Antes de tirarse directo a los comentarios a reprochar la actitud de alguno de los personajes, por favor, lean la nota del final.
CAPÍTULO OCHENTA
He dormido como el demonio, pero, como prometí a mi padre que cenaríamos juntos hoy, estoy poniendo todo mi esfuerzo en maquillarme un poco e ir.
No quiero hacerlo, pero lo haré. Especialmente, porque debo seguir con mi vida, a pesar de... a pesar de.
Cuando estoy lista, Brass y yo salimos del edificio. Él tiene una camisa blanca enrollada hasta los codos y yo llevo uno de los pocos vestidos que jamás he usado para ver a Demian, porque aún no estoy dispuesta a enfrentarme a eso.
Mi teléfono sigue apagado, pero lo he metido en mi cartera, por costumbre. También he ignorado todo lo que ha sucedido la noche de ayer con Brass, con Viktor y con Demian, porque cada vez que mi mente dirige los pensamientos hacia eso, comienzo a sudar y el pánico me ataca. Realmente me siento como si hubiera retrocedido un montón con todo lo que he podido avanzar, pero no me extraña.
Tal vez mi fortaleza sí dependía de él, después de todo. Tal vez soy demasiado débil para enfrentarme a la vida sola y necesité a alguien como Demian que dijera que valgo algo. Sin embargo, tuve a Brass haciendo eso por años y no surgió el mismo efecto, porque Demian... Demian se metió bajo mi piel de un modo incomprensible y hemos tenido una conexión desde el primer día.
Por eso confié en él.
Brass y yo nos subimos a un taxi, porque el restaurante en el que hemos quedado con mi padre está un poco lejos y cuando nos detenemos en el mismo restaurante en el que hemos comido con Viktor y Demian luego de haber conocido al menor de los Pavlov, recibo un golpe en el estómago.
—¿Qué hacemos aquí? — le pregunto a Brass con voz temblorosa, sabiendo perfectamente que este no era el lugar en donde se supone que debemos estar.
—Le he cancelado a tu padre— me dice con una sonrisa culposa—, y Viktor y yo hemos decidido que hablaremos con los dueños para cambiarle el nombre a El restaurante de las disculpas.
—¿Por qué estamos aquí? — repito. Mi ansiedad se eleva a niveles inimaginables y retrocedo un poco, negando cuando veo a Viktor saliendo del interior—. No quiero estar aquí— le digo a mi amigo.
—Hola, zolovka— me mira con una sonrisa leve.
—Hola— murmuro—, me iré a casa— suspiro—. No sé a qué demonios están jugando, pero mi estabilidad emocional está lo suficientemente jodida sin todo esto— logro decir.
—Lianna— Brass pone su mano alrededor de la mía y me mira—. No quiero verte mal, no quiero seguir escuchando tu llanto por las noches y quiero que seas feliz— masculla—. Eras feliz con Demian.
—¿Recuerdas nuestra charla en esta terraza, zolovka? —me pregunta Viktor—. Te conté por qué reaccioné como lo hice contigo, al conocerte— entonces, añade—. Si haces memoria, tal vez vuelva a tu cabeza qué dije sobre mi hermano— me da una sonrisa leve. Yo asiento lentamente—. Como dije ese día, a mi hermano le gusta proteger a todo el mundo y él pensó que la mejor forma de cuidarte de sus... emociones, mientras pasaba el duelo por la muerte de papá era alejándote— hace una mueca—. Las personas toman decisiones... no tan buenas, cuando no las razonan, Lianna.
—Lo sé— musito—, pero...
—El asunto es... — Viktor carraspea—, aquí termina la introducción.
—¿La introducción a qué?
Viktor saca algo del bolsillo de su pantalón y cuando veo que es una venda, niego.
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Sinestesia | ¡Pronto en físico!
Literatura FemininaSERIE SEKS, LIBRO #1 Lianna está a punto de terminar su carrera en psicología, pero su tesis es rechazada. En su intento por buscar información para abordar algún tema controversial, llega a Seks, un club sexual cuyo dueño parece dispuesto a darle u...