FLASHBACK Special ♡♡

3K 262 143
                                    

FLASHBACK.

Era el segundo día en el nuevo colegio. Melissa y yo ya nos conocíamos, ella era con la única que conversaba y a la cual esperaba para entrar juntas. Esa mañana Melissa no llegó temprano y tuve que entrar corriendo al colegio o me hubieran castigado. Iba cruzando la puerta cuando choqué con alguien.

—¡Señorita!—Alzó la voz—No puede andar corriendo por los pasillos—Sermoneó.

—Disculpe—Me avergoncé.

Ni siquiera volteé a mirarla.
Me agaché a recoger mis anteojos que estaban tirados a sus pies, prácticamente rotos.

—Mejor déjelos ahí o va a lastimarse con los cristale—dijo.

—Los necesito, no puedo ver bien sin ellos—contesté con molestia.

—Pues eso lo hubiese pensado antes de levantarse tarde y entrar corriendo a la escuela—Volvió a regañarme.

—Eso no fue lo que pasó, pero ya no importa...—Suspiré rendida—De todos modos ya están rotos. Ya no puedo hacer nada—Me levanté y me acerqué a ella para poder verla mejor.

Sus ahogantes ojos azules me robaron el aliento. El tiempo y el espacio se detenían a admirar su belleza; embelesada me tenía su presencia.

Debe ser la miopía—Pensé.

—¿No tiene clases o algo mejor que mirarme así?—reprochó.

—Discúlpeme—Agaché la cabeza.

—Deja de disculparte y vete a tu clase—Ordenó.

Hice caso a su mandato como si trabajara para ella, como un perrito bien adiestrado a su dueño.
Caminé sin rumbo fijo por los pasillos hasta que me topé con Melissa.

—No tienes idea de lo que me pasó—Le hablé.

—A parte de olvidar los lentes, ¿qué más te paso?

—¡No los olvidé!—Fruncí el ceño al recordar que por su culpa, se rompieron—Más bien ¿por qué no llegaste temprano?

—Sí llegué temprano, pero mi madre me acompañó. Tenía que hablar con la directora. No pude avisarte, ¿me perdonas?—Suplicó.

—Bien, pero ahora serás mi guía. Sin los benditos lentes no veo bien.

—Pero si no los olvidaste, ¿qué les pasó?—Me tomó del brazo.

—Vamos a clase y ahí te cuento—respondí y ambas caminamos hacia el salón.

Cuando entramos el profesor aún no había llegado y tuve tiempo de contarle mi versión menos vergonzosa de lo ocurrido a Melissa.

—¿Quién sería tan cruel como para no ayudar a una pobre ciega?—Mofó.

—No le veo el chiste—La miré seria.

—Ojalá esa bruja no nos toque de profesora.

—No creo que sea tan mala. Quizá había tenido un mal día o su mejor amiga no le avisó que llegaría más temprano, así no habría tenido que esperarla como tonta—Sonreí con ironía.

—Ya te pedí perdón por eso—Se acercó y pegó su frente a la mía—Te compro unos lentes nuevos si quieres—habló muy cerca a mis ojos—Pero hay que superarlo, ¿sí?

Aquello me hizo reír pues sabía que su extremado acercamiento era una burla por no poder ver del todo bien.

—¿Se divierten mucho, señoritas?

Aquella voz tan imponente se escuchó por todo el salón e hizo que Melissa se separara de mí de un salto.

—Estábamos esperando al profesor y como no llegaba todavía pues...—habló Melissa.

𝑴𝒊 𝒎𝒂𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑰𝒕𝒂𝒍𝒊𝒂𝒏𝒐 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora