𝑴𝒊 𝒎𝒂𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑰𝒕𝒂𝒍𝒊𝒂𝒏𝒐

Capitolo Ventinove - Capítulo XXIX

—Mi amor, yo…

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?—Lee frunció el ceño.

—Tu hermana–

—¿Qué pasa con ella? ¿Te hizo algo?

—¡No!—La frené de inmediato—No me ha hecho nada, pero… Yo mentí—Tragué saliva—Sí la conozco, la conozco de antes y lamento mucho haberlo ocultado.

—Mi amor, tranquila, ya lo sabía—Relajó su semblante y tomó mi mano.

—¿Cómo? ¿Quién te lo dijo?—Me sorprendí.

—Ella.

—¿Cuándo?

—Hace un par de años.

—No entiendo—Me alejé.

—Teníamos dos años de casadas y Catherine llamó para felicitarme por la boda. Me sorprendí mucho porque ya había olvidado su voz, pero recordé que Ann me había comentado que la vio y que al parecer, ella quería hablar conmigo. El que me haya contactado me hizo sentir muy feliz, hasta que me enteré de lo que estaba sucediendo en su vida.

—¿Su divorcio?

—Sí y un par de tragedias más—Me sorprendí, pero no pregunté nada al respecto—¿Sabes? Mis padres la obligaron a casarse y su esposo a cambiarse el nombre, vivía un infierno. Sentí mucha lastima por ella.

—¿O sea que Catherine no amaba a su esposo?

—No, al parecer eres la única persona a la que ella ha amado de verdad—Lo que dijo me dejó sin palabras. ¿Elise le había dicho tal cosa? —Cuando se enteró de que eras tú, la mujer con la que me había casado me enfrentó, dijo que ella te conocía desde hace mucho. Incluso creo que deseaba pelear por ti—Me miró fijamente—Pero le dejé claro que tú no eras un trofeo por el cual competir y creo que al final se dio cuenta del daño que te hizo, por eso no dijo, ni hizo nada más.

—¿Tuvo que hablar contigo para darse cuenta de eso?—dije con evidente molestia.

—Sé que la amas, Stephanie—Soltó de pronto.

—¿Lo hago?

—Sí, pero también me amas a mí—Volvió a acercarse—Pedirte que elijas es un error, porque yo en tu lugar no sabría como hacerlo y jamás sería egoísta contigo. El amor para mí ha sido fácil, elegí a la persona para compartir mi vida y él a mí, fue por poco tiempo pero ambos disfrutamos de ello.

—¿Qué tratas de decirme?—Fruncí el ceño.

—Nunca te he contado, pero a veces sueño con él…—Sabía que se refería a su ex marido así que puse toda mi atención—Despierto y él duerme plácidamente a mi lado, jamás se fue, todo ha sido una pesadilla—Había decepción en su mirada—...Sé que tu historia con Catherine es diferente, ella no murió, ella sigue aquí y si tú aún la amas, yo–

—Lee... Si tu ex marido no estuviera muerto, ¿me elegirías?

—No. No hubiera puesto mis ojos en ti y el bar ni siquiera existiría.

Todo este tiempo creí que Lee me había elegido, pero la verdad es que simplemente se enamoró y fue detrás de mí. Ella es como un río, sus aguas fluyen, se deja llevar y ya. No le gusta desperdiciar el tiempo y sinceramente, yo tampoco.

—Y si yo te dijera que quiero a tu hermana, ¿me dejarías ir con ella?—Quise saber.

—Si es lo que tú quieres, pero debes de ser sincera conmigo—respondió con seriedad—Ella y Ann pasaron por mucho después de que yo me fui y me culpo por ello. La felicidad a veces es egoísta, fui egoísta… Conocía a mis padres y debí imaginar lo que ellos harían con mis hermanas y quizá, sí lo hice, pero no me importó. Era una soñadora rebelde, nadie podía detenerme y desgraciadamente no puedo devolver el tiempo, la vida es así. Tomas las oportunidades o las dejas ir… No me arrepiento y no me gustaría que tú si lo hicieras.