Capítulo 80 ✔

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Pov Agustín

Ya no aguanto estar encerrado en este chiquero, tengo que salir o voy a terminar muriendo con estos dos miro a todos lados cuando camino, pero igual siento que me siguen, es mejor volver.

Estoy caminando cuando miro y ahí está Ana, mierda, tengo que correr, no sé cuánto he corrido, estoy muy lejos, no creo que me descubra, sonrió y pasa por un callejón, pero no es muy fiable.

—¿Por qué corres de mí, Agustín?

Mierda sabía que no tenía que meterme aquí, miro a mi espalda y ahí una camioneta negra, no hay escapatoria, miro mi cintura y si ahí está mi navaja, pero igual ellos tienen armas, estoy muerto y va a racionar, pero tira un arma en mis pies.

—Las armas son para cobardes, yo prefiero las armas blancas.

—¿Qué es lo que buscas Ana?

—No sabes para quién trabajas, solo eres un perro que persigue y cumple orden -suelta una risita que me irrita.

—Y tú solo una de todas las mujeres, ¿O me equivoco?

—No, no te equivocas si fui una de ellas, pero fui diferente o no me estuviera persiguiendo ese cabrón

—Igual solo eres una putita de él

—¿Sabes quién es Noelia?

—No hables de ella, Ana.

—¿Te vas a dar el papel de santo?, sabes quién es ella, te lo dijo tu «jefe»

—Ella solo es tu amiga, una pieza que no importa en su juego.

—Entonces no sabes nada

—No me importa lo que digas.

—Sabes pensé que escapaste cuando pudieron, pero siguen aquí.

—¿Escapar?

—Sí, tuvieron una oportunidad o bueno, Luis la tuvo, al parecer reciente te enteras de todo esto o me equivoco, Agustín.

—Ana, no me importa lo que digas -gira en mi entorno como un animal a su presa.

—Por lo que veo no sabes nada, pues solo te diré que es cabrón y Noelia son hermanos.

No, no puede ser, por lo muy demente que sea, no pondría la vida en riesgo de su hermana, ¿o sí?

—Y crees que te haré caso, vamos, juguemos limpio, solo eres una de todas que se metió con el chico malo y cuando se dio cuenta escapó, listo, resistes tu vida, pero dejastes un pendiente con él y ya. Es tan ridículo que vengas inventando cosas -me mira con una sonrisa en los labios y se echa a reír.

—Crees que esto es una novela de la chica tierna, sumisa, que se enamora de una «chico malo» y al final uno termina muerto o terminan juntos -dice entre risas cuando termina, me mira, veo por primera vez burla.

—¿Y no es así?

—Digamos que no del todo. ¿Qué tal unas copas?

—Si y tú crees que soy un gilipollas que se va a tomar unas copas con la persona que quiere su cabeza.

—Muy cierto, pero a las finales sabes que eso va a pasar, solo quiero que tengamos un tiempo.

—¿Y qué ganó?

—Saber toda la verdad -lo miro dudoso es una oportunidad para sacarme esta espina que no me deja en paz mi cerebro.

—Si aceptas te subes, si no te vas no te voy a seguir, no quiero nada de los dos solo a Brandon.

En lo que me convertistes【En edición】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora