Entre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio.
Lachlan, duqu...
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15 de Julio 1827
Lena enferma y ahí es cuando nos enteramos que ninguna de las damas sabe del acuerdo que tiene con Lachlan
Las puertas de Raven Hall se abrieron muy temprano en la mañana dejando entrar una carta, como muchas otras fue colocada sobre el escritorio de la joven duquesa, aun cuando esta no tenía remitente alguno y solo con un simple sello que cuidaba su contenido; no paso más de una hora cuando Helena inicio su faena y encontró dicho sobre, curiosa lo abrió con rapidez, encontrando un pequeño mechón de cabello platinado, atado junto con lavanda fresca.
Su corazón se detuvo por un momento, sabiendo que aquel olor era de los menos apreciados por el duque y definitivamente aquellos eran sus cabellos, en su estómago sintió un repentino amago de ansiedad.
¿Donde esta Lachlan?
Esto es sin duda era una amenaza ...
Aunque talvez podría ser alguna amante desinformada sobre ellos, intentando romper una relación que no existía. Aunque por el dulce perfume que emanaba el papel parecía ser lo correcto, algo la hacía dudar y tener cierto miedo.
Los pensamientos corrían por su mente, llamando con rapidez a su sirvienta le ordeno que fuese a Wheterbys Hall y preguntara por su esposo de forma discreta; ya casi habían pasado casi 2 semanas desde la última vez que lo había visto, si realmente algo andaba mal podría buscarlo con la escusa de los barcos.
Nerviosa esperaba el regreso de la joven sirvienta, para su mala suerte aquel día debía tomar el té con sus Odette y Lady Sachs, eran una compañía incomparable, pero no estaba de ánimo de conversar, necesitaba saber que todo andaba bien.
Para su suerte las mujeres no se dieron cuenta de su distraída compañía, ya que hablaban animadamente con la Srta. Bladell, no entendió bien porque estaban tan emocionadas, pero colaboraba de vez en cuando con una pequeña sonrisa o una discreta risa, mientras veía como el día avanzaba por la ventana.
¿Porque demonios tenía que enviar a la joven más lenta de la mansión?
- ¿Esperas más visitas? – pregunto Odette sin demasiado preámbulo – luces algo pálidas ...
- No, es solo que tuve algunos inconvenientes en un envió, espero el informe ...- respondió Lena con tranquilidad.
- Ciertamente no es bueno que se preocupe, mi lady ... - murmuro Amie Bladell, quien con aquella mirada de cordero parecía llena de preocupación innecesaria, luciendo hasta fascinada – talvez sería bueno que tomara un descanso ... no es bueno en su estado...
- Amie ¡– regaño Lady Sachs, quien rara vez interrumpía o regañaba a otros-
- ¿Mi estado? – pregunto Lena dando pie a que la brillante mirada de la joven se adelantara
- Desde la mañana eh visto que ha estado mareada y reclinada sobre el sofá, les hace ascos a las pequeñas galletas y solo está tomando un te concentrado de canela ... - murmuro la divertida joven mientras los rostros de sus acompañantes palidecían.
Sonrojándose Helena sabía que aquella niña tenía razón, después de todo no había comido del todo bien aquella mañana y ciertamente se sentía mareada. Pero esos síntomas tenían una amplia variedad de causas
- Amie, te eh dicho que Lady Hawthorne no está embarazada, ella ...- murmuro Lady Sachs en medio de regaños a su sobrina – ella lo sabría no crees?
- Es cierto... pero... - murmuro Amie con cierto sonrojo.
- Es cierto Amie, no estoy esperando ningún niño – afirmo Lena con cierta firmeza – para ello debería haber estado cerca del duque los últimos meses y ese no es el caso ... - susurro viendo hacia la ventana
- Pero mi Lady eh escuchado que hay casos donde no se sabe hasta 2 o 3 meses después...- refuto nuevamente la mas joven de las presentes.
- Te vuelvo a repetir, no eh estado cerca del duque en casi medio año ... - dijo Lena algo cansada del tema, una repentina migraña taladraba sus sienes
Fue cuando observo los pequeños ojos marrones de la joven apartarse con rapidez, ocultando algo que parecía saber y muy probablemente no entendía porque la duquesa lo negaba con tanto ahincó; por su lado las otras 2 damas lucían algo más calmadas, continuando con el tema de la llegada de alguien a Londres.
La mirada de la duquesa se centró en aquella pequeña conspiradora, lucia extrañamente confiada, aun cuando se tuvo que disculpar por sus últimos comentarios. Algo extraño pasaba, volviendo su vista hacia Lady Sachs la encontro gesticulando alegremente, siendo la falta de sonido lo primero que cruzo su mente antes de que todo se tornara nubloso. Un mareo parecía hundir lentamente a Helena en un oscuro y profundo sueño.
