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-Irish, tengo que hablar contigo- le miré confundida y apagué la televisión.

-Claro, ¿de qué quieres hablar?- se sentó junto a mí en el sofá.

-Es sobre nosotros-

Entonces me asusté.

-¿Sobre, nosotros? ¿Qué ocurre?- dije lo más tranquila posible.

Los chicos se habían ido hacía tan solo unos minutos y Lucas y yo estabamos sentados en el sofá.

-Te he notado extraña estas últimas semanas-

Me quedé callada, ¿qué se suponía que le iba a decir?

-A decir verdad creo que ya no sientes lo mismo por mí que cuando nos conocimos-

Bien, él tenía razón. No lo negaré. Pero no quería hacerle daño.

-¿Te gusta Renjun?- mi corazón estaba demasiado acelerado.

-¿Por qué lo preguntas?- no era buena mintiendo, mi tartamudeo me delató.

-Así que es eso- suspiró.

A decir verdad parecía un suspiro relajado.

Aquello me tranquilizaba, pero a la vez me confundió.

-¿No estás molesto?- pregunté confundida por su reacción.

-Me tranquiliza el hecho de que te guste Renjun-

Aquello me confundió aún más.

-No entiendo-

-No me mal intérpretes, eres una persona espléndida, una de las mejores que e conocido en mi vida- se quedó callado por unos segundos- Tenía miedo de decirte que me gustaba otra persona. No quería dañarte-

Le miré sorprendida. Estaba en la misma situación que yo.

Nos quedamos en silencio durante unos segundos.

-¿Y ahora?- pregunté.

-Podemos volver a ser amigos, nunca tuve ningún problema contigo y no quiero que te alejes de mí-

-Nunca tuve planeado alejarme de tí-

Alzó su mano a la altura de su abdomen.

-¿Amigos?-

Le miré a los ojos, estrechamos nuestras manos y sonreimos.

-Amigos- dije y le abracé.

Me alegraba el hecho de que Lucas y yo siguieramos siendo buenos amigos, no quería que se alejara de mí, él era una persona maravillosa.