Dormir juntos

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Yoongi suspiró por quinta vez, aquella noche le parecía la más larga de su vida. Es que tenía a Jennie durmiendo a unos metros de él, claro, en otra habitación, pero aun así no podía creer que esto estaba pasándole a él.

Luego de prepararle el cuarto de invitados y dejarla cómoda, se marchó. Yoongi no quería entretenerla más, ya que mañana tenían escuela, Jennie le hizo prometer que la despertara una hora antes de lo acostumbrado para que le de tiempo de ir a casa en busca de ropa, porque por supuesto, la pequeña Jennie no utilizaría un bonito vestido como atuendo "usual" para ir a la universidad, eso era para chicas "bonitas y presumidas".

Yoongi le prestó un pijama suyo, uno que no usaba por ser el más pequeño, Jennie no protestó, solo lo tomó y siguió recorriendo con curiosidad la habitación.

12:00 am.

Yoongi siente un peso extra en su cama, enseguida se despierta y ve que se trata de Jennie adentrándose bajo sus sabanas.

—¿Jennie?

—Mghm, cállate y sigue durmiendo.

Yoongi está confundido. ¿Está sonámbula? Sino, no encontraba otra explicación para que ella de su propia voluntad, duerma con él.

—Sé que me estás mirando, solo lo hago porque sé que no haré caso a mis alarmas, así que me aseguré que seas tú quien me despierte.

—¿Okay...?

—Buenas noches – dijo Jennie abrazándose a la almohada —Uh, aquí es más calentito que allá.

Yoongi se acostó mirando hacia la espalda de Jennie, no quería creer en su explicación, pero tampoco quería desaprovechar esta oportunidad, sigilosamente se apegó a su espalda cuando escuchó la pesada respiración de su acompañante.

3:00 am

Jennie, entre sueños, se da la vuelta y abraza el pecho de Yoongi, quien también acomodándose mejor la abraza de vuelta.

6:00 am

Y así fue como despertaron. O bueno, solo Yoongi porque él tenía un reloj biológico dentro de su cuerpo, que normalmente lo despertaban a las seis de la mañana. Cuando se dio cuenta de la situación en la que estaba, se tomó un segundo para apreciar lo que sería despertar con Jennie todos los días, aunque había rastros de baba en su boca y se movía peor que una lombriz, no lo cambiaría por nada, porque... Oh, Jennie solo usó la parte superior de su pijama. Bonitas vistas tenía desde allí.

Pero, por más que su mente hubiese querido hacerle algunos juegos, tenían que levantarse, así que la sacudió.

—Jennie, despierta. Ya son las seis. ¡KIM JENNIE!

—¡Ah! Un rato más, Má.

—Jennie no estás en casa. Soy Yoongi.

Y como si hubiesen invocado el nombre de satanás, Jennie abrió los ojos y notó que estaba abrazada a él. Lanzó un grito de horror y rodó por la cama hasta caer de culo al suelo.

—¡Mierda!

—Ah, y yo que esperaba un bonito "buenos días" – dijo Yoongi. —Como sea, me iré a bañar, antes de las siete te llevaré a casa, apúrate porque desayunaremos.

—Me duele, me duele... - lloriqueó sobándose el trasero —Ah, estúpido Yoongi.

Luego que Jennie tomó una ducha exprés en la habitación de invitados, se apresuró a vestirse y bajar a desayunar. En el comedor, Jennie compartió algunos momentos con el pequeño Beomgyu, le hacia reír, y Yoongi apreció esto en silencio.

—¡Apúrate! Son casi las siete.

—¡Voy, voy! – dijo Jennie poniéndose los zapatos antes de salir de la mansión Min. Yoongi la esperaba en su auto.

En menos de diez minutos, ya se encontraban en casa de Jennie. Ésta bajó tan rápido y se adentró con la misma rapidez a su casa que ni siquiera cerró la puerta del coche. Tomó cualquier prenda de su armario y se la puso, luego se despidió de su madre, quien solo rezaba en su mente porque su hija no esté metida en nada ilegal.

Yoongi la esperó fuera, no hubo necesidad de invitarla a subir, Jennie se metió a su auto como si se tratara de un taxi.

—Rápido, rápido, a la universidad.

Yoongi condujo lo más rápido que la velocidad establecida le permitía, aun así llegaron a tiempo exacto.

—¡Jennie, espera!

—¡Qué! – dijo mientras salió del coche.

—Tu mochila.

Yoongi le lanzó su mochila como si de un balón se tratase y Jennie lo atrapó, luego se despidió con la mano.

—¡Gracias por traerme!

Yoongi solo sonrió antes de retomar su camino a su facultad.

Jennie llegó a tropezones a su aula, afortunadamente aun no llegaba el profesor. Pero enseguida un dolor punzante le llegó desde su cadera.

—Mierda – murmuró por lo bajo.

Sus compañeros la miraron curiosos, ¿Qué le pasaba a la poderosa Jennie? Siempre llegaba con energía a clase, saludando a todo el mundo, pero hoy, venia como si un tornado la hubiese perseguido, cabello a medio secar, ropa desarreglada, y caminando sosteniéndose la cadera.

—¿Tienes problemas para sentarte, querida? – preguntó SinB interesada.

—No, estoy bien.

—¿Quién fue el chico que te trajo hoy a clase? – preguntó Yerin.

—¿Un chico la trajo hoy? – dijo SinB —Oh my god, con razón está así...

Jennie resopló, simplemente no tenía ganas de conversar con ellas.

—Jennie, ¿Podrías alcanzarme las copias que entregó el profesor? – esa era JiSoo.

—¿Por qué no vas tú? – repuso su amiga.

—Estás más cerca a la mesa del profesor, duh. Anda, por fa', hay algo que necesito copiar de allí.

Jennie se levantó de su asiento y caminó a la mesa del profesor, ante la atenta mirada de Yerin y SinB. Regresó a su asiento y se sentó lentamente, luego de entregarle las copias a JiSoo.

—¿Te encuentras bien? – dijo JiSoo.

—Si. Solo me duele el trasero.

Yerin y SinB fangirlearon apenas escucharon eso. Estaba claro, esas dos locas de atrás creían que había tenido sexo.

—Pero no te preocupes, JiSoo –dijo Jennie —Fue porque me caí de la cama, nada más – enfatizó.

—Pero no te preocupes, JiSoo –dijo Jennie —Fue porque me caí de la cama, nada más – enfatizó

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Por Ti [Yoonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora