—Buenos días, nana.
—¿Por qué tan alegre, ratoncita?
—Tengo un buen presentimiento para hoy—Sonreí—Y ¿mi tía?
—No sé—Evitó el tema—Siéntate y desayuna.
Le hice caso y al terminar le agradecí con un beso. Salí de la cocina y a mitad de las escaleras me encontré a Michelle.
—Buongiorno—La saludé.
Hoy no quería que nada arruinara mi día.
—Qué bueno que te encuentro. Necesito hablar contigo—Me miró seria.
—Está bien. ¿Vamos a mi cuarto?—Asintió y me siguió hacia mi habitación.
—Gracias por acceder a hablar conmigo—Sonrió melancólica.
—No hay problema—Me senté en la cama y la animé para que ella también lo hiciera—¿Pasa algo?—Quise saber.
—Verás yo… Tú padre me sorprendió anoche con unos boletos de avión y…—Agachó la cabeza—Quiere que nos vayamos hoy, pero no estoy tan segura de dejarte sola.
—Si es por mí, no debes preocuparte. Aquí está Rossy y mi tía—le sonreí.
—¿Estás segura de que tu tía es buena para ti?
—Por supuesto. Ella es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo—Sonreí pensando en lo feliz que soy desde que ella apareció. Michelle se quedó en silencio, pensativa. —De verdad no tienes de que preocuparte—Tomé sus manos—Ve y disfruta con mi padre. Yo creo que les vendría bien a ambos.
—Bien, pero prométeme que si pasa cualquier cosa no vas a dudar en llamarme.
—Así lo haré—Le aseguré.
—Y por favor comunícale tus horarios a Rossy. Ella me estará avisando, no te metas en problemas.
—Ya verás que no tendrán quejas. Gracias por venir hablar conmigo.
—También necesito que pienses en tu futuro, que quieres estudiar y esas cosas. Cuando vuelva espero que ya tengas algo seguro, para poder encargarme—Sonrió y se despidió de mí con un beso en la frente.
Sus palabras me animaron tanto. O quizá era yo que me encontraba entusiasmada con la fiesta de esta noche. De igual forma todo se empezaba acomodar. Yo no odiaba a Michelle, pero el saber que no estaría en casa me parecía magnífico, no habría nadie que nos vigilara o nos hiciera una mala cara, a mí y a mi tía; tendríamos más libertad.
Tomé el celular y llamé a Ingrid. Quería saber en dónde estaba y a que hora llegaría con mi outfit de esta noche, pero por más que marqué ella no contestó. Salí de mi habitación con el celular en la mano y para mi sorpresa, la susodicha venía entrando.
—¿Por qué no contestas el celular?—Me crucé de hombros con supuesto enfado.
—No sabía que tenía una madre tan gruñona—Mofó—Estaba con un par de personas arreglando lo de esta noche—Hizo un guiño.
Volví a emocionarme a penas mencionó lo de esta noche, pero no pude decir nada pues Michelle nos interrumpió.
—¿Qué pasará está noche?—Alzó una ceja.
Iba a responder su pregunta pero Ingrid se adelantó.
—Tendremos una pijamada—Sonrió con inocencia.
No podía ver la cara de Michelle pues estaba detrás de mí, unos escalones arriba, pero el ambiente era tenso.
—¿Sabes que mi padre y Michelle al fin se decidieron a irse de luna de miel?—Le sonreí a Ingrid.
—En hora buena—respondió ella.
Su expresión era seria y si no la conociera diría que estaba triste.
—Nos vamos hoy por la noche—habló Michelle—Espero que cuides de Stephanie—Bajó hasta donde yo estaba—Compórtate, ella confía mucho en ti—Me tomó de los hombros.
La mirada de mi tía parecía endurecerse.
—No tienes de que preocuparte, Almendrita—Sonrió—Voy a cuidar de ella como cuidé de ti—Alzó ambas cejas.
La conversación paso a ser una batalla de miradas entre Michelle e Ingrid.
—Diviértete esta noche y recuerda lo que me prometiste—Me habló Michelle.
Volteé a mirarla y asentí.
—¿Vamos a mi habitación?, tengo algo que mostrarte—Me dirigí a mi tía.
—Ya te alcanzo—Sonrió.
Subí las escaleras y me encerré en la habitación. Lo que sea que pasara entre ellas, no quería seguir en el medio.
[…]
—En cuanto tu padre y tu madrastra salgan de la casa, tú y yo nos marchamos por la puerta de servicio, ¿okay, cenicienta?—Mofó Ingrid
—¿Cenicienta?—Me ofendí—¡Retráctate!—La miré con seriedad.
—No—dijo y sonrió maliciosa.
—Hada madrina de pacotilla—contraataqué y ella me sacó la lengua como niña pequeña—¿Nos iremos así?—Miré nuestra ropa—O ya preparaste el hechizo para ambas—Reí.
—Tengo más que magia para esta noche—dijo con presunción—Es más, ponte una pijama y de paso saca una chaqueta.
—Es una broma, ¿no?
—No. ¿Pensabas que saldríamos en tacones de aquí?—Me miró divertida—Haz lo que te dije.
Caminé al armario, busqué el pijama, me cambié y saqué una chaqueta, tenis y los dejé sobre la cama.
—¿Y Rossy?—Pregunté.
—Precisamente por Rossy es que no podemos salir arregladas.
—Ahora sí tiene sentido.
—Obvio, todo tiene que ser a escondidas, pequeña Cenicienta. Total, ya veremos mañana, pero hoy debemos llegar temprano al hotel con Christopher.
—¿Ahí nos arreglaremos?
—Sí y ahí te platicaré sobre tu trabajo—Me sonrió.
Estaba tan emocionada con la idea de ser una espía.
—¿Estás segura de que tendremos el tiempo necesario?—Quise saber.
Ingrid iba a contestarme, pero mi padre interrumpió gritando mi nombre desde la puerta. Salí con prisa y ahí estaba él con Michelle; ambos traían un par de maletas consigo.
—Te voy a extrañar—habló mi padre—Pórtate bien—Besó mi frente.
—Te quiero, papá—Le sonreí—Disfruten y no se preocupen que todo va a estar bien.
—Esa es mi niña—Me abrazó.
—Cuídate, Stephanie—habló Michelle.
—Tú también—Me acerqué a ella para darle un abrazo, pero prácticamente me rechazó. Tomó de la mano a mi padre y aunque no se veía del todo feliz, dejé que se marchara.
En cuanto salieron de la casa corrí a mi habitación, mas Ingrid ya no estaba.
El sonido del celular llamó mi atención, lo tomé y había un mensaje.《Dile a Rossy que te vas a dormir y que no quieres que te molesten. Te ayudaré a salir por la ventana. No traigas el celular. 》
Con calma me dirigí a la cocina y fingí una jaqueca frente a Rossy. Ella se ofreció a hacerme un té pero yo me negué y le dije que sólo quería dormir, que por favor no me molestara. Regresé a mi cuarto y acomodé la cama como si yo estuviera durmiendo ahí, en caso de que Rossy llegara a entrar.
Le avisé a Ingrid que ya estaba lista y me pidió que me asomara por la ventana. Ahí estaba en el patio trasero, esperándome con una escalera. Bajé con cuidado, me dio la chaqueta y me puse los zapatos; ambas nos dirigimos al hotel con Christopher.Sin duda esta noche era una de las más emocionantes que yo he tenido jamás.
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𝑴𝒊 𝒎𝒂𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑰𝒕𝒂𝒍𝒊𝒂𝒏𝒐
Fanfic"Aferrarme a las personas es un talento nato y por ello la mayoría de las veces termino rota." "No querías cuidarme, ni curarme, querías volverme la mejor; pues espero que estés orgullosa porque después de todo lo lograste. Soy la mejor. ♤♤ Me discu...