Capítulo 75 ✔

1.2K 78 0
                                    

Pov Ana

Todo pasó tan rápido, mi cuerpo reaccionó, solo le tiró un puñete que suena por todo el lugar, se me pasa una idea por mi mente, pero no sé si funcionará, sigue con su cara volteada, veo sus puños, pero están normales, voltea con la misma sonrisa.

—Sabes, ahora estaría pidiendo que te arrepientas, pero extrañe tus golpes -se limpia el chorro de sangre, de su labio.

—Te puedo dar más si tanto lo extrañas -gira su cuello tronándoselo

—Tu picardía, tu rebeldía, tu sarcasmo me fascina -me rio en su cara.

—Yo no extrañe nada de ti.

—En serio -veo que se acerca a mí, no voy a mostrar miedo, me quedo ahí parada hasta que llegue a mí -Que triste ya no te intimido -rosa su mano por mi cuello.

—Nunca lo hiciste -resopla.

—Eso no decías antes -su respiración está muy cerca de mí, me causa asco- Antes estabas -se calla un momento para pensar que decir- eras muy sumisa y me encantaba, tenerte, olerte -da una vuelta en mí separando mi cabello, pero se aleja cuando ve algo en mí- No pensé que te gustara este tipo de marca.

—Oh, no te contó tu amigo -Ahí es cuando aprieta sus puños, sonrió- tengo muchas más, te lo puedo mostrar.

—Las mías son mejores -susurra cerca de mí.

—Bueno, yo no diría eso -ya sé cómo salir de aquí.

—Ana, querida, no me hagas enfurecer -sujeta mis hombros, pero me suelto.

—Yo, no era tu plan que me enamorara para caer a tus pies, sabes fallaste si me llegue a enamorar de él, joder sí que me enamore, pero bueno, ya estamos aquí.

—Yo haré que salga de aquí -señala mi corazón.

—No está ahí, ya quisiera, solo me encanta -pongo los ojos en blanco- coger con él.

—A que es mejor que yo -le regalo una sonrisa, sus puños se aprietan dejando una vena resaltar en su cuello- bueno de algo sirvió que sea mi hermano.

Camino a él y paso mis manos por su hombro.

—Bueno, aunque no recuerdo cómo era estar contigo, quien sabe cambie mi opinión -se voltea para rodearme en sus brazos.

—Te aseguro que eso cambiaría, pero no estamos en momento para experimentarlo.

—Por qué no, si no hay nadie a nuestro alrededor como has dicho Noelia ya estará muy lejos de aquí, solo somos tú y yo -su mirada pasa por mí y sonríe.

—Bueno de Noelia, no negaría, ya estamos aquí más de 2 horas y no creo que esté escondida, pero coger enfrente de muchos cuerpos no es lo tuyo.

—Como sabes que no es lo mío.

Sonríe y me carga haciendo rodear mis piernas en su cintura, como lo suponía está excitado "sigue siendo tan susceptible", mis brazos van a por su cuello, siento que el chico chocó contra la pared, sus manos siguen en mi cintura.

—Ana, no sabes lo cuanto me hiciste falta -me bajo de él, sus manos siguen en mi cintura.

—En serio crees que voy a coger contigo cuando sé que todo esto lo tomaste tú -lo volteo haciendo que caiga, mi brazo pasa por su cuello, logro sacar la navaja que tenía en su cintura - ¿Quién lo diría si sigues teniendo la misma costumbre?

—Yo no haría esto -forcejea para hablar.

—Quiero que salgan todos -apretó la punta de la navaja en su mejilla y mi uña en su cuello de la nada, tengo puntitos rojos en mi pecho, río -ya no tienes palabra como antes acaso me temes.

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora