FLASHBACK Special♡♡♡

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FLASHBACK

Otoño.

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Entre sus cabellos de oro... encuentro mis sueños.
Entre sus largas pestañas... me pierdo y del color de sus ojos no hablemos.
La distancia entre nosotras es infinita, muy parecida a la de los planetas... Me acerco y usted se aleja.
Y si giramos en círculos por qué no la encuentro en la primera vuelta, por qué parece que usted va en línea recta pasando de largo a mi persona.
Quizá yo soy muy pequeña, imperceptible ante sus ojos y ante su corazón.
Si tan sólo coincidiera conmigo, si fuera posible que un planeta chocara con otro, incluso si el impacto destruyese todo a su alrededor, quedando solamente sus pedazos y los míos flotando en la nada. Quizá valdría la pena destruirlo todo con tal de sentirla cerca.
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—¿Señorita Fave... estudiando hasta tarde?—Escuché su voz.

Los nervios me invadieron y el sudor en mis manos provocó que el libro que sostenía resbalara y cayera al piso. Escuché una risita burlona de su parte y eso me hizo sentir una niñita, torpe y tonta.

—Te–tengo examen mañana—Contesté nerviosa y coloqué sin pensar el libro en el estante.

—Su profesora debe ser una bruja. ¿Quién hace un examen los viernes?—Escuché sus pasos aproximándose—Son los lunes por la mañana—Mofó. No la vi sonreír, pero puedo jurar que sentí su sonrisa a mi espalda.

—¿Qué hacía aquí? Los profesores nunca vienen a la biblioteca—No volteé a mirarla, no quería que se diera cuenta lo nerviosa que me ponía.

—¿Y usted qué hace aquí?—Me alejé de su presencia.

—Me informaron que había un alumno merodeando a deshoras en la biblioteca y vine a castigarlo—respondió en tono serio.

Volteé a mirarla y mis ojos se abrieron en forma de sorpresa.
No quería ser castigada, no quería que hubiera una mancha en mi expediente.

—Miss Gamble, por favor... Yo–yo no...

—Usted no qué—Me interrumpió—¿Es que a caso estoy viendo mal y no anda merodeando por aquí a deshoras?—Alzó una ceja.

—Sí, digo... no. No ando merodeando, estoy buscando un par de libros para su examen de mañana y me distraje leyendo.

—¿Leyendo poesía?—Sonrío. No pude descifrar su sonrisa.

¿Le parecía patético que yo leyera poemas? ¿Se burlaba de mí?—Su mirada se desvió hacia el estante dónde había colocado antes el libro. Cerré los ojos intentado escapar unos segundos de la realidad, si a Elise se le ocurría tomarlo se daría cuenta que no era cualquier libro y que ni siquiera pertenecía a la biblioteca.

—¿Todo bien, Fave?

—Sí señora, digo... sí Miss Gamble.

—Bien, solo porque estaba usted estudiando si no la hubiese castigado. Es mejor que se vaya a su casa o la van a regañar por llegar tarde—dijo y me hizo señas para que me fuera.

Tomé mis cosas y antes de salir le recé a todos los dioses para que ella no revisara aquél libro, pues contenía un par de páginas comprometedoras y no habría que ser muy inteligente para darse cuenta que eran para ella. A pesar de que los escritos estaban cubiertos por una pasta dura color verde esmeralda, recortes de revistas y hojas de flores secas, si ella se aventuraba a leer el resto... estaría en graves problemas.

𝑴𝒊 𝒎𝒂𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑰𝒕𝒂𝒍𝒊𝒂𝒏𝒐 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora