—¡Señorita Fave!
—¿Sí?
Su voz me hizo salir de aquel trance y me di cuenta de lo húmeda que me encontraba.—¿Le pasa algo? Llevo un rato hablándole y parece que no me escucha. ¿Se encuentra bien?
—Mi scusi, pero no, no me siento bien. ¿Me podría prestar su baño?—¡Claro! ¿Quiere qué la acompañe?
—¿Qué? ¡No!—Alcé la voz y me miró sorprendía—. Es decir... no gracias, sé donde se encuentra, no se preocupe —Sonreí y salí de ahí en dirección al baño.
¿Por qué te apareces ahora Elise? No puedo creer que mi cuerpo aún vibre de esta manera con tu simple recuerdo, ¡te odió!
Las lágrimas comenzaron a salir y yo sin poder hacer absolutamente nada para detenerlas. No quería estar aquí, cerca de una mujer. Fingiendo compostura y tragándome de nuevo mis sentimientos.
—¿Va tutto bene lì dentro?
Su voz, su excitante y ¡maldito tono de voz!
—Si tutto bene—Me limpié rápido las lágrimas y me dispuse abrir la puerta.
—Segura porque–
—¡¿Por qué, qué?! ¿Ahora se preocupa por mí? —La miré directamente a los ojos.
—Estabas llorando, ¿qué tienes?
—Usted debería saberlo mejor que yo.
—Pues no, no lo sé, ilumíname —Volteé los ojos, enfadada—. Pensé que íbamos avanzando con las clases–
—¿Pensó que de verdad estaba haciendo un buen trabajo? ¡Vaya! es mucho más ingenua de lo que pensé —Frunció el ceño ante mis palabras—. Todo este tiempo he estado fingiendo que tiene el control, que hace un buen trabajo, pero resulta que ya me cansé, me cansé de estar actuando —Comencé a quitarme el moño del cuello que me estaba asfixiando y sin pensarlo también el saco. Cuando estaba por desabotonar la camisa ella me detuvo.
—Pero... ¿qué está haciendo, niña? ¡Stephanie detente! —Tomó mis manos, pero me zafé de su agarré y continué hasta quedar prácticamente desnuda.
—¿No se da cuenta que odio este uniforme?, ¡lo odio tanto o más que a mi vida! —Estaba llorando como una dramática en el suelo y ella sólo me miraba.
—¡Levántate! —Me extendió su mano —Tú papá sólo busca lo mejor para ti.
—Y se supone que lo mejor para mí es ¿susted?, ¿usted y sus clases?, ¿usted y sus reglas? —grité y rechacé su ayuda.
—¡No! Lo mejor para ti es que olvides, que te conviertas en la mejor... una profesional–
—¿Fría y calculadora? ¿Una strega cómo tú?
—¿Es lo que piensas de mí? ¿Qué soy una bruja? No he sido una bruja contigo, no todavía. ¡Venga!, levántate y vístete, la clase tiene que continuar —Me volvió a extender su mano, pero la rechacé por segunda vez.
—¿Cómo haces? ¡¿No tienes sentimientos?!
—Los tengo, pero soy una profesional. No mezclo el trabajo con lo personal.
—¡Oh!, así que un trabajo. ¿Es lo que soy?, ¿mi padre te paga para convertirme en la mejor?
—En realidad me paga para mantener tu mente ocupada.
—¿Y para que mi madre no tenga que verme en casa? ¿Te paga por ser mi madre? —Me levanté del suelo, la observé fijamente y ella hizo lo mismo—. ¿Ahora debo decirte mommy? —Apenas y me dio tiempo de cerrar los ojos antes de que estampara la palma de su mano contra mi rostro.
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𝑴𝒊 𝒎𝒂𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑰𝒕𝒂𝒍𝒊𝒂𝒏𝒐
Fiksi Penggemar"Aferrarme a las personas es un talento nato y por ello la mayoría de las veces termino rota." "No querías cuidarme, ni curarme, querías volverme la mejor; pues espero que estés orgullosa porque después de todo lo lograste. Soy la mejor. ♤♤ Me discu...