Capítulo 25 ✔

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Pov. Noelia

Mentir a Ana es difícil, pero no me quiero ir, hemos escapado mucho tiempo y es hora de acabar esto si es por mí que lo hagan ya por dios, pero que termine ya, a la vez tengo miedo como reacción Ana, ella es como una bomba de tiempo, pero hasta ahora nunca reventa y ni quiero que reviente.

—No es necesario que me mientas Noelia. Si no quieres que nos vayamos dímelo, ¿pero por qué?, no con mentiras, te conozco demasiado para que te revuelque con alguien en la primera cita.

—Me enamoré de él y no quiero dejarlo Ana.

—Era eso -suspira- escúcheme bien Noelia, miró un intento de su parte y te juro que lo mato con mis propias manos -retrocedo con lo que dice, no me esperaba esto.

—Él no es malo, lo conozco Ana, cree en mí -la sujeto.

—Creo en ti, pero no en él, entiende, me da pavor que te pase algo y ni puedo imaginarlo.

—No me va a pasar nada, me oyes -sujeto su rostro- vamos a ordenar todo esto y a cocinar, voy por el carro.

Asiento y sale en busca del carro, voy a mi cuarto para mirar las cámaras que deje prendidas, miro todo lo que paso aquí, algo traman, rastreo el chip que deje en la camioneta de Agustín, miró todo, escucho todo y nada

Bajo a ayudar a Ana, la cual está entrando con las bolsas, le ayudo hacer todo mientras sigo pensando que se traen entre manos ese grupo, Ana está en lo correcto, pero no cuadra nada.

Pov. Anónimo

Mi preciada Ana sigue teniendo el don y va a atreverme a entrar, pero me encanta cuando ve esos hermosos ojos la desconfianza, fue tan hermoso que casi dentro, pero me aguante, ella sabe lo que están tramando ellos, pero ni una lo involucra conmigo.

Esto solo me ayuda a saber cuáles son sus los puntos débiles de ellas, si hubiera atacado perdería, siempre tu tan imprudente mi querida Ana te tengo en mis manos.

— ¡Déjame salir por favor! -solloza.

—Pero porque mi Elena, si decías que te encantaba esto -le agarro de su cara, espero que reproche porque ese no es su nombre.

— Eres un enfermo suéltame, ¿no sé dónde estamos? Me tienes encerrada aquí más de dos años y no me sueltas, te lo dije todo, suéltame por favor.

—Como me encanta que me ruegues ya falta poco.

Me acerco a ella, lo único que hace es escupirme.

—Oh, querida, no hubieras hecho eso,

—Perdón, disculpa, no quería hacerlo, pero me muero de hambre y de sed -agarro su cabello escucho como solloza, no sabe que eso me impulsa hacerlo más.

—¡Para! ¡Por favor! -ruega por piedad, miro al espejo sonriendo, sabiendo que no soy el único que disfruta esto.

—Veo que no entiendes este juego -dejo mis marcas por sus brazos.

—Si lo entiendo, pero suéltame por favor -solloza.

—Creo que eso no va a ser por ahora -sigo y ella grita rasguña todo a su alcance, cuánto deseo que así este mi querida Ana, falta poco, falta muy poco.

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora