Capítulo 44 ✔

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Pov. Ana

Decir que no estoy emocionada, es mentira, ayer no pude dormir planeando lo que haré hoy, todo esto es asombroso, quisiera ver la cara de Luis cuando me vea.

Veo la hora y son a las 5 de la mañana, no aguanto más y voy a la ducha, lleno la tina rociando una esencia de rosas, más vainilla junta logrando un olor excitante, más dulce, bueno según Google, en verdad no sé, pero no pierdo nada verdad

Me sumerjo en ello sintiendo el agua, cubrirme completa, sintiéndome libre, es una sensación maravillosa, me quedo unos 5 minutos sumergida.

Termino lavando el cabello con mi típico champú y lista.

Me miro al espejo, parece que todo mi cuerpo se puso de acuerdo en hacerlo porque el cabello amaneció con unas ondas definidas sorprendiéndome, agarro la secadora logrando darle un poco de volumen.

Salgo de ahí envuelta con la toalla, camino al closet, viendo que ponerme.

Termino escogiendo un short aprovechando que agarre un tono canela en mi cuerpo más un bodi negro, acompaño todo con unos lentes de sol y unos botines.

Me miro al espejo sonriendo satisfecha con el resultado.

Estoy perfecta, salgo, me encuentro a Noelia sentada en la sala mirando la nada.

—¿Y qué haces?

—Uau estás hermosa -da una sonrisa forzada.

—¿Dime que tienes?

—Tengo miedo -dice cubriéndose la cara.

—¿Miedo?

—Miedo a enamorarme no terminó muy bien después de todo.

—No tengas miedo, si se atreve a hacerte daño lo pagará -Se lanza a mí, abrazándome, alza su rostro y está llorando. Me rompe que sufra, no lo merece todo, esto es mi culpa.

—Perdón. -veo que me mira sorprendida a la vez dudosa.

— ¿Por qué me pides perdón?

—Yo tuve la culpa de todo después de todo lo que pasó.

—No tuviste la culpa de nada, solo me enamoré de los equivocados.

—Por eso no me enamoro -bromeo, suelta una risilla, me empuja, sonreímos y nos arreglamos.

Ella se va primero, ya que yo iré con la moto, me preocupa estar así porque si me agacho se ve media nalga, pero a lo que quiero llevar es oportuno.

Voy a la cochera, me subo en ella, busco mi casco y manejo a la universidad hasta ahora estoy contenta con mi cometido porque atraigo las miradas de todos.

Veo a Noelia parada con Agustín y de lado a Luis atento a su celular.

Todos me observan y en una parte me encanta, atraer la atención de Noelia mirándome con una buena sonrisa pícara y Agustín me mira como si estuviera preocupado por la reacción de su amigo.

Lo cual empuja quejándose y me señala, la mirada de él es épica.

Sus ojos están saltones, su boca está por los suelos, los puños están apretados, bajo de la moto y camino a ellos.

Las miradas de los demás están en mí, veo como las chicas agarran a sus novios y lo llevan con ellas, admito yo haría lo mismo.

Aprovecho que a sus espaldas está Yoshi y corro a él, tomándolo por sorpresa, me repasa con la mirada dándome la vuelta y me carga, reímos todo hasta que me separan de él.

No falta voltearme y que reconociera ese perfume en donde este es Luis.

Me deshago de su agarre y voy con Yoshi al salón empujándolo.

—¿Y qué pasa? ¿Me debo sentir ofendido? ¿Me estás usando para tus actos de celos?

—Por qué celos si no somos nada, a pesar de que no puedo estar contigo Yoshi.

—No me digas así, parece como si me dijeras el dinosaurio de Mario Bros -hace un puchero.

—Igual es hermoso tu nombre -revoloteo su cabello.

—¿Y a qué se debe todo este teatro?

—Bueno, no es un teatro, sino una muestra de su propia medicina.

—A te refieres al beso de ayer.

—Ni lo digas que me causa repugnancia.

—O ya entendí, me estás utilizando para que sufra lo que sentiste.

—Yo no sentí nada, solo estoy molesta que haya preferido a ella -cruzó de brazos.

—Lo has escuchado.

—Según él dice que un día antes del beso con Rosmeri salió del aula con una erección y ella amable le ayudó y que eso lo cause yo.

—Uau para que te esté pensando así será porque hasta ahora no a pasado nada entre ustedes y tú estás jugando con él.

—Eh no.

—Este jueguito tuyo te va a costar un hombre, no puede aguantar mucho la saciedad, a que también a tu favor te va a desear más.

—Ni lo digas, no es el único.

—¿Tú también estás igual que él?

—Ya voy dos años sola causa efectos querido amigo.

—Mucha información, ya llegamos pequeña niña ardiente.

—Ey no me digas así.

Entramos y para la sorpresa está Luis sentado atrás de mi sitio, Yoshi se sienta delante mio, vamos conversando hasta sentarnos.

Si la mirada de Luis matara ahora Joshua estaría debajo de la tierra.

—Entonces en la salida vamos por helado.

—Ok pequeña.

Escucho que imitan su respuesta volteo y ahí está como un niño repitiendo todo lo que dice.

—Se te callo el caramelo -levanta una ceja sin entender.

Yo solo me rio por su cara y sigo hablando con Joshua

No me había dado cuenta de que estaba encima de la mesa y casi todo mi short subido dando entender que media nalga estoy mostrando al salón, todos votan un chiflido, siento que me sujetan la cintura obligándome a sentarme bien, se escucha los bullicios de los demás.

—Ni creas que vas a irte con él -susurra en mi oreja.

Iba a contestar cuando viene un chico alto, moreno, con el cabello desordenado teñido en un color claro, ojos color avellanas y unos perfectos labios, aunque de Luis son más rellenitos, pero igual no se prohíbe la admiración de este hombre, su cuerpo fornido una espalda ancha delirando a mi imaginación.

Hola hermosa -saluda con una voz gruesa, jodidamente violadle el tipo

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora