Extra 2 ✔

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Entramos al auto, solo siento como arranca, solo me quedo ahí sentada con la duda en la punta de la lengua.

—Ese milagro que no me vas a preguntar a donde vamos.

—Para que si no me lo vas a decir.

—Eres una genio

—Lo sé.

Se escucha su risa, me sumerjo en mi pensamiento, curioso, verdad, yo juraría que no llegaría a estar con una persona tantos años y que me iba a quedar en una casa de hogar llena de gatos.

Ya tenía mi futuro, estaba más que planeado hasta que llego él, mandando todo al tacho sin importarle lo que pueda causar entre los dos.

Siempre me lo he preguntado después de tantos años, creo que la vejez me hace ver más de lo que tengo que ver mi pasado.

—Curioso, ¿verdad? -menciono

—¿Qué cosa? -pregunta

—Nunca has pensado que hubiera sido de los dos si nunca nos hubiéramos conocido o solo si hubiésemos cumplido con los que ... -me detiene.

Detiene el auto de un golpe, espero los gritos de los demás, pero no recibo ninguno, nada más escucho como se baja del auto.

Me abre la puerta para salir, caminamos un poco más hasta que me pide que me siente.

Con un ligero movimiento me quita él cubre ojos enseñándome el hermoso espectáculo más la pequeña cabaña, es sencillo, pero hermoso ver como el sol se oculta a la vista de los demás sin importarle nada, ya que sabe que en otra parte va a salir y gozar su momento.

—Ana -lo aparto mi vista para verlo a él, me quedo hipnotizada por él- mi amor, dios, sigo actuando como un adolescente hormonal contigo -se sienta a lado mío.

Cada día de mi vida contigo ha sido como un deseo cumplido, antes no me importaba si despertaba o no porque no tenía un motivo por que cumplir o proteger.

Pero los días contigo antes de dormir, ruego al quién me escuche, que se cumpla un nuevo día contigo, que me levante y te observe con ti pegada, a mí no interesa ni una mierda la línea de baba que roza por tu mejilla o tus rulos al aire.

Ninguno de esas cosas me interesa, solo con verte un día más de nuestras vidas.

Gracias a ti, tengo a tres hijos que tú me has brindado, que con cada uno fue una enseñanza más a mi vida,

Con el primero no sabía qué hacer y con el temor de poderlo romper, pero ese día hice todo lo posible para seguir viendo tu sonrisa.

Con el segundo ya tenía un poco de experiencia gracias a Nicolás, pero aun así el temor estaba ahí y con mi Ángela, dios, con nada más verla, me enamoro cada día más de ella.

Y todo fue gracias a ti, te lo agradezco por haberme escogido a mí y no a otra persona.

No espero más, solamente me lanzo a él, me coge de la cintura tratando de limpiar el rastro de las lágrimas que rozan mis mejillas.

Lo beso, aunque fuese un simple contacto, es una promesa entre los dos.

—No tienes nada que agradecer porque aprendimos juntos, con el temor a flor de piel, pero pudimos levantarnos –solo niega abrazándome,

Nos fundimos en un beso más profundo donde me pierdo en sus labios.

El deseo aumenta entre los dos, quien diría que con el pasar de los años aún pudimos aguardar ese deseo mutuo entre los dos.

—Te amo y quiero hacerte mía en este momento -me rio.

—Y yo que pensaba que ya era tuya -me muerde logrando que suelte un pequeño jadeo.

—Es para avisarte que el día de hoy no vas a ir a tu casa con ese aburrido esposo. -me acurrucó encima de él.

—Si no voy a casa, entonces que voy a ser él dio de hoy. -me roba un beso, cosa que recibo gustosa.

—El día de hoy vas a gritar mi nombre hasta que te quedes dormida en mis brazos.

Me carga llevándome a la cabaña sumergiéndonos, es el placer de nos brindamos.

—Te amo

—Yo te amo tanto que me da miedo volverme un loco por ti.

—Bueno, ya estamos locos los dos.



°°°°°°°°°°°°°°°°° FIN °°°°°°°°°°°°°°°°°

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora