilla o en la boca como en el extranjero?

—No me importaría, viví unos años en Francia.

—Pues yo no, así que ahí nos vemos.

Yoongi dio un paso hacia ella.

—Te invité a comer.

—Yoongi...

—Te compré un celular. – Otro paso.

—Yoon...

—Te traje a tu casa.

Jennie se sintió atrapada.

—¿Quieres que te pague con un beso? Bien, bésame pues.

Jennie frunció sus labios y cerró los ojos, Yoongi sonrió y acarició su rostro, acercó sus labios lentamente a los de ella y los capturó en un movimiento. Jennie colocó sus manos en el pecho de Yoongi, necesitaba sostenerse de algo, ¿Qué pretendía hacer Yoongi? Dijo un beso, pero ahora su lengua estaba dentro de ella, y no sabía por qué no podía separarse.

Con un poco más de fuerza, logró zafarse y enseguida se limpió los labios.

—¿Qué te pasa? Dijiste un beso, ¿Por qué utilizas tu lengua?

—No es un beso si no usas tu lengua.

—¿Eh? Un beso es el contacto entre labios. Que mal, uno te da la mano y llegas hasta el codo.

Jennie pasó por su lado y abrió su puerta, pero antes de entrar, regresó y sonrió a Yoongi mostrándole el celular.

—Gracias por esto, cuidaré de él.

Yoongi sonrió viendo cómo la chica entraba a casa.

—No, Jennie, gracias a ti por confiar en mí.

Jennie ingresa feliz a casa, para cuando estaba por subir las escaleras, Rose la aborda.

—Unnie, ¿Ya tienes la foto de Yoongi-sshi?

—Sí, ahora te la envío.

Pero cuando Jennie se dio cuenta de la foto, buscó cualquier excusa por subir a su habitación, dejando a su pequeña hermana confundida.

Jennie cerró la puerta de su habitación con fuerza. Luego se lanzó a la cama mientras veía la foto tomada en su nuevo celular.

—Yoongi, ¿Estás loco? ¿Cómo se te ocurre mirarme como si fuera un trozo de carne? – lloriqueó —No le puedo dar esta foto a Rose...

Se dio la vuelta en su cama y suspiró viendo su teléfono, lo besó repetidas veces y lo abrazó a su pecho.

—Te cuidaré mucho, bebé.

Definitivamente, la salida no había sido tan mala.