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07

Un año después una familia me adoptó. Tuve suerte ya que hacia poco cumplí los quince. Fue mi segundo cumpleaños en el Orfanato y el último.

Tenía mi propia habitación y hasta un hermano cinco años menor que yo. Era muy lindo y se llamaba Jisung.
Nada más llegar a mi nuevo hogar, Jisung se abalanzó sobre mí y me dio un fuerte abrazo diciendome que siempre había querido tener una hermana.

A los pocos días de estar con mi nueva familia me enteré de que mi ahora madre no podía quedarse embarazada de nuevo por alguna razón. Por eso mi adopción. Querían a alguien que le hiciera compañia a Jisung.

Una familia maravillosa, sin duda. Pero yo seguía echando en falta a mi padre biológico.

La señora Jonson les contó toda mi historia y no dudaron ni un segundo en adoptarme. Les agradecí por ello.

Al llegar por primera vez a mi habitación, cogí el móvil y me desanimé por unos segundos. No tenía ningún mensaje.
Unos minutos después busqué las razones por las cuales Renjun no me mandó ningún mensaje.
Tal vez no tenía móvil y no podía contactarme por ello.

Me incorporé en mi cama al escuchar la puerta de mi habitación abrirse lentamente. Era Jisung, no entendía el por que de su visita ya que eran las doce de la noche.

-¿Qué ocurre?- Dije dejando mi móvil en la mesilla y sentandome en la esquina de la cama.

-He tenido una pesadilla y no puedo dormir-

Entonces lo entendí, no quería dormir solo en su habitación.
Me tumbé en la cama y le invité a dormir junto a mí.
Vino corriendo y se acurrucó junto a mí.

-No te vayas nunca hermanita-

Le miré y ví que tenía los ojos cerrados. Le di caricias en la cabeza y después dejé un casto beso en esta.

-No lo haré, puedes estar seguro de ello- Un rato después me dormí.

La vida no era tan bonita como parecía cuando mi padre biológico seguía vivo.
La vida me puso un obstáculo enorme en medio y tuve que aprender a vivir de ese modo.
Unos años después de que mi padre muriera, tenía una familia que me amaba y yo les amaba a ellos.