Capítulo 97 ✔

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Pov Ana

No sé por qué le hago caso a Michael, en fin solo digo sus planes los cuales me tuvieron, atenta todo el día al móvil esperando a qué hora va a venir, pero nada.

Y como era de esperar también preocupé a Luis, pero vale haberse puesto en mi situación y que le envié una mujer, quiere verme celosa, pues lo tendrá, ninguna mujer lo verá, puedo llegar ser muy posesiva con lo que es mío y si Luis es solo mío.

No puedo aguantar los impulsos porque estaba por saltar encima de él para dejar en claro que solo me pertenece a mí, que solo yo puedo hacer lo que él más goza, solo yo puedo jugar con su hambre, pero veo que mi celular se prende con una luz roja.

Hice que mi mente se deshaga todas esas ideas de una vez porque solo saldré mal de todo esto.

Aprovechó que estoy acorralada siguiéndole el juego, me acerco para su cuello, aprovechando la oportunidad colocó la pastilla en mi lengua, ruego porque no tenga sabor ni olor.

Me separo, pero me jala para besarme lo que quería, dejo la pastilla en su mejilla, pero me importo muy poco todo, solo quería estampar mis labios con los suyos, no me importó ver a Michael entrando por la puerta de la cocina.

Me separo un poco, cuando veo efecto, pasa algo que me mata a la vez, me hace sentir culpa.

La vocecita de mi cabeza me regaña al decir por qué no me dejo llevar, si estoy más que enamorada de él solo lo quiero a él, pero le refuto por eso que me da temor entrar de nuevo a la batalla y perder.

—Ana- susurra antes de caer en mis brazos.

Lo agarro como puedo porque es el doble de tamaño que yo, Michael lo nota, viene a ayudarme

— ¿Qué es lo que tramas?

—Ya lo verás. -lo tira en el sofá.

— ¿Qué?

Hay es cuando siento un pinchazo en mi brazo, no me doy cuenta de quien es, joder estoy sola con Luis y él está sedado.

—No sé qué juegas, pero te recomien... -me interrumpe, siento como voy cayendo.

—No puedes ir junto a él.

— ¡En eso quedamos!

—Por eso misma te quiero dormida Ana, no me mates.

Es lo único que escucho antes de caer dormida.

Al despertar veo que estoy en mi cuarto, Noelia está conmigo y eso me sorprende porque ella debe estar con Agustín.

—¿Qué haces aquí?

—No sé, no me lo tomes a mal, pero estoy molesta con Michael.

— ¿Michael?

—¡Sí!

Flashback

Estaba cocinando para el desayuno porque Agustín está bañándose, estaba tan concentrada pensando en cómo va a hacer después de estos días.

Aunque todo parezca color de rosa y lo haya arreglado con Agustín, no sé cómo actuar después de hoy.

Me intriga que está haciendo Ana, ya que conociéndola no va a estar tan tranquila, pero ella no quiso que nos fuéramos como fugitivas, la entiendo, pero no sabíamos que estaba bien o que estaba mal, yo sin saber nada de ella me mata la idea de estar sin ella.

Aún por lo que veo está muy tranquila, ya pasó un día, no recibí una llamada ni nada, ni yo sé qué hacer con todo esto.

Pensar en las palabras de Agustín de ayer me dan mucho que pensar si lo admito me enamore de él cómo una demente, pero sé que mi confianza es muy poca ahora con él.

Verlo siendo mío, no tengo los mismos gustos de Ana de dominante y recesivo, pero esta vez ayudó mucho en toda esta actuación pensar que puedo manejarlo a mi antojo decidir si está bien para él, es agotador pero placentero.

No pensé que iba a terminar así, pero con todas sus palabras me incauta como una posesa.

No es de esperar porque siempre entra a ese cuarto que tiene para limpiar algunas cosas y demás, si llegue a ingresar a ese cuarto cuando estábamos para ir a la casa de estos chicos y me sorprendió más que la primera vez que entre. Ver todas las cosas que me intrigaban logrando sacar algo de ahí.

Me toman por la cintura haciéndome voltear rápido, pero es Agustín, aliviándose por completo.

—¿Qué haces? -me detengo antes de actuar.

—Preparando algo para comer -solo suspiro por el susto.

—¿Te asusté verdad?

—Algo estaba en mi mundo, tranquilo.

—Noelia, era cierto todo lo que te dije ayer, no te quiero perder.

—Agustín, ya hemos hablado, no me pidas que todo sea como antes porque no lo va a ser.

—Lo sé, joder, lo sé y me maldigo por ello, pero todo fue una farsa.

—¡Aunque sea una farsa, me lastimaste!

—Noelia, joder, me culpo por decirte todo eso, todas esas palabras que te dije son ciertas, son solo palabras para convencerlo, pero aun así no pude restablecerlos por qué igual desconfió de mí.

—Agustín no lleguemos a esto, yo te quería con los ojos cerrados confiando todo lo que me diga, pero esa venda que estaba en mis ojos cayó y no sé -suspiro por su mirada- si aceptaría a volver a poner.

Está con la mirada perdida, solo quiero que me entienda, no es fácil para mí también pensar en todas esas palabras que dijo me mata, es como una tortura propia.

—Noelia -se acerca para agarrarme las manos- sé que no va a ser igual que antes, lo entiendo, pero si te prometo algo que voy a recuperar todo lo que perdí y esa es tu confianza.

—Pero si confió en ti.

—No, Noelia, puede que crees que confías, pero mira cuando me acerque a ti estas en una posición de pelea -miro mis pies y estoy lista para salir corriendo, qué mierda me paro normal- no es la única cosa, también estabas listo para atacar cuando volteaste, mira solo te estoy tocando las manos y tu mismo cuerpo quiere escapar. Esto es mi propio castigo, tu desconfianza.

—Agustín, no es eso ... -me calla.

—No lo niegues, por favor, no te mientas tú misma, es lo que me merezco por lo que te hice, pero voy a cumplir mi palabra.

Estaba por hablar, pero la puerta es abierta, mi primera acción es ponerme en guardia, pero Agustín me gana cubriéndome con su cuerpo, veo quien es, me relajo, pero sigue cubriéndome, me miro, solo estoy con su camiseta más unos shorts pequeños.

—Disculpa esta Ana.

—No, está con Luis.

—A cómo la estaba llamando y no me responde el móvil, pensé que estaba comiendo la niña.

—Descuida si quieres puedes ir a su casa hay está ella -respondo ya que Agustín solo me tapa con su propio cuerpo.

—Ah, ok no les molesto -está por salir, pero la puerta no responde- hombre me puedes ayudar, se atascó.

Solo suspira poniéndome un lado donde Michael no me vea las piernas descubiertas, está todo normal hasta que Michael lo abraza, él lo toma como sorpresa, pero poco a poco va cayendo al suelo.

Lo miro confusa hasta que veo la aguja en su cuello, estoy por correr a mi cuarto para llamar a Ana, pero siento un pinchazo en mi hombro, veo a Joshua, intentó golpearle, pero caigo en sus brazos.

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora