Ingrid, como mi tía prefiere que le llame, lleva un par de días viviendo en la casa. Ambas nos divertimos mucho hablando de todo y de nada. Siempre me sorprende con algo nuevo, ella es tan inteligente. A veces cuando Michelle está en casa, nos mira de mala manera y me regaña por cualquier cosa.
No entiendo que le pasa.
[...]
—¿Tienes alguna idea para hoy?—le hablé.
—Claro que sí—respondió—Pero ya deja de moverte o la trenza no va a quedar derecha.
Desde la primera noche le confesé que amaba su peinado y ella se ofreció a hacérmelo cada que yo quisiera.
—¿Cuándo me vas a dar las clases de defensa personal que me prometiste?—Quise saber.
—Pronto—Terminó de amarrar mi cabello y me dio un tierno beso en mi cabeza—Listo. Ahora cámbiate, te espero abajo—Me sonrió y salió de mi habitación.
Busqué mi ropa y me terminé de arreglar. Estaba por ponerme perfume cuando tocaron a la puerta.
—Mi niña, abre—habló Rossy. Me apresuré a abrir la puerta y cuando Rossy me vio, frunció el ceño molesta. —¿A dónde vas?—Cuestionó.
—Con mi tía. ¿No has visto mi chaqueta negra? Hace días que no la veo.
—No me parece bien que pases tanto tiempo con tu tía—Soltó.
—Nana, no empieces por favor. Ya te dije que mi tía es buena conmigo y sólo quiere reponer el tiempo perdido—La miré a los ojos.
—Todavía eres una niña y no...
—¿Soy una niña para algunas cosas y una adulta para otras? No te entiendo, Rossy. No entiendo por qué no te agrada mi tía, pero ella a mí no me ha hecho nada. No puedes prohibirme que la quiera—Tomé sus manos—Yo puedo cuidarme y estoy segura de que ella no va hacerme daño.
—Ella se ira tarde o temprano, siempre lo hace. No quiero que te encariñes demasiado con ella y luego sufras por su abandono—Apretó mis manos.
—No te preocupes, nana—Le sonreí cariñosa y ella me devolvió la sonrisa.
—¿Llegas para la comida?
—No lo sé, pero yo te mando mensaje, ¿sí?—Tomé el celular y miré la hora. Bajé la ventanilla de notificaciones y al parecer había un SMS, decidí leerlo luego y guardé el celular en mi bolso.
—¡Cuídate!—Me habló Rossy desde la puerta de mi habitación.
—Te quiero—Me despedí.
Al bajar las escaleras, mi tía ya estaba esperándome.
—Debiste ponerte la blusa roja de tirantes, se te ve mejor—habló Ingrid.
—Lo mismo pensé, pero no encontré mi chaqueta—Hice una mueca de lado.
—Vamonos o llegaremos tarde—Tomó de mi mano y ambas salimos de la casa.
[...]
No tardamos mucho en llegar a nuestro destino.
—Jamás había venido por aquí.
—Es el centro comercial más cercano a la capital—Me sonrió—Quedé de verme aquí con alguien. Voy a hacer una llamada, espérame.
Hice lo que me pidió y me acerqué a una tienda, dónde vendían lencería.
—¡Stephanie!—Escuché que Ingrid me llamaba, volteé a mirarla y no estaba sola. Un hombre alto, joven, de ojos azules y lentes, la acompañaba.
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𝑴𝒊 𝒎𝒂𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑰𝒕𝒂𝒍𝒊𝒂𝒏𝒐
Fanfiction"Aferrarme a las personas es un talento nato y por ello la mayoría de las veces termino rota." "No querías cuidarme, ni curarme, querías volverme la mejor; pues espero que estés orgullosa porque después de todo lo lograste. Soy la mejor. ♤♤ Me discu...