¿Engaño?

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Habían pasado tres años ya, a meses de que Yoongi terminara sus estudios en la universidad, pasaba casi la mayoría del tiempo en la empresa de su padre. Hoy, Jennie quiso darle una sorpresa llevándole una comida casera a su trabajo, había aprendido a cocinar con ayuda de su madre, todo para ser una buena esposa para Yoongi, quería demostrarle con esto, que, aunque tenga un lado independiente y rebelde, también tenía un lado hogareño si se trataba de él.

Sabia la hora aproximada en la que Yoongi tomaba un descanso, así que llegó a esa hora, caminó hacia recepción.

—Buenos días, señorita. ¿Me puede decir si el joven Min Yoongi se encuentra en su oficina?

—Seguramente. ¿Tiene alguna cita o un asunto pendiente con el señor Min?

—No, no. Solo deseo darle su almuerzo.

—Oh, lo siento, pero no se permite entrar a nadie que no tenga una tarjeta de identificación de la empresa.

—Pero, soy su novia, y solo quería-

—Lo siento. Es parte del protocolo y no puedo ir en contra de ello. Además, el señor Min no avisó que nadie vendría a verlo.

Jennie tomó su celular y marcó el número de Yoongi, pero la mandaba directamente a buzón. Seguramente lo apagó porque estaba en una reunión.

—Señorita – volvió a decir Jennie —No le insistiera sobre esto si no fuera importarte, de verdad. Necesito ver al joven Min.

—No tiene de qué preocuparse. La empresa cuenta con el suficiente salario como para que dé de comer a todos sus trabajadores. Nadie se muere de hambre aquí.

La recepcionista tenía una mirada de desprecio hacia su almuerzo envuelto. Jennie quiso agarrarle de los cabellos y arrastrarla por el pasillo, pero no lo haría nada más por no perder cara frente a Yoongi.

—No me dejará entrar entonces.

—No. Y de una vez le voy avisando, retírese o llamaré a seguridad.

Jennie le sonrió falsamente y luego se retiró de allí. Tomó asiento en un muro a las afueras del edificio con vista a la calle. Realmente se había esforzado en ello, quería que Yoongi lo probara.

Pasó una hora y Jennie estaba a punto de irse, pero quiso insistir en llamar a Yoongi una vez más. Esta vez le contestó.

¿Jennie? ¿Sucedió algo?

—Yoongi, ¿Ya almorzaste?

No, aun no, tengo una reunión hoy, almorzaré en la empresa no te preocupes.

Jennie miró su almuerzo con ojos tristes.

Está bien, disfruta tu almuerzo.

Cuando Jennie colgó, volteó hacia la derecha, y vio como Yoongi salía del edificio sonriente mientras hablaba con una chica joven, bastante bonita, luego se subían a un auto y se iban juntos.

«¿Por qué habría la necesidad de mentirme?»

Pero Jennie estaba demasiado herida como para ponerse a pensar en las posibilidades que había tras ese engaño. Estaba claro que su novio prefería una comida fina acompañada de alguien hermosa a un almuerzo pobremente elaborado.

—Está bien, no te quitaré más tu tiempo, Yoongi. – dijo limpiándose una lágrima.

 – dijo limpiándose una lágrima

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Por Ti [Yoonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora