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- Jaden: ¡Kendal para! ¡Para por favor!
Yo seguía corriendo, no podía parar.
- Jaden: ¡KENDAL PARA YA JODER!
Me quedé paralizada, jamás había visto a Jaden enfadado. Oí como se aproximaba a mi, me giré y vi su rostro. Su perfecto rostro empapado en lágrimas.
- Jaden: Kendal puedo explicártelo...
- ¡¿El qué puedes explicar Jaden?! ¿¡Que apostaste 200 putos doláres a cambio de que cayese rendida a tus pies?! ¡¡Pues enhorabuena porque lo has conseguido!!
- Jaden: ¡¡Sí, lo hice, y no lo voy a negar!!¡¡Hice esa maldita apuesta!!¡¡Pero jamás llegué a pensar que me iba a enamorar de ti!!
Mi dolor aumentaba.
- ¡Si realmente me amas, no me lo hubieses ocultado tanto tiempo hasta tener que descubrirlo por mí misma gracias a que tus amiguitos se les ocurrió hablarlo en una taquilla próxima a la mía sin percatar mi presencia!- le grité mientras me alejaba de él.
- Jaden: Kendal no te alejes por favor...- mi corazón se partía escuchando su súplica inundada en lágrimas.
- ¿Sabes qué es lo que más me duele de todo esto Jaden? Llegar a pensar que cada cosa que hemos vivido juntos ha sido totalmente planeado, y todo por tu puta apuesta. ¿Esta era la meta de la que me hablaste el primer día que hablé contigo,no? Disfruta de tus 200$ Jaden. Porque para esta Afrodita, es game over.
Me alejé cuanto pude, miles de recuerdos de nosotros juntos inundaba mi mente, desde el primer día que lo vi hasta el último día que pasamos juntos. Aún no me creía como alguien en quien deposité todo de mi hiciese algo tan maléfico como esto. Mi rey malvado hizo su jugada.
JADEN
Vi como la mitad de mi ser, mi reina, mi Afrodita se alejaba tan rápido como podía.
Sentía las lágrimas caer por toda mi cara y ahora mismo desearía jamás haber hecho esa maldita apuesta. Ojalá nunca se lo hubiese ocultado, ojalá se lo hubiese contado antes y haber podido evitar esto. No soportaba ver cómo la chica de la que estaba locamente enamorado me decía cada palabra en aquel maldito sitio. Como me contaba que había quemado su corazón, como me decía que tenía su mundo en mis manos, como las lágrimas corrían por su preciosa cara por el dolor que contenía en su pecho, un dolor que yo había causado. Yo era quien había provocado esto. Mis lágrimas se duplicaban al recordar cada maldito segundo que he pasado con esa hermosa chica, como me observaba mientras dormía, como se alegraba cuando ganábamos las Olimpiadas de aquel dichoso parque acuático, como lloraba con su dichosa serie que tanto detesto y que ahora rezaría por verla junto a ella, como me confesó cuanto me amaba cuando la llevé a las Maldivas y cómo se le iluminaba la mirada cuando me veía.

GAME OVER AFRODITA [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora