Hagámoslo

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—Bájate del coche – demandó Yoongi.

—Q-Qué... ¿Me estás rechazando?

—¿No dices que quieres tener sexo conmigo? Necesitarás algunas cosas.

—¿Qué necesito?

—¿Ves esa farmacia de allá? Compra condones, lubricante, toallitas húmedas y demás ¿Si?

Jennie se bajó del coche sin esperar nada más.

Yoongi tamborileaba sus dedos en el volante, a los quince minutos, Jennie regresa con las manos llenas de cosas en una bolsa.

—¿Tienes todo? – pregunta Yoongi.

—Ajám, compré condones de todos los sabores porque no sé cuál te gusta más, también compré un par de frascos de lubricante natural y otro con aloe vera, la encargada de la tienda también me sugirió unos analgésicos.

Jennie recuerda cómo los encargados de la farmacia la miraban atónitos, que cogía condones por cantidad y preguntaba deliberadamente cual era el mejor sabor.

—Vale, entonces vamos.

—¿A tu casa?

—A donde más, no creo que lo quieras hacer en la tuya.

Jennie se avergonzó de repente, las paredes de su casa eran tan delgadas que se podían escuchar las voces desde el otro lado, tampoco le agradaba la idea de que su madre y hermana estén ahí mientras lo hacen.

Yoongi aparcó dentro de la mansión Min. Ordenó que nadie lo molestara mientras estaba en su habitación.

Cuando ingresaron a su habitación, Jennie se deleitó por la fragancia que emanaba el cuarto, todo era tan... Yoongi, y se sintió feliz de repente al recordar que era su novio ahora.

—Ve a bañarte, todo lo que necesitas está dentro de la ducha.

—Me bañé esta mañana.

—Es importante la higiene antes del acto.

—Okay, okay.

A los pocos minutos Jennie sale cubierta con un albornoz blanco.

—¿Lista? – ella asintió —De acuerdo, ven.

Yoongi la sentó en sus piernas y fue desatando el cinturón del albornoz, sintió un poco tenso el cuerpo ajeno, y lo suponía, dio suaves masajes en su pecho hasta que sus dedos se detuvieron en sus pezones, donde los estimuló.

—Uh, eso se siente bien – dijo ella.

Yoongi, sin decir nada, se introdujo uno a la boca, lo succionó de tal forma que Jennie sintiera que no pudiera pensar en nada más que los labios de él, su lengua era maravillosa.

—Ahh... oye, Yoongi, ¿de verdad te gusta hacer esto?

—Completamente. Tú solo disfruta.

La acostó con cuidado en la cama y separó sus piernas, luego fue por el frasco de lubricante y el preservativo.

—Qué sabor prefieres.

—Me gustan las manzanas.

—Ok.

—¿Por qué me pre-... ¡Ay!? Está frio...

—Esto es para dilatarte, sé que es tu primera vez y debo ser cuidadoso.

Jennie se sonrojó por primera vez desde que entró a la habitación.

—Cómo sabes que...

—¿Me equivoco?

—Uhm, no, pero... no digas esas cosas tan deliberadamente.

Yoongi bufó.

—¿Quién fue la que me pidió que tengamos sexo a unos minutos de ser novios?

Jennie murmuró por lo bajo alguna maldición, pero rápidamente su expresión cambió a una de incomodidad al ver los movimientos que hacia Yoongi con sus dedos, no es como que no lo supiera de antemano, había tenido clases de educación sexual, pero no sabía por qué con Yoongi se sentía tímida en la cama.

—Creo que ya estás lista. Ingresaré.

—Espera, espera, espera. Eso... ¿Entrará en mí?

—Ah, te refieres a mi pequeño amigo. Si. Tiene que ingresar, verás cuando un hombre tiene relaciones con una mujer, el pene de éste debe ingresar por su-

—¡Claro que lo sé, idiota!

—Pensé que debía explicarte con manzanitas.

—¿Me crees tan estúpida?

—Yo no lo dije. – se burló —Okay, flojita y cooperando ¿de acuerdo? Respira profundo y cierra los ojos si deseas.

Jennie aceptó las instrucciones dadas, supuso que era como las respiraciones que daba debajo del agua, profundas y sincronizadas, pero el dolor rápidamente se apoderó de ello. Dios, Yoongi tenía un miembro grande, ¿debería presumir a sus amigos de ello?

—Oh, Dios...

—¿Estás bien?

—¿Qué pregunta es esa? Me acabas de romper en dos.

—Te gustará luego, ya verás.

Yoongi dio la primera embestida y Jennie gimió.

—Abrázame con tus piernas, y sostente de mí. Te tengo, tranquila.

—Imbécil...

Yoongi comenzó a besar a Jennie con deseo, distrayéndola de la intromisión de su gran amigo, luego las embestidas se hicieron más rápidas y constantes, Jennie dejó ir el dolor para dar paso al placer, justo lo que necesitaba para olvidar todo.

—Más, Yoongi, por favor.

Yoongi no se hizo de rogar, complació a Jennie como ella bien lo pedía. Se detuvo a contemplar su cuerpo un momento, Dios, era hermosa, la natación había hecho del cuerpo de Jennie uno perfecto, sin un gramo de grasa de más y unos muslos fuertes, pero a la vez de contextura suave.

No se detuvo en dejarle marcas alrededor de su pecho y cerca a su cuello, todo el mundo debía saber que esa chica ya tenía un hombre a su lado, y que era suya de nadie más.

—¡Yoongi!

Jennie pronto llegó al orgasmo gimiendo su nombre alto, a Yoongi no le importó, después de todo, sus paredes eran insonorizadas de adentro hacia afuera. Se sujetó fuertemente de su pequeña cintura y tras unas cuantas embestidas más, llegó también al clímax.

Yoongi sentía que había liberado un montón de estrés con este acto, amaba a su chica, estaba listo para darse la vuelta y envolverla en sus brazos, pero fue detenido por su mirada emocionada.

—Yoongi, eres genial, me gustó mucho lo que hicimos. ¿Podemos hacerlo otra vez?

Yoongi suspiró para sus adentros. Debía enseñarle a esa chica lo que era la vergüenza.

 Debía enseñarle a esa chica lo que era la vergüenza

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Por Ti [Yoonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora