Yoongi desprecia a las personas de bajos recursos, los considera unos interesados. Kim Jennie confía plenamente en las personas que ama, por lo que no soporta ser etiquetada por Yoongi, ni siquiera quiere ser su amiga. Pero... ¿Cómo sus vidas quedar...
La pequeña hermana Rose caminaba en dirección a su casa, ida en sus pensamientos acerca de sus estudios, cuando un auto negro muy lujoso se estaciona enfrente de la vereda en la que estaba, de ésta baja un chico muy apuesto y, al parecer rico y también una bella chica, de la misma posición social.
No supo por qué, pero actuó por esconderse detrás de un auto, escuchando la conversación que ambos sostenían.
—No sé cuántas veces más te lo tengo que pedir Lisa, pero lo haré hasta que te des cuenta que Programa K no es tu mejor opción.
—¿Y tú, sí?
—Si.
—Pues, muchos podrían pensar igual que tú, Yoongi, pero para mí, JungKook es mi mejor opción, y no la cambiaría por nada.
—Lisa, sé mi novia, por favor. Aun estás a tiempo.
—Mi respuesta seguirá siendo la misma, lo siento.
Rose se llevó una mano al pecho, esto era mejor que una de las tantas novelas que leía en una plataforma virtual de fanfics. Suspirando y deseando tener un amor así de tórrido. Pero ¿Por qué la chica no lo aceptaba? El chico era guapísimo y de buena posición, dejarlo... ¿Por alguien del Programa K? que tonto.
—¡Rose! Hermanita, que bueno verte. ¿Viniste a animarme para el entrenamiento? – dijo Jennie detrás de su hermana, a lo que ésta le manda callar con el dedo sobre su boca.
—Silencio. No interrumpas.
—Interrumpir qué.
Jennie se extrañó y miró más allá. ¿Esos no eran el idiota del IC y Lisa? sin pensarlo dos veces se encaminó hacia ellos, con Rose pisándole los talones.
—Hey tú, idiota. – le llamó tocándole la espalda, Yoongi la miró de reojo y luego volvió su vista hacia Lisa.
—Sigo insistiendo.
—¡Te estoy hablando!
Jennie le volteó a la fuerza para que la vea.
—¿Se puede saber qué haces, entrometida?
—¿Qué hago? ¡Cuido los intereses de mi amigo! ¡No puedes coquetearle a Lisa! ella ya tiene novio. ¿Es que todo el dinero que tienes no te permite comprender algo tan sencillo?
—Yah, Jennie unnie, él solo estaba hablando con ella, no hacía nada malo – intervino Rose.
—Que no te engañe esa cara bonita, Rose – señaló Jennie —Es solo una fachada para ocultar que es un bastardo idiota.
—Gracias Jennie, pero en verdad, Yoongi solo me estaba haciendo comentarios sin sentido – aclaró Lisa. —Él ya sabe lo que pienso, con permiso.
Lisa se alejó del grupo. Jennie suspiró largamente.
—Rose, vete a casa. Necesito hablar con este idiota antes.
—Yo también necesito aclarar algo con estos "ojitos" – dijo Yoongi.
—"Ojitos" tu trasero, vamos a otro lugar.
Rose se alejó como se lo ordenó su hermana, pero esto no le impidió festejar en su mente y crearse un fanfic acerca de Yoongi y Lisa.
«Son la pareja perfecta» - pensó.
Una vez que Yoongi y Jennie estuvieron solos, Jennie empezó a hablar.
—Se ve que no entiendes algo tan simple como que está mal entrometerse en la relación de dos personas. Lo que tienes de rico lo tienes de estúpido.
—Lisa me gusta – aclaró.
—¡Pero ella tiene novio! Si dices ser su amigo, ¿Por qué no logras comprender eso? Déjala ser feliz con quien ella escogió.
—Lo que haga o no con ella, no es tu asunto.
—No lo seria si no involucrara a JungKook también. Y él es mi amigo. Sus amigos son mis amigos, por lo tanto nos cubrimos las espaldas. ¿Está claro?
Yoongi soltó una risa.
—Qué ridículo.
—Piensa lo que se te de la gana. Además, no sé por qué tanto capricho en cortejar a Lisa, puedes escoger a cualquier otra persona.
—Yo siempre obtengo lo que quiero.
Jennie bufó cruzándose de brazos.
—¿Sabes algo? Has lo que quieras, pero mientras sigas involucrándote con ella, me tendrás a mí pateándote el trasero.
—Entonces, sugieres que me busque cualquier otra chica.
—Si.
—Y... ¿Esa podrías ser tú?
Yoongi le tocó el mentón y Jennie sintió que su cuerpo se volvía blandito. Le alejó de un manotazo.
—Sin duda, es una pérdida de tiempo hablar contigo. – Yoongi la retuvo del brazo —Suéltame.
—Si tanto quieres que me aleje de Lisa, ¿por qué no abres tus piernas para mí?
Jennie le sonrió dulcemente, pero esto solo fue una distracción para luego atacar dándole una fuerte patada en la entrepierna. Sin más, se alejó de allí.
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