Capítulo 93 ✔

1.4K 72 0
                                    

Pov Ana.

No sé lo que estoy pensando, solo quiero que pase lo mismo, que pase todos estos días, lo odio por ser tan egoísta con el mismo, ya que conmigo no me importa en lo más mínimo, solo quiero atarlo, la imaginación vuela en mí.

Muchas ideas descabelladas pasan y le aseguro que ninguna lo facilita a él, quiero que sienta lo mismo, pero es de entender que no se va a poder porque pase un martirio casi un mes entero desde la aparición de Jazmín, una idea resalta en mí como pidiendo ser escuchada como si supiera que lo quiero me tienta y las ocasión no es errónea a lo que pienso.

Sigo sentada en su encima el cual me mira si supiera lo que pasa por mi mente «que equivocado estas ni te imaginas lo que estoy pensando» un recuerdo apoya a la propuesta me rindo apoyando a la idea no antes poner sus manos encima de su cabeza su mirada confiada desaparece ahora solo está confundido a lo que le regaló una sonrisa me acerco para rozar sus labios con los míos muevo mi cadera discretamente haciendo un roce entre los dos.

—Ana joder -susurra entrecortado lamo mis labios sabiendo que no es el único que desea esto.

—Te dije una vez no me tientes porque no sabes cómo pago yo -muerdo el lóbulo de su oreja sacando un gruñido, lo miro esperando una respuesta, pero no expresa nada en unos segundo hasta que por fin solo se delata mordiéndose los labios lo cuales jalo.

Lo recordaste verdad -solo asiente- pues hoy aprenderás cómo lo hago realidad -me mira confundido como si no lo ha entendido de nuevo, no tiene ninguna expresión hasta que tiembla todo su cuerpo.

Sus puños se cierran en un impulso sonrió al ver como reacciona —Ahora si lo recuerdas -asiente iba a hablar cuando le atraigo del cuello de la playera para besarlo.

Sus manos bajan a mis cintura está muy equivocado si piensa que va a tomar la iniciativa el día de hoy.

Me separo mordiéndole el labio, se queja por el daño, solo aprieta más mi cintura que estoy más que segura, va a quedar sus dedos marcados.

Me levanto jalando para que me acompañe, él no suelta ningún quejido, subo a la planta de arriba con él a mis espaldas, cuando pasó por mi cuarto se detiene para que entremos, pero solo niego, sigo al último cuarto él lo mira extraño, confundido sin saber por qué razón lo he traído a este lugar.

La misma puerta lo declara por el tapizado acolchado que tiene un acolchonado que me dije demente por hacer este cuarto y demás, pero era un fetiche que quería realizarlo, no en estas ocasiones.

Es la única idea que se me ocurre en la mente, dejo de pensar o solo me negaré a hacerlo, ya tengo tantas cosas en mente que me matan.

Dejo que entre primero él lo mira de rincón a rincón al cuarto color marrón con una cama matrimonial a sus lados sostenidos por cuatro palos que da una impresión interesante, con dos puertas de más se da de entender que una es el baño y el otro es un vestidor cosa que está cerrado.

Si no me equivoco donde se encuentra todas las cosas, cierro la puerta dejando el acolchado en a mi lado, voltea para decir algo, pero lo callo enrollando mis brazos por su cuello, no pierde oportunidad, pasa sus manos por mi cintura, solo roso sus labios esperando un movimiento de él.

—¿Me vas a dejar de torturar? -sonrió cuando iba a hablar, me besa, le respondo profundizando más nuestras lenguas se enrolla en sus labios, joder me tientan para tirar todo a la borda y dejarme de chorradas, coger como dementes, pero mi orgullo solo me dice que quiere hacerle sufrir a mi manera.

Paso mis manos por su torso, metiendo mis manos dentro de su playera tiembla al sentirme soltando un gruñido, cosa que me motiva más.

Sacándole la playera, me separo bajando por su cuello, doy un saltito enrollándome en su cintura, mis dedos pasan por su cabello desenredando, jugando con él, lo muerdo, estoy mas seguro que al terminar los dos vamos a quedar con más que una marca en nuestro cuerpo.

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora