Capítulo 67 ✔

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Pov Ana

Ayer y hoy ha sido un día estresante, me voy a la playa para calmarme, solo quiero despejar mi mente, no sé cuánto tiempo he estado que me levanto por el sonido de mi celular.

—¿Sí?

—Ana, a qué hora te vas a cambiar para tu cita con Luis ya vino y te trajo un vestido hermoso.

—¿Qué cosa?

—Te olvidaste.

—Mierda, si me había quedado dormida en la playa, ahora voy -agradezco que no me queme tanto, solo estoy bronceada, si no, no me levantaría, voy en mi moto

Como se me pudo olvidar, recibo piro silbido, me miro, joder, estoy en bikini.

Arrancó rápido haciendo sonar las llantas, cuanto extrañe el sonido de las llantas rugir, llegó en menos de diez minutos Noelia, me mira del espejo asombrado por mi vestimenta.

—Ni lo menciones tengo que darme una ducha -corro al cuarto, a darme una ducha solo faltan dos horas para que venga.

Me sumerjo en la tina por un rato, al parecer le encantó la crema, agarro la crema para comenzar a esparcir por todo mi cuerpo, la puerta es abierta por Noelia, me tapo.

—Ya te vi toda porque te tapas.

—Pensé que eras otra persona -me relajo.

—Pues no -me tira una caja.

—¿Qué es?

—Ábrelo -lo tomo y es una lencería joder este si está loca.

—Ah, toma, no quiero ser tía muy pronto -es una caja de condones más lubricante que piensa que are una orgía, esto es para todo un año, iba a contestar, pero sale, me rio de su loquera, veo la caja con el vestido, es hermoso.

Es un vestido color azul noche de gala largo con una abertura en las piernas más la espalda con un diseño corazón en el pecho más unos tacones negros que van a juego, es simple pero hermoso.

Veo la lencería y es de color negra con un amarrado en el estómago, una tanga en medio y más un brasier de pura tela transparente.

Me coloco la lencería, joder me queda perfecto. Veo el vestido, también me lo pongo, me hago un sencillo maquillaje, dejo mis ondas caer. La puerta es abierta por Noelia, pero se queda muda.

—Estás hermosa, tu galán está abajo esperándote -sonrío, bajo ahí está con un esmoquin al cuerpo color azul con una corbata negra, su cabello despeinado, su mirada perdida en la pared, me rio.

Cuando escucha mi risa se voltea, casi se cae del asombro, su boca está entreabierta, sus manos van a su pecho, la otra va a su cabello despeinado.

—Estás hermosa -responde admirándome.

—Eso ya lo sé -se ríe por mi comentario.

—Algo que no sabes es que estás jodidamente caliente -sonrió poniendo los ojos en blanco, bajó las escaleras con su ayuda, me acerco y le susurro.

—Siempre estoy jodidamente caliente.

—No me tientes que ganas de arrancarte ese vestido, hacerte mía, en este momento me sobran -eso hace estremecerme, imaginarlo dentro mío, me hace suspirar, lo nota y continúa- recostarte justo en esta mesa hacerte venir por mis dedos escuchando tus pequeños gemidos pidiendo por más, cargándote en mi cintura apretando contra mí -suelto un gemido- llevándote a tu recámara, hacerte mía como te gusta, entrar en ti profundo, pero rápido hasta hacerte venir, repetirlo toda la noche -le sujetó del cuello de la camisa pegando a mí para besarlo, pero se separa, me sonríe como un niño- Pero hay una cena que nos espera.

Dice dándome solo un beso mierda, lo odio en serio era necesario decir todo eso

Salgo por un poco de aire fresco, Luis con una sonrisa de superioridad en su rostro abre la puerta del coche, pero entró gruñendo, escucho su risa haciendo que mi enojo suba.

—Estás molesta -le miró alzando una ceja, alzando las manos en son de paz.

—Tú has dicho que no iba a tener sexo hasta el mes que viene, son tus reglas, no las mías -suelto un par de maldiciones que él solo se ríe.

Me quedo mirando la ventana hasta que se me pase, lo enojada más lo excitada que estoy suspiro cuando vamos a llegar es el típico mall, dirán por qué un mall.

Pues no hay muchas opciones en él, por eso se convierte en una misión para él, vamos a estacionar cuando Apaga todo el auto, me pasa un antifaz, le miró burlona.

—No es para eso, aunque no me disgusta. -dice coqueto.

Se acerca, me doy la vuelta para dejar mi espalda descubierta por el vestido, veo que suspira y comienza a ponerse la venda en los ojos, se escucha un gruñido de él, baja del auto, está por abrirme la puerta, abro un poco las piernas dando paso la apertura del vestido siento que palmea el carro, me da risa.

—Ya verás Ana -sigo mi risa cuando siento una mano en mi cintura y páramos, presiona unos botones cuando me doy cuenta de que estamos en un ascensor.

Siento mi estómago subir y bajar por algo, nunca me gustaron los ascensores, cuando por fin para, seguimos caminando hasta que me detiene para que me quite la venda.

Me quedo anonadada, es hermoso.

Estos son los capítulos que más me duele TnT

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora