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Más les vale reventar el capítulo con comentarios y votos porque lo escribí con mucho amor, ahre <3

CAPÍTULO VEINTIDÓS

¿Dije satisfecha? Pues no.

Demian me ha mantenido en la zona de la frustración durante toda la maldita tarde. Me ha llevado al borde del orgasmo una y otra y otra... y otra vez, siempre deteniéndose hasta que se volvió algo casi doloroso y comenzaron a salir lágrimas de frustración de mis ojos. Luego, me permitió acabar, pero fue una maldita tarde de tortura.

Ha mantenido mis ojos cubiertos, mis manos atadas y mi cuerpo expuesto y vulnerable a cualquier cosa que quisiera hacerme.

-Ahora, muñeca...- su voz llega casi como un murmullo lejano mientras saca las esposas que han retenido mis muñecas durante toda la tarde-. Tenemos que prepararnos para ir al club- Asiento, sin querer contradecirlo y que el hombre tenga ganas de seguir torturándome-. ¿Vas a comportarte?

-Sí, señor.

-Buena chica- sus labios encuentran los míos y me besa-. Tenemos que darnos un baño- murmura, presionando sus dedos alrededor de mi pezón, casi de forma distraída. Luego, me hace caminar hasta el baño (o eso deduzco, puesto que mis ojos siguen cubiertos) y escucho el ruido de la ropa cayendo, por lo que deduzco que se quitó la ropa que le quedaba. Puedo escuchar el ruido del agua llenando la bañera.

Sus manos me sostienen por la cadera y luego me levantan, hasta que mis pies y una pequeña parte de mis piernas están rodeadas por agua. Me abruma un poco no poder ver y tener que- literalmente- delegarle todo el control a él, pero honestamente, no voy a ponerme quisquillosa en el baño, porque realmente me da un poco de miedo partirme la nuca.

Lo cierto es que toda la frustración de la tarde y el deseo de matar a Demian por mantenerme en esa zona me han sacado de la cabeza cualquier cosa relacionada al club, al menos hasta que él lo mencionó, justo antes de meternos en el baño.

Ambos estamos dentro de la bañera y Demian de algún modo nos pone a ambos sobre el fondo, con mi pecho recostado sobre su espalda. Puedo sentir su pene presionando contra mi culo y su boca chupando la piel de mi cuello. ¿Él no va a darme descanso?

Una de sus manos pellizca mi pezón y la otra baja hasta estar entre mis piernas y presiona el montículo de nervios con el que ha estado jugando todo el día. Lo pellizca ligeramente, lo presiona y lo mueve, mientras yo solo puedo poner mis manos sobre las suyas para intentar detenerlo.

-¿Aun quieres intentar detenerme, nena?-él podría fácilmente liberarse de mis manos pero espera a que yo lo haga-. Bien hecho-cuando aflojo mis dedos, él vuelve a tocarme y yo gimoteo, cansada. Realmente todo me duele porque he estado tensa toda la maldita tarde, ya que he estado tironeando de las sogas. Mi pecho se presiona contra su espalda y de algún modo intento esconderme contra él, como si eso fuera a detenerlo o quitarme la vergüenza.

-Por favor...

-¿Ahora si vas a decirme lo que quieres? -su voz es ligeramente divertida-. Dime, Lianna- ¿Qué es lo que quiero realmente? ¿Cómo puedo decirle a alguien más lo que quiero si ni siquiera yo lo sé? -. ¿No vas a hablar? -uno de sus dedos se desliza con demasiada facilidad en mi interior y su pulgar hace leves círculos sobre el clítoris-. Podemos estar así por mucho tiempo a menos de que te decidas a hablar -murmura.

-Yo...

-Oh, vamos, hemos roto estas barreras ya, Lianna-él mueve con un poco más de rapidez su mano y el leve chapoteo del agua, junto con mi respiración entrecortada es lo único que se escucha en el baño.

Sinestesia | ¡Pronto en físico! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora