Pov. Ana
—Aún no lo sé, fue un impulso supongo. -solo se me queda viendo, pero es verdad no sé lo que está sucediendo, cuando estoy con él no existen etiquetas. No me voy a tomar el tiempo para nombrarlas.
—Ana, sabes que en estos casos siempre pierde uno -asiento- espero que no seas tú. -comienza a conducir.
—No, tampoco no estoy para enamorarme aún. -sonrió por la ventana.
—Siempre tenlo en cuenta, cambiando de tema; ya tenemos lugar -le prestó toda la atención, ya que se sabe que no son muy buenos escogiendo lugares.
—Dime por favor que escogieron un buen punto -suplico.
—¡Si! -chilla de emoción.
—¿Dónde va a ser?, supongo que debe ser un muy buen sitio por la emoción -si no estuviera conduciendo estaría saltando sobre sus pies.
—¡Vamos a la playa! -aplaude sola.
—¡Dios eres tú! Por fin escogieron un buen sitio.
—¡Si! Tenemos que comprar muchas cosas para las maletas -siempre va a salir ese lado de ella, yo asiento.
—¿Cuándo se va a realizar? -pregunto por los exámenes que se nos acercan.
—A fin de mes, tienes que llamar a Andrés, para ... -se calla para seguir conduciendo.
—¿Pasa algo? -se encoge más en su asiento.
—¿Has hablado con Andrés? -solamente asiento- ah como él es ... -ya entendí por dónde va.
—Yo terminé con Antoni, no con Andrés, a pesar de que él es un muy buen amigo, no es necesario apartarlo porque su mejor amigo sea un cabrón -le agarró de la mano.
—Vale, entonces tenemos muchas cosas que hacer con él, necesitamos una opinión masculina -me entrega su celular.
Cuando lo prendo, comienzan a llegar los mensajes de Agustín, no le tomo importancia, solo busco el número de Andrés.
Cuando lo encuentro dudo en llamarlo, pero es necesario, contesta el móvil al segundo timbre.
—¡Alócate! -separo mis oídos del celular para ponerlo en altavoz- ¿estás bien Noe, porque no me contestas?
—Soy Ana y acabas de romperme los tímpanos -escucho como se va a un lugar con menos bulla- ¿Preguntamos si tienes planes para hoy?
—Por fin va a aceptar que están enamoradas de mí -Noe, se ríe- mi amor, si estás ahí.
—Sí, esposo mío -amante de todos, decimos lo mismo.
—Antes de que sigamos, ¿nos acompañas? Necesitamos una visión masculina -Noe, se ríe.
—Claro, ¿a qué hora serían? -miro mi reloj.
—Como a las cinco -esperamos su respuesta.
—Va, las recojo -se despide porque según él tiene que alistarse para verse provocativo.
Aunque no le falte, cualquier mujer con dos ojos moriría por él; la voz jodidamente cogible, alto, fuerte, respetuoso, todo lo que quisieran. Si no fuera mi amigo, estoy muy segura que me moriría por él.
Le entrego el móvil, para derretirme sobre el asiento.
El día de hoy estuvo pesado, aguantar las miradas morbosas de los demás, el teatro de Antoni y lo que pasó con Luis, me quedo pensando lo que sentí cuando me toco hasta quedarme dormida.
Despierto por los gritos de Noe, la cual ya está en la puerta de la casa, la sigo para irme directo a mi cama.
—No seas floja, cámbiate que vamos a ir rápido -dice jalándome para pararme.
—Noe, hoy ha sido mucho para mí y todo gracias a Antoni-digo cansada.
—¿Qué hizo él? -pregunta.
Verdad no le conté
— ¿Solo dijo que tan pronto lo olvidé? -le cuento todo, la miro y está enojada- cálmate, no creo que vuelva a hacerlo -sonrió.
—Pero acaso no entiende -dice enojada.
—A también tengo una cita con Luis, el viernes -mencionó cambiando de tema.
—¡Porque no me has dicho nada, Ana! -grita.
—No grites, mira -le entregó los papelitos que tenía, ella los lee y grita más.
—Están tierno, yo quiero uno así -dice haciendo puchero.
—Para eso tienes a Agustín -digo pícara.
—¿De qué hablas? -tartamudea.
—Sí, sí, hazte la tonta -ruego los ojos divertidos.
—Pero recién lo conozco Ana, sabes que me gusta jugar -sola comienza a hablar sobre él, cuando se da cuenta solo se agacha sonrojada.
—¿Sabes que no me puedes mentir? -rio cuando asiente.
—Nada de lo que piensas se va a cumplir -sonríe triste- después de todo no puedo volverme a enamorar -sus ojos comienzan a cristalizarse, sus manos comienzan a temblar.
—Noelia, tranquila -la abrazo- él está muy lejos de nosotras y si se atreve a acercarse ahora si haré lo que no pude hacer antes. -asiente dejando de temblar- mira la hora, tenemos que irnos ahora.
—¡Sí, falta poco para que venga a recogernos! -sale de mi cuarto para dejarme sola.
Hacer lo que tenía que hacer, ¿seré capaz de hacerlo?
¿Como creen que sea su reencuentro?
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En lo que me convertistes【En edición】
Teen FictionEstoy corriendo sin rumbo, no pienso ir a casa, no sé donde irme justo en estos momentos, a pesar no tengo muchas opciones, este vestido no me deja nada de movimiento. Mi mente me traiciona haciendo que varias preguntas pasen por ella, ¿Cuándo se co...