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Sin darme cuenta estaba conduciendo sin rumbo hasta que vi que estaba enfrente de su estudio. Inconscientemente entré con una copia de su llave que él me dio. Me la dio porque me dijo que si alguna vez no le encontraba le encontraría siempre allí.
En un abrir y cerrar de ojos me encontraba sentada en el sillón de su estudio, rodeando mis piernas con los brazos y mi cabeza enterrada en ellos, llorando lo más fuerte que pude. No se cuanto tiempo pase así, solo sabía que tenía que irme de allí, si él me encontrase aquí volvería a llorar, volvería a romperme y a destruir la poca fortaleza que me quedaba. Pero ya era tarde. Escuché como una llave se giraba en la puerta y se abrió, y ahí estaba de nuevo, el príncipe oscuro en el que deposité todo mi amor y confianza aparecía tras aquella puerta.
- Jaden: ¿qué haces aquí?- preguntó confundido.
- Perdón, ya me iba.- dije limpiándome las lágrimas de mi cara.
- Jaden: no, esta vez no vas a ningún lado.
Y sin siquiera darme cuenta me acorraló contra la pared, no podía salir y tenía los brazos de Jaden a ambos lados de mi cara.
- Jaden deja que me vaya.
- Jaden: no, esta vez no. Vas a escucharme y cuando me escuches te irás.
Tenía sus ojos clavados en mí, el intenso azul de su iris no brillaba como el primer día que lo vi, estaba apagado, triste, se veía dolido.
- Jaden: escúchame, hice esa apuesta con los chicos el primer día de Universidad. Durante el proyecto pasamos tanto tiempo juntos que mi amor por ti nació y creció, aumentaba con cada tarde que pasaba contigo. Cuando te traje aquí, supe que estaba locamente enamorado de ti. Ver cómo te alegraste y me abrazaste al ganar la feria de ciencias, como celebrabas nuestras victorias en las Olimpiadas del parque acuático, cómo te ruborizabas cuando me pillabas observándote en clases y como tu respiración se agitaba con cada paso que daba acercándome a ti me hizo darme cuenta que me había enamorado, y por primera vez en mi vida amé a alguien y sigo haciéndolo, amé a mi Afrodita tanto como ella amaba a su Ares. Conforme pasaban los días intenté decirle a Josh que retirase la apuesta, que no quería seguir con ella porque te amaba y no quería lastimarte.
- Pero lo hiciste.- dije llorando.
- Jaden: Josh no quiso retirar la apuesta por mucho que lo convenciera.
- ¿Por qué no me lo contaste antes Jaden?
- Jaden: porque sabía que te lastimaría y no quería perderte.
- Pues lo has hecho y de la peor forma posible. No sabes cuántas noches he estado llorando por haber caído en tus garras, recordando cada puto segundo que pasamos juntos, me martirizaba recordando cómo me decías cuanto me amabas aquella mágica noche en las Maldivas cuando me entregué por primera vez a una persona, cuando te di todo de mi. Llevo 4 meses intentando olvidarte, deshacerme de ti, y por mucho que lo intente no puedo. ¿Sabes cómo lo he pasado?
- Jaden: ¿Acaso te crees que yo no lo he pasado mal también? Llevo 4 meses encerrado en una puta habitación maldiciendo no habértelo contado, arrepintiéndome de lo que hice, llorando como jamás lo había hecho por lastimar a la primera chica que había amado y que jamás dejaría de amar. Los chicos ni siquiera me dirigen la palabra porque a lo mínimo que me digan respondo agresivamente. Maldigo cada segundo que te hecho pasarlo mal. Llevo 4 meses preguntándome si tú también estabas igual de rota por dentro como yo lo estaba, si tú también estabas encerrada en la casa y sin ganas de hacer nada, deseando tenerte a mi lado para decirte cuánto lo siento por haber jodido lo que más amaba en este mundo y ahora que lo tengo enfrente ni siquiera puedo expresar la mitad de cosas que llevo deseando decirte.
Me quedé sin palabras, cada frase que soltaba, cada sentimiento que expresaba hacía que las cenizas que él tiene de mi corazón volasen a kilómetros de distancia. El dolor aumentaba, verlo igual de roto que yo hacía que todo se volviese más doloroso.
- Lo siento si te hice pasar durante toda esa mierda esos cuatro meses, pero ahora no puedo hacer nada.
Me marché, corrí hacia mi coche cuanto pude y volví al hospital con Mads.
- Tony: Kendal ve a descansar, has tenido un viaje muy largo y has estado llorando desde que llegaste. No te preocupes, yo cuidaré de Mads y serás la primera en saber lo que le diga al doctor.
- Tony de verdad que quiero quedarme.
- Tony: Kendal, por favor, ve y descansa.
- Está bien.
Por una parte me alegraba que Tony me comprendiera pero por otro me dolía dejar a Mads sola cuando le dije que iba a estar a su lado en todo momento.
Al entrar de nuevo en mi piso los ojos se me aguaron, era imposible evitar ese dolor.
Todo me recordaba a él, y había sido una completa idiota al ir al estudio, sabía que él podría aparecer en cualquier momento y aún así no me largué, di lugar a que él llegase.
Me dormí pensando en todo lo que había sucedido hoy hasta que una llamada de Bryce a las cinco de la mañana me despertó.
Cogí el teléfono sin mirar el nombre pensando que era Tony y había noticias sobre Mads, pero cuando Bryce sonó al otro lado del teléfono no podía colgarle.
- Bryce: Kendal
- ¿Qué quieres Bryce?
- Bryce: sé que no quieres escucharme pero esta vez se fue de las manos.
- ¿El qué?
- Bryce: todos estos meses te he estado llamando para que vieneses y tratases de relajar a Jaden. No era el mismo, no quería hablar con nadie y cuando lo hacía se volvía muy agresivo. Se encierra en su habitación y no sale en todo el día pero esta vez se ha pasado.
- ¿Qué te hace pensar que iba a ir expresamente a relajar a Jaden?
- Bryce: todos sabemos que os seguís amando, y tú eres la única persona a la que escucha y quiere hablarle. Ahora solo necesito que vengas a donde te voy a decir.
- No pienso ir.
- Bryce: él te necesita Kendal.
- ¿Dónde es?
- Bryce: la comisaría.

GAME OVER AFRODITA [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora