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Después de que todos nos pusiéramos los pijamas, nos tumbamos cada uno en la cama que nos correspondía.

Estuvimos hablando durante bastante rato y después de un largo rato nos dormimos.

La cama no era muy grande pero entrabamos dos personas sin necesidad de estar pegados del todo.

A la noche tuve una pesadilla. Solía tener la misma una y otra vez desde que mi padre murió.
Mi ahora padre y madre lo sabían, hacía bastante tiempo fuimos al médico, nos dijo que con el tiempo se me pasaría.

La pesadilla era del día en el que mi padre biológico murió. Siempre me despertaba agitada y tardaba bastante tiempo en dormirme.

Esa noche no fue la excepción.

Me senté de golpe en la cama al ver a mi padre ensangrentado en el suelo.

Me quedé sentada durante unos segundos tratando de recuperar el aliento y procesar toda aquella información.
Al recordar que solo era la misma pesadilla de las demás noches pasé mi mano por mi pelo para intentar calmarme.

Noté una mano sujetando mi muñeca y me sobresalté apartando mi mano.

-Irish, ¿te encuentras bien?-

Entonces recordé que estaba en la casa de Donghyuck.

Me calmé un poco al escucharle a Renjun. Me tumbé de nuevo en la cama y le abracé.

Necesitaba un abrazo, necesitaba saber que había alguien junto a mí.

Renjun correspondió mi abrazo algo confundido y yo hundí mi cara en su cuello mientras intentaba no llorar.

Me aferré a él pensando que en cualquier momento me dejaría como lo hizo mi padre biológico.

Odiaba aquel pensamiento, no podría imaginarme una vida sin Renjun. Me ayudó cuando más lo necesitaba y lo estaba haciendo nuevamente.

Le quería demasiado.