Recién ahora me di cuenta de que ya superamos las 100.000 lecturas. Muchísimas gracias <3
CAPÍTULO CUARENTA
—Cuéntame—Brass y yo estamos sentados en el sofá del comedor de nuestro departamento, con una botella de vino frente a nosotros. He llegado a casa hace tres horas, me he bañado, hemos mantenido una charla muy imparcial y ahora vamos a hablar en serio—. ¿Qué pasó con Alcort?
El hecho de que llame a mi padre por su nombre de pila me hace sonreír y me concentro en servir la bebida para poder hablar sin temblores. Ensayé un poco e intenté capitular todos los temas a tratar pero seguramente todo se irá por la borda, porque por mucho que planifique todo, no siempre sale como quiero.
—Llegué y había organizado un almuerzo con el matrimonio Fraken y su hijo—bufo —. Creo que mi padre ha vuelto a eso de querer emparejarme con sus socios—murmuro—. El tipo no dejaba de mirarme e intentar hablar conmigo como si fuéramos amigos—le digo—. Mi padre sugirió dos o tres veces que fuéramos a hablar afuera para poder conocernos.
—Tu padre es un imbécil.
Le doy un sorbo al vino, dejando que queme mi garganta. Es dulce y tinto.
—Lo es, si —el líquido se mueve un poco cuando la dejo sobre la mesita ratona —. Lo más gracioso es que yo no estaba tan nerviosa cuando fui y supongo que es porque sabía, internamente, que mi padre jamás se disculparía o admitiría un error.
—Tu padre es un estúpido por no poder ver la mujer que eres. Él se lo pierde, cariño—Brass me aprieta la mano.
—Eso mismo dijo Demian—murmuro, recordando la conversación del balcón hace dos días.
—Además, para qué quieres a Alcort si tienes a otro papi que te atiende mejor— mi amigo me sonríe—. Papi Demian no suena tan mal.
No puedo evitar la carcajada.
—No, eso es asqueroso. No le dan los años, además.
—Supongo que sí, lo es. Además, comparar a Demian con tu padre fue...
—Asqueroso—repito.
—Sí, es cierto—Brass me sonríe—. Asumo que no lo llamarás ni te dejarás engatusar por ese viejo de nuevo.
Sé de qué habla pero me fuerzo a sonreír y decir:
—¿De cuál de los dos hablas? —él se ríe—. De hecho... —tomo una respiración profunda—, sobre Demian...
—Sí vas a decirme que están follando, eso ya lo sé. Es evidente porque tu humor ha mejorado y luces bien follada cada vez que regresas de su casa. Además, no me creo el cuento de que te quedas todas las noches con él para hablar sobre psicología. Quizás él te sacuda el lóbulo temporal, pero definitivamente, hacen más que hablar del Síndrome de Estocolmo.
Ignoro su comentario.
—Demian me está ayudando un montón con... todo. Con todas mis inseguridades—llevo la copa de nuevo a mi boca, dejando que el calor proporcionado por el vino me anime a seguir hablando—. ¿Si sabes que Demian es dueño del club Seks?
—Sí, ahí se conocieron—yo asiento—. Es un club bdsm.
—Demian es un dominante—murmuro—. Quiero decir... aparte de ser dominante en su forma de ser es... dominante en las relaciones. Le gusta someter sexualmente a las personas con las que está.
Brass me observa tenso. La negrura cubre sus ojos, como cada vez que se pone en ese modo protector que me hace quererlo un poco más. Sólo tendría que decirle una cosa mala sobre Demian para que él se le fuera a la yugular como un perro guardián.
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Sinestesia | ¡Pronto en físico!
ChickLitSERIE SEKS, LIBRO #1 Lianna está a punto de terminar su carrera en psicología, pero su tesis es rechazada. En su intento por buscar información para abordar algún tema controversial, llega a Seks, un club sexual cuyo dueño parece dispuesto a darle u...