Pov Ana (4 años atrás)
Estoy harta de toda esta farsa, de la «familia» según ellos, eso lo de las revistas y periódicos solo es imagen, todo se derrumba cuando estamos en casa, no aguanto está más aquí.
Solo faltan unos meses para que termine todo, diré que me voy con la abuela y escapar donde nadie me conozca, salgo al parque más cercano, las calles están solas, es un silencio que a cualquier persona asustaría, pero ya me da lo mismo mi existencia en este mundo.
Pasa una fría brisa por mi rostro haciéndome temblar, pero no le tomo importancia, sigo en mi camino, veo a lo lejos el parque y voy a tirarme en algún banco, el cielo está despejado, es hermoso.
Porque me mandaste aquí, yo no lo pedí, por lo que me consta, no afecte a nadie, por qué razón sufro, hay una frase donde dice «Quien sabe lo que cosecha no le teme a la cosecha» o simplemente el karma, pero joder no afectó a nadie ni daño a nadie entonces por qué mierda me pasa estas cosas.
No sé cuánto tiempo he estado en mi mente que cuando volteo veo a un chico con una capucha negra más unos jeans sueltos, su rostro no lo veo también, pero me regala una sonrisa.
Me levanto a regañadientes apretando los puños a mis costados, no puedo estar un momento solo, a qué hora serán solo sé que salí de mi infierno a las dos de la mañana y ya está por amanecer.
Escuchó cuando se cae algo a mis espaldas, en serio, ahora un ladrón me persigue, dobló a la esquina metiéndome a lado de un muro, si me persigue pasará por aquí, bingo, pasa corriendo pensando que escape, aprovecho para hacerle caer al piso, me mira sorprendido.
—No te da vergüenza a perseguir a una chica, idiota -se levanta, pero le hago una llave, paso mis brazos por su cuello ahogándolo, intentando hacerle caer, pero saca una pequeña navaja de su costado y rasguña mi cintura.
—¡Cabrón! -tiene una puta sonrisa en el rostro como gozando mi insulto - ¿Qué mierda quieres? No me das miedo -solo niega acercándose a mí, vota la navaja al piso y se sigue acercándose a mí, iba a retroceder, pero pensaría que le temo, no me muevo ni un poco cuando está unos centímetros de mí.
—¿Qué ahora no te doy miedo? -freno al escucharlo.
Suelta con una voz jodidamente gruesa, ahora puedo distinguir su rostro, sus ojos son de un negro oscuro que con solo mirarlos te da pavor volver hacerlo, tiene un poco marcada la mandíbula dándole un toque una persona a la que temer con solo mirarlo.
—No -me niego a mostrar alguna reacción de miedo.
—Qué bueno, Ana -se acerca a mí.
—¿Cómo sabe mi nombre?
—Sé mucho de ti, Ana -ahora está frente a mí.
—¿Quién eres? -trato de reconocerlo, pero nada.
—Alguien que va a cambiar tu mundo.
Y no hubo dudas en cambiar a partir de ese día, ese día me pregunte de dónde me conoce mi mundo, estaba lleno de preguntas, no lo volví a ver hasta mitad de año cuando deje todo atrás.
Estaba conversando con un amigo por el parque hasta que lo vi por los arbustos, disimulé no verle y seguí mi camino, pero el sí me vio y me siguió, cuando Román me quiso besar, yo no sabía que sentía algo por mí, es cuando el chico se lanzó a él diciendo que nadie toca lo que es suyo.
No sé, pero me entró un aire de saber que el sí estaba pensando en mí los separé y me fui con Román, si antes darle un puñete a chico nadie dice que soy suya ¡No soy de nadie! Dije gritando y él solo me miraba furioso, y me fui de ahí.
En la noche se había colado por mi ventana a mi cuarto mientras dormía, no sabía si gritar, pero él solo me dejó un casto beso en mi frente y se fue.
No supe de él mucho tiempo cuando ingrese a de nuevo a clases, mis planes de huir se habían ido a la borda con su presencia y justo ese día lo vi con una chica de mi edad o menos.
Abrazados no sé, pero entre en una mezcla de celos en mí que solo me voltee y seguí mi camino, pero pare cuando alguien gritó mi nombre.
Escuchar mi nombre por sus labios me encantaba, pero recordé que estaba su novia a su lado, solo voltee con una cara normal y lo mire con una ceja alzada, se acercó a mí con su novia de la mano.
—Hola, ¿Me puedes hacer el favor de enseñarle la escuela a mi hermana, es nueva? -no sé si es por mi rostro descolorido, pero soltó una risa.
—¿Perdón qué decías?
—De aquí tan respetuosa señorita Anderson -dijo soltando una risa sarcástica- si podrías enseñarle el lugar a mi hermana.
Separo mi mirada de él a la chica que está a su lado, que está con la mirada abajo, cuando alzó la vista me miró y vi algo en sus ojos que me causó curiosidad.
—Noelia ella es Ana, Ana ella es Noelia.
Solo nos sonreímos hasta que el chico se despidió de las dos, le mostré todo el lugar cuando terminamos, me miro, me dijo él, nombre de su hermano, solo se fue a su aula, estos están llenos de misterio, después de eso su hermano lo veía muchas veces, pero solo eso me alejaba de ellos cuando los veía, Noelia siempre venía con una casaca enorme tapando todo su cuerpo, en las manos usaba unos guantes, era callada muy callada, note cuando estaba con su hermano temblaba le temía que es lo que tienen ellos.
Había pasado unos meses cuando escuche risas en el comedor, fui ahí y pare en seco cuando Noelia estaba en el piso sin la casaca y en su cuerpo había marcas de picazones ¡No, eso no era picazones, era marcas de cigarro! Mierda, corrí a ella, busqué la casaca, pero no la tenía ella solo estaba intentando cubriéndose todo lo que puede.
Busque, la tenía un chico riéndose de ella, una rabia paso por mí, me pare, le tire un golpe en la cara y una patada en la entrepierna. El chico cayó al suelo, le quité la casaca de las manos, mis ojos quemaban, todos se callaron, fui a ella y la tapé, se resistía en quedarse ahí.
—Levántate de una puta vez y dime quien es el cabrón que te hizo esto -se levantó, mire a mi lado un grupito, se tensaron, no faltaba que hable, ya sé quien fue. Fui a unos de ellos, cogí a uno -Te crees tan valiente verdad -sentí un poder en ver sus ojos, miedo, ese miedo que yo tenía cada noche, pero era yo la que lo causaba y era pura satisfacción -Responde.
—Di. dis... disculpa
—No me sirve que te disculpes conmigo -lance su cuerpo a los pies de Noelia, la cual se sorprendió dando un salto -Besa sus putos pies pidiendo disculpa -me voltee-.
Y ustedes qué esperan -ellos saltaron, fueron a los pies de Noelia besándolos, uno se quedó en su lugar -Hazlo de una vez porque yo te haría rogar derramando sangre.
Veo el temor y fue a sus pies, ellos rogaban que los perdonase, me encanta este poder, los demás solo miraban con asombro
—Quien se atrevió a burlarse de ella, lo quiero enfrente mío o juro que los haré pagar - mi voz causaba un miedo que hasta a mí me dio pavor- Los demás lárguense y no quiero que nadie se atreva a molestarla o se verá conmigo -todos se fueron unos se quedaron rogando perdón, me sentía poderosa.
Miré a Noelia y estaba con la mirada perdida hasta que me vio y pude ver una sonrisa, ella solo asintió a los chicos y se fueron.
—Bien, mi trabajo terminó aquí -me iba a ir cuando sentí unos brazos abrazándome.
—Muchas gracias -me apretó entre sus brazos, volteó y le miré que estaba con los ojos rojos, pero sacudió la cabeza y dio algo que debí escuchar en ese momento- aléjate de Brando, por favor.
ESTÁS LEYENDO
En lo que me convertistes【En edición】
Teen FictionEstoy corriendo sin rumbo, no pienso ir a casa, no sé donde irme justo en estos momentos, a pesar no tengo muchas opciones, este vestido no me deja nada de movimiento. Mi mente me traiciona haciendo que varias preguntas pasen por ella, ¿Cuándo se co...