Yoongi desprecia a las personas de bajos recursos, los considera unos interesados. Kim Jennie confía plenamente en las personas que ama, por lo que no soporta ser etiquetada por Yoongi, ni siquiera quiere ser su amiga. Pero... ¿Cómo sus vidas quedar...
Yoongi debía reconocer que cuando Jennie dormía era una masita. Sonrió inconsciente mientras abrazaba su cuerpo desnudo, por fin, luego de tanto tiempo de lucha, esa chica era suya, y no le dejaría ir por nada del mundo.
Jennie volteó su cuerpo y se abrazó al pecho de Yoongi, éste le dio un pequeño beso.
—Despiértate dormilona.
Jennie entreabre sus ojos y le sonríe, acariciando su rostro.
—Bobby sunbae.
Yoongi cambia de expresión de inmediato y Jennie se echa a reír con ganas.
—Te prohíbo que menciones a otros hombres cuando estamos juntos ¿de acuerdo?
—¿Ya empezamos con las exigencias, esposo?
Parece que esa palabra tiene un efecto en Yoongi porque enseguida de calma. Pero Jennie, por estarse riendo, pierde el equilibrio de su cuerpo y termina por caer de la cama.
—Ay, ay... me duele...
—¿Quién fue la que me pidió más anoche? – dijo él cruzado de brazos.
—Te aprovechaste de este cuerpecito.
—Y seré el único que se "aproveche" de ahora en adelante.
Jennie puchereó e intentó levantarse, pero le dolía demasiado. Yoongi caminó hasta ella y le extendió un analgésico.
—Tómatelo.
—¿A dónde vas? – preguntó Jennie al ver que Yoongi se ponía pantalones y caminaba hacia la puerta —¿Vas a abandonar a tu esposa?
—No – respondió éste alzando el intercomunicador —Ordenaré que traigan el desayuno, debes estar hambrienta.
—Uh, si... ¿Puedo pedir jugo de pera? Es mi favorito.
Yoongi asintió y tras hace el pedido, fue a la ducha, no sin antes dejar a Jennie sentada en la cama. A los minutos sale y justamente tocan su timbre, Yoongi recibe las bandejas y todas se las extiende en la cama.
—Me siento bendecida – dice Jennie juntando sus manos —Toda esta comida deliciosa, luego de que me rompiste el-
—Por favor, no mates el ambiente romántico, mejor come.
Yoongi pincha con un tenedor un trozo de fruta y se lo lleva a la boca de su adolorida esposa. Porque para Yoongi, Jennie era eso, la mujer con la que compartiría el resto de su vida.
Jennie comió demasiado, ahora se sentía satisfecha y feliz, tenía un buen esposo sin duda alguna. Si tenía que soportar dolor de cadera para que al día siguiente Yoongi la mime, pues, ¡Qué hiciera lo que quisiera con ella!
Oh, cielos.
De repente recordó que no había llamado a su madre la noche anterior. Coje su celular y encuentra más de diez llamadas perdidas.
—Soy carne muerta. – dijo Jennie.
—Si es por tu madre no te preocupes, le dije a Lisa que te hiciera el favor de decir que te quedarías en su casa como parte de un proyecto.
—Wow, ¿Piensas en todo, ¿no es así?
—Alguien tenía que hacerlo, y no andar de caliente.
Jennie sonrió avergonzada.
—Okay, lo admito. Entonces ahora... ¿Qué hacemos?
—Es domingo, dime tú.
—Quedemos aquí, todo el día. Regresaré hoy en la noche a casa, lo prometo.
—¿Y qué quieres hacer en una habitación, sola con tu novio, y sin nadie que los moleste?
Jennie le hizo una seña con el dedo para que se acerque. Yoongi le sonríe seductor y acerca su oído a ella.
—Ver one piece – susurra Jennie.
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