Almuerzo

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Yoongi estaba por adentrarse al restaurant que había elegido, cuando Jennie le toma del brazo.

—Espera, Yoongi.

Éste se dio la vuelta tan pronto como Jennie lo llamó. No sabía que su nombre se podía sentir bien la voz de otra persona.

—Sí, dime.

—¿De verdad quieres hacer esto?

—¿Almorzar?

—No. Bueno, sí. Recuerda que estás invitando a compartir tu mesa a una chica pobre. Además, entiende que todo esto me toma por sorpresa, nunca me has hablado más que para pelear.

—¿No te parece que esto es una tregua? Tú misma lo escribiste en tu carta.

—...

—Si de verdad piensas que me molesta compartir mesa con una chica como tú, no estuviera aquí, pagando tu comida gratis.

Yoongi supo que había acertado cuando el rostro de Jennie se relajó.

—Bueno, una comida nunca se desperdicia. Y menos si es gratis – sonrió convencida —Ok, vamos.

Yoongi festejó mentalmente. Ya sabía uno de los puntos débiles de Jennie: La comida.

Una vez estuvieron dentro, Yoongi se impresionó por la cantidad de comida que ordenó la chica, definitivamente era de buen comer, no le importaba pagar cuanto fuese necesario con tal de ver esa genuina sonrisa mientras degustaba sus alimentos.

—¿Por qué me miras? ¿No comes? – preguntó Jennie.

—Pasa primero, no te entiendo lo que dices.

/Tragar/

—Dije, que por qué no comes. La comida de este lugar es muy buena.

—¿Te puedo preguntar algo?

—Sí, claro.

—¿Por qué le pediste mi número a Lisa?

Jennie tosió un par de veces antes de dejar el vaso en su lugar. ¿La habían pillado?

—No sé de qué hablas – trató de excusarse.

—Lisa me lo dijo.

—Está bien – suspiró – Es verdad, traté de contactarte por ese medio, pero luego desistí.

—¿Por qué?

—Como que por qué, idiota. Si te llamaba, te quedarías con mi número, y seguramente me llamarías para insultarme por haber dejado mi nota sucia en tu coche.

Jennie iba a tomar otro poco de comida, pero la mano de Yoongi se puso sobre la de ella.

—Qué haces... Estoy comiendo.

—Dame tu número, Jennie.

—¿Qué? ¡No! Estás loco.

—Jennie... Dame tu número.

—No, y déjame comer tranquila.

—Por favor.

—¡Que no! Y no molestes más con eso o me enojaré.

—Te estoy rogando. Créeme que no llamaría para insultarte.

Jennie se mantuvo comiendo en silencio.

—Ruby...

Jennie, harta de que la llame así, le mostró el dedo medio.

Yoongi iba a decir algo más, pero un muchacho se acerca casi corriendo hasta su mesa y le planta un catálogo.

—Lamento interrumpirlo en su cita, señor. Pero esta es una emergencia. Su madre no me responde las llamadas, necesito de su opinión para llevar a cabo la campaña.

—Solo di lo que necesitas, Ian, y vete. La señorita y yo tenemos asuntos pendientes.

—Solo le robaré un minuto. Verá, el negocio para las nuevas joyas de esta temporada, necesita enfocarse en una, pero estamos en duda, entre el aguamarina, el circón azul y la espinela.

De repente, a Yoongi le pareció interesante el estúpido negocio de su madre.

—¿Sabe? Ahora que lo menciona, mi madre siempre prioriza la espinela, pero últimamente hay una piedra que llama mi atención, y creo que no la valoran lo suficiente, deberían incluirla en la próxima colección.

—Muy bien, joven Min, y cual seria.

—El rubí – contestó mirando a Jennie, quien se sintió pequeña de repente —Me empieza a gustar el rubí.

—El rubí – contestó mirando a Jennie, quien se sintió pequeña de repente —Me empieza a gustar el rubí

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Por Ti [Yoonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora