Capítulo 94 ✔

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Pov Luis.

Me retuerzo en la cama buscándola, pero no está abro los ojos para confirmarlo cuando me choca la luz a los ojos, pestañeó varias veces para acostumbrarme a la luz, veo a mi alrededor, pero no se encuentra ahí la idea de que se fue me mata, corro al baño para ver si está ahí pero no.

Me visto lo más rápido que pueda no, esto no debe pasar joder, corro a la planta principal, tampoco esta joder ¡No!

Iba a salir cuando se escucha la puerta, abrir volteo y ahí está con una bolsa de compras, lo primero que hago es quitarle la bolsa poniéndola en el suelo y abrazarla, se sorprende, pero me responde al segundo.

No la puedo perder de nuevo, ya lo hice no otra vez.

—No me dejes otra vez

—¿Qué fue lo que pasó? -solo niego apretándola contra mí, no puedo dejarla otra vez, joder solo fueron unos minutos y siento que fueron años, la quiero en mis brazos todos los días, ella solo acepta mi silencio apoyándose en mi cuello.

La apartó para besarla, no dice nada, solo acepta, la beso como si nunca más la volviera a ver, ella solo me agarra la nuca parándome apoderándose del beso.

—Pensé que prefieres dormir -dice tranquila, recuperando el poco aliento.

—Prefería despertar contigo, pero no se pudo.

—Oh hombre de las cavernas son a las 12 de la tarde, mi hijo tiene hambre.

Volteo a verla con los ojos agrandados, imaginarme a Ana con un niño o niña en brazos, nuestro hijo me pasa por la mente, nace un sentimiento que nunca pensé sentir, deseo que se cumpla yo y ella con un niño en manos, la atraigo a mí agarrándola de la cintura

—¿Qué has dicho?

—Tengo hambre.

—Ana

—¡Que eso dije, mis tripas están gruñendo hasta esperar que se despierte el rey, pues me muero de hambre! -al parecer su estoma acepta la urgencia, ya que suena en toda la sala -ya ves si no te aparta no me importaría volverme caníbal.

—Esta vez te dejo libre -pero me agacho para dejar un beso en su cuello susurrando- te verías hermosa con un primogénito, sabías.

La veo sonrojarse con solo el movimiento de sus manos, sé que está imaginándolo, ya que se lleva directo al vientre, la rodeo pasando mis manos sobre las suyas.

—Un intruso aquí -voltea a mirarme- tuyo y mío remarcando lo loco que estoy por ti.

Le robo un beso corto para llevar las bolsas a la cocina, dejándole con la duda o sorpresa hasta que se da cuenta de que está parada sin moverse, sacude su cabeza sonriente.

—Claro, yo me veo hermosa con todo lo que llevo puesto -se aparta el pelo sonriendo.

—No tengo ninguna duda que ello sea verdad.

—Aprovechando que estás despierto, yo me voy a bañar.

Solo asiento poniendo las cosas como debes estar, la idea de Ana embarazada me encanta, no me hace dudar ni un segundo que lo deseo, pero poco a poco, ya que está muerto Brando supongo que alguien va a ocupar su puesto.

No sé cómo han hecho eso y no me importa, no pienso malgastar mi tiempo en cosas que pueden alejar a Ana, lo único que quiero ahora es que me perdone o si pudiera recuperar la poca confianza porque es obvio que no va a ser fácil de la noche a la mañana.

Después de lo de ayer joder es una mujer que puedo dejarle, me maneje a su antojo con solo unas palabras, se volvió mi debilidad, a la vez mi tesoro más preciado, solo la quiero para mí, no quiero compartirla con nadie más, tampoco lo haré.

Ayer remarqué lo que Ana puede ser una persona que a pesar de que lleve tantas cosas en la mente, la rabia más la impotencia, no quiere hacerme daño, sé que ahora solo está confundida, sé que necesita respuesta y no me negaré ni un segundo en contestarlas solo quiero estar para ella.

Tengo que buscar o formar algo para sostenerme y si pienso en hacer algo con Ana en un futuro tengo que pensar más en el cómo. De eso me ocuparé hoy mismo.

Verla bajar con unos shorts y la camiseta enorme que tiene me hace remarcar todo lo que tengo en mente.

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora