Las mesas estaban servidas sobre manteles blancos, sobre una noche perfectamente oscura se iluminaba un pequeño espacio que había sido reservado por el Min menor. Primero cenaron una deliciosa comida, y luego, Yoongi había cubierto los ojos de Jennie con una venda blanca, enseguida le tendió una vara de bambú para que no tuviese miedo de caer en la arena.
—¿Qué clase de juego es este? – preguntó Jennie antes de empezar a caminar.
—Tienes que caminar de frente hasta que tu vara toque algo sólido, luego te detienes y entonces puedes quitarte la venda, abre la cortina y observarás algo.
—De acuerdo.
Jennie siguió las instrucciones al pie de la letra. Sabía que Yoongi siempre la sorprendía con algo distinto en cada aniversario. La primera vez fue un regalo de un pastelito de arroz de peluche, que Jennie adoraba tener en su cama, la segunda vez le mandó un video tocando guitarra con una canción que narraba el proceso de su enamoramiento, cada vez que peleaban, Jennie reproducía el video y terminaba llorando porque sabía que nadie la amaría como Yoongi lo hacía.
Jennie continuó avanzando por el camino de arena, hasta que la vara tanteó una superficie dura, ¿sería una caja? Jennie se quitó la venda de los ojos y frente a ella había una cortina, la abrió hacia un lado y sus ojos quedaron sorprendidos ante lo que veían.
En medio de la arena había sido escrito la pregunta "¿Jennie, quieres ser mi esposa?", encerrado en pétalos blancos y velas aromáticas a su alrededor. Si. Yoongi siempre la sorprendía.
—¿Y? ¿Cuál es tu respuesta?
Yoongi apareció a su lado con las manos en el bolsillo.
—Por supuesto que no tiene que ser ahora. Primero terminemos nuestros estudios, yo solo... quiero tenerte a mi lado toda mi vida, no quiero estar con otras personas, solo tú. Por favor, sé mi compañera de vida.
Jennie estaba conmovida. Estaba incluida en los planes futuros de Yoongi, formar una familia y ser su esposa real. Muchas veces fanfarroneaba de esto delante de las demás personas, pero era eso, una broma, que muy en el fondo quería que se volviera realidad, y, como si Yoongi le leyera el pensamiento, se lo propuso.
—Si. Acepto ser tu esposa más adelante, Yoongi.
—Oh cielos, siento que ahora puedo respirar – sonrió él y luego tomó su mano para colocar un anillo. —Kim Jennie, no puedes arrepentirte de esto.
—Y tú, Min Yoongi, no podrás librarte de mí.
Ambos juntaron sus labios bajo aquel cielo nocturno y hermoso de la ciudad de Busan. Si estaban juntos, sentían que todo estaba bien, y eso era lo único importante.
Luego de regresar al hospedaje, Yoongi posteó la foto de "la propuesta" en su Instagram y las notificaciones no tardaron en aparecer. Todos los felicitaban por esta buena noticia, incluido su hermano.
NamJoon: Vaya. Quien iba a pensar que mi hermanito pensaría en grande. Felicidades, pero me das asco.
Yoongi: Ja! Solo estás envidioso porque tu matrimonio fue un fracaso. Qué. ¿El gran NamJoon sigue soltero?
NamJoon: Estoy soltero porque la persona que me interesa no me hace caso.
Yoongi: hahahahaha.
NamJoon: Hablo en serio, Yoongi, me mandó a la mierda.
Yoongi: HAHAHHAHAHAHA
NamJoon: .l.
Yoongi: Okay, okay, dejaré de reírme porque puede despertar a Jennie. A ver, dime quien fue la gran mujer para irle a dar un premio.
NamJoon: No es una chica.
Yoongi: ¿Qué?
NamJoon: Yoongi, a tu hermano le gustan los hombres.
Yoongi: ¡¿QUÉ?!
NamJoon: Si. Estoy enamorado del que te limpiaba el trasero cuando tenías dos años, imbécil.
Pero Yoongi ya no pudo responder a lo último, había caído desmayado en su propia cama luego de aquella confesión.
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Por Ti [Yoonnie]
FanfictionYoongi desprecia a las personas de bajos recursos, los considera unos interesados. Kim Jennie confía plenamente en las personas que ama, por lo que no soporta ser etiquetada por Yoongi, ni siquiera quiere ser su amiga. Pero... ¿Cómo sus vidas quedar...