Maratón 4/4
Este es un capítulo re especial para mí y espero que lo disfruten.
CAPÍTULO SESENTA Y TRES
Lianna
Mis jornadas en la cafetería se vuelven jornadas dobles, porque acepté cubrir el turno de la tarde. Ahora que no tengo que centrarme en mi tesis, estoy ocupando mi tiempo en otras cosas— como hacer turnos extra—, para que mi mente no termine por jugarme una mala pasada.
Aún no le he dado el trabajo a mi profesor, pero ya lo tengo impreso. Solo necesito llevarlo a la universidad y dárselo para que, con suerte dentro de un mes o dos, tenga mi nota final y mi título.
Le avisé a Brass que haría un turno doble, así que cuando salgo del trabajo a las ocho de la noche y él está en casa preparando la cena, sonrío.
—Nos preparé una buena comida para sobrellevar la noche previa al encuentro con nuestros padres— me dice, apuntando en mi dirección con la cuchara de madera que usó para mezclar la salsa en la sartén.
—Voy a necesitar mucho de eso— le digo—. ¿Tengo tiempo para darme un baño? Huelo a café quemado.
—Sí, freudita.
Me doy una ducha rápida y cuando ya estoy limpia, regreso a la cocina ya vestida con un pijama. Brass y yo cenamos en un ambiente tranquilo, hablando de nuestro día y riendo por tonterías, pero me veo a mí misma pensando en Demian más de una vez.
La situación con su padre no parece estar bien y aunque él siempre diga que lo está, no le creo. Sé que está sufriendo por esto y me carcome no poder estar con él y abrazarlo o distraerlo de todo esto.
Cuando terminamos de comer, me meto en la cama luego de lavar los trastes y me quedo dormida con demasiada rapidez. Sé que Demian dijo que podría llamar a Thomas para que nos lleve mañana, pero realmente no quiero abusar del hombre.
El domingo, me despierto sintiéndome cansada, nuevamente por culpa de los analgésicos para mi muñeca y no veo la hora de que finalmente sane para poder terminar con esto. Brass y yo estamos listos casi a las once de la mañana y tomamos el autobús a la casa de su madre. Ella y su hermana menor, Elisa, nos están esperando para almorzar. Sé que Brass va a contarle sobre su ruptura con el imbécil de Samuel y que posiblemente, la madre de Brass le haya dicho a mi padre que estaremos aquí, por lo que él podría aparecer. Quizás incluso con Celia, lo que no me tranquiliza, precisamente, pero no importa.
Estoy preparada.
Estoy lista para que él aparezca y hacerle frente, así que mantengo mis nervios a raya durante buena parte del viaje, hasta que llegamos a la enorme casa de la familia de mi mejor amigo.
—¡Lianna, Brass! — su madre nos recibe con un abrazo afectuoso y, a diferencia de mi pare, ella nunca intentó que Brass siguiera su estilo de vida.
Ambos venimos de familias acomodadas, con buenas cuentas bancarias, pero nos alejamos de todo eso. Cuando Adela, la madre de Brass, intentó darnos dinero para comprar nuestro departamento, ambos pusimos el grito en el cielo. No queríamos depender de nuestros padres de ninguna manera, por lo que ambos vivimos con lo que ganamos por nuestra cuenta.
¿Podríamos tener las cosas mucho más fáciles si aceptaramos la ayuda de nuestros padres? Posiblemente, pero eso también sería dejar que comiencen a opinar e intentar decidir sobre nuestras vidas, cuando ambos ya somos adultos, completamente capaces de tomar nuestras propias decisiones— acertadas o no—, pero nuestras.
—Hola, Adela— la abrazo, sintiendo la calidez maternal que desprende la mujer, que ha sido una figura materna para mí, mucho más de lo que fue mi madre o Celia—. ¿Cómo estás?
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Sinestesia | ¡Pronto en físico!
ChickLitSERIE SEKS, LIBRO #1 Lianna está a punto de terminar su carrera en psicología, pero su tesis es rechazada. En su intento por buscar información para abordar algún tema controversial, llega a Seks, un club sexual cuyo dueño parece dispuesto a darle u...