Capítulo 24 ✔

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Pov. Ana

La rabia y la impotencia me hace apretar más el agarre, bajo la pistola, a un límite que no pueda hacer daño a ninguno de los tres presentes.

—¿Vas a decir que mierda hacen aquí?, y ¿por qué entran así?

—Me puedes soltar que duele -apretó más aguantando mi molestar.

—¡Contesta idiota!

—Hemos tocado la puerta un montón de veces y pensamos darle una sorpresa, lo cual fue al revés y dios me puede ayudar a sacar esto -señala su pierna ensangrentada, tiro a Luis, el cual cae de cara.

—¡No vuelvas hacer eso en su puta vida, me oyen!

Voy a lado de Agustín, rompo un poco su camisa y sujeto la herida, presionando

—Si te entiendo, ayuda.

—Ha salido, puedes pararte -asiente se levanta, me apoyó a él, vamos a qué se siente.

—Espérame aquí ahora vengo.

Voy a mi cuarto en busca del botiquín, ya en mis manos bajó a ayudar, pero escucho su conversación de los dos.

—Diablo me disparo, eras tú el quién quería hacer esto para la próxima, no te acompaño.

—No seas marica, quería para acabar ahora.

—¿Pero si estaba Noelia?

—sí, esta creo -menciona con sarcasmo, me tuve que contener para no lanzarme encima de él.

—No, con ella no te metas, ella no tiene que ver nada, aquí me oyes -veo que le sujeta del cuello y le estampa con la pared.

—No me amenaces, me oyes -dice con el aliento que le queda- y ni- es interrumpido por la puerta.

Miro quien ingresó y Noelia está con el cabello hecho bola, con una respiración entrecortada.

—¿Qué mierda pasa aquí? - ¿No me vio?

Miró a Luis intentando alcanzar algo en su mano, pero Agustín lo detiene, es hora de bajar, miró a Noelia, diciendo que cierre esa boca que tiene y voy Agustín.

—Disculpa no lo encontraba -señaló el botiquín.

Me agacho en su herida y lo vendo con gaza más una crema.

Me paro y voy en busca de un vaso de agua, nadie habla nada, entregó el vaso a Agustín con la pastilla.

—Esto te calmará el dolor, tómalo. -este asiente tomándolo, pero sigue sin decir nada.

—Listo, ahora lárguense ustedes dos -mi voz salió ronca, todos se sorprendieron y dieron un paso de reversa de mí los dos me miraron atónitos, veo como se levanta Agustín y se va, en el mismo momento Luis me quedo viendo, miro que ya no estaba Agustín y se fue cerrando la puerta.

Noelia iba a hablar, pero la miré entendiendo lo que le dije

—¿Qué mierda te pasa Ana? -grita.

—¡Cállate! -le hago una señal a que espere.

Veo por la ventana a los chicos que pelean y cada uno toma un taxi y se van.

—¿Cómo salistes? Te dije por una puta vez que te quedaras no me escuchas Noelia.

—Como quieres que te escuche si me dejas encerrada en un puto auto si decir nada y sales con un arma la cual disparas a Agustín.

—Ellos traman algo Noelia, lo oí tenemos que alejarnos de ellos.

—¿De qué hablas?

—Que traman algo mierda y no sé qué es por ahora, no quiero que te pase nada, me oyes, vámonos de aquí, por favor, solo debemos arreglar unos papeles y nos largamos de aquí mañana.

—¡No!

—No me vengas con no, Noelia, nos vamos porque nos vamos haz tus maletas ahora.

—No, Ana, estoy harta, ya lo has dicho tú, también estás harta de esto de huir, nos quedamos aquí por qué sí.

—Noelia, no esto es diferente, si mis sospechas son ciertas estamos en riesgo.

—También no puedo.

—¿Cómo que no puedes?

—Creo que estoy embarazada, dé Agustín.




Espera que me perdí cuando paso eso

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora