GAME OVER AFRODITA [BORRADOR]

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BRYCE:
Eran las tres de la mañana, la fiesta acabó hace media hora y desde entonces ninguno de nosotros ha salido de la habitación, solo cuidábamos de que Jaden no se fuese por ahí porque estaba demasiado drogado, hablábamos de lo sucedido y nos preguntábamos dónde estaba Kendal. Fui a mi habitación a coger una camiseta y ahí la encontré, sentada en el suelo del balcón con los brazos abrazando sus rodillas.
- ¿Kendal?
- Kendal: déjame en paz.
- ¿Se puede saber qué haces aquí?- le pregunté saliendo al balcón.
- Kendal: maldecir mi existencia.
- No te pongas así Kendal, estábamos preocupados porque no sabíamos dónde estabas.
- Kendal: bueno, me alegra saber que hay gente a la que le preocupo de verdad, porque mi novio- dijo haciendo comillas resaltando la palabra- parecía muy ocupado con la zorra de Charly.- dijo entre sollozos.
Me senté a su lado y la abracé.
- Kendal....
- Kendal:¿Qué Bryce? ¿Es que no ves que no tiene solución? Que hace algo, se arrepiente, yo vuelvo como una estúpida perdiendo cada gramo de amor propio que me queda porque estoy locamente enamorada de ese capullo y vuelve a hacer otra mierda que hace que pierda toda la fé que me quedaba de él. Estoy harta Bryce, harta de darle a lo nuestro otra oportunidad, confié en él, me entregué a él, puse todo de mi en nuestra relación, y lo más irónico es que hace cosas encantadoras para después apuñalarme por la espalda. ¿Por qué Bryce, por qué yo? ¿Por qué he tenido que ser yo a la que elija para destruirme una y otra vez, para enamorarme cada vez más y después hacer cosas que me hacen pensar que no le intereso en lo más mínimo?- dijo llorando.
- Kendal cálmate, hay una explicación.
- Kendal: ¿qué explicación tiene eso Bryce? Lo he visto con mis propios ojos, estaba muy ocupado besándose con su nueva novia.
Estaba rota, siempre lo estuvo desde que lo conoció a él, pero aunque todos creamos que esto no tiene solución ni cura sí que la hay, es él, el mismo que la destruye es el único capaz de curarla. Porque son ellos dos, quienes tanto daño se hacen y a la vez se aman tanto que no pueden estar el uno sin el otro. Quería consolarla, decirle lo que había pasado, desearía contarle que soy más cercano a ella de lo que piensa, pero si le contase ese secreto la destrozaría más y no me volvería a dirigir la palabra. No quiero perder al único miembro de mi familia que me queda.