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Después de clase Renjun y yo nos despedimos de Donghyuck.

Renjun se ofreció a acompañarme a casa. Le insistí varias veces en que no hacia falta que me acompañara, pero aún así lo hizo.

Cuando iba a entrar a mi casa Renjun habló.

-Tengo que decirte algo- le miré. Parecía nervioso.

-¿Ocurre algo?- pregunté preocupada.

-Yo- se quedó pensativo durante unos segundos -Solamente quería decirte que- se quedó callado y unos segundos después siguió hablando -Te aprecio mucho, Irish- dijo mirándome.

-Y yo a tí Renjun-ah- dije sonriendo.

-Será mejor que me vaya a casa, mis madres me estarán esperando para comer- dijo.

-Está bien, hasta mañana entonces- dije abrazandole, él correspondió el abrazo.

-No quiero perderte nunca, Irish- dijo y algo confundida le respondí.

-No me perderás jamás, estate seguro de ello- nos separamos del abrazo y se fue en dirección a su casa.

Entré a mi casa, dejé la mochila en la entrada y fui a la cocina. Mi padre estaba preparando la comida.

-Buenas tardes hija- dijo mi padre mirándome por un segundo y después fijando de nuevo la vista en la sartén.

-Buenas tardes papá. Iré a cambiarme de ropa y enseguida bajo- dije y subí a mi habitación.

Me quité el uniforme y me puse una camiseta de mangas largas, unos pantalones negros largos y una sudadera de color azul clarito.

Mi abuela y abuelo aún no habían llegado a comer. Por alguna extraña razón aquello me ponía nerviosa.

Bajé las escaleras al escuchar la puerta de la entrada abrirse. Eran mi madre y Jisung, acababan de venir del colegio.

-¡Irish!- dijo Jisung y me abrazó.

Era muy cariñoso y tierno conmigo, le amaba demasiado.

-Hola Jisung-ah, ¿qué tal en el colegio?- pregunté correspondiendo su abrazo.

-Muy bien, mi mejor amigo por fin a ido a clase y me ha regalado esta pulsera- dijo dejando de abrazarme y me enseñó la pulsera que tenía en la muñeca.

Era una pulsera de la amistad.

-Es preciosa Jisung-ah- dije viendo cada detalle de la pulsera.

Era algo simple, pero era preciosa.

Fue cuando escuchamos el timbre sonar. Mi madre abrió la puerta.

Mi abuelo y abuela habían llegado.

му ωαуDonde viven las historias. Descúbrelo ahora