Entre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio.
Lachlan, duqu...
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Baile de los Briggs – Lunes 06 de abril de 1824
Entrando rápidamente en aquella biblioteca, apenas iluminada, cerró la puerta de inmediato. Su corazón palpito rápidamente, mientras trataba de disipar la ansiedad en su cuerpo y aclarar sus llorosos ojos; observando aquellos guantes negros que contrastaban con el escarlata de su vestido, no podía entrar así, sabía que la destruirían apenas ingresara.
- Oh dios, estoy perdida ...- farfullo dirigiéndose rápidamente hacia la ventana de aquel lugar – esas rapaces me van a comer viva ...
- Probablemente ...- dijo una voz desde los muebles
Instintivamente protegió su espalda contra los ventanales, buscando con la vista sin realmente encontrar a nadie, su mala visión y aquella oscuridad no ayudaban demasiado; cuando una robusta silueta se levantó de entre los sillones. Contemplándose uno al otro con cierto recelo la joven murmuro.
- Perdone mi lord – dijo rápidamente recuperando cierto control de si misma– solo quería un respiro ...
- Un respiro antes de entrar? – murmuro altivamente, mientras se sentaba perezosamente en el sillón e inclinándose sobre el respaldo de este la vio con curiosidad.
Mientras los ojos de la joven se adecuaban a la oscuridad, la única vela que iluminaba tenuemente el lugar la ayudaban de cierta forma a adaptarse
- No era mi intensión interrumpir su ... descanso
- Tranquila, tu interrupción detuvo mi aburrimiento ...- respondió con detenimiento intentando reconocer el rostro de la dama
Levantándose de forma somnolienta, recogiendo su saco aun lado del sillón, escucho como la joven que aún seguía retrocediendo hasta chocar con una silla cercana; cuando las nubes del cielo despejaron el astro menor, permitiendo a su luz penetrar por las altas ventanas, llamando la atención de los dos, contemplando la gran y perfecta Luna azul en medio del nublado cielo Londinense.
Al acercarse unos pasos hacia los ventanales, la luz ilumino sus rasgos lentamente, revelando un despeinado y rebelde cabello platinado como la misma luna, pero lo que más la sorprendió fueron aquellos profundos ojos azules, como las profundidades de un lago escoces.
En su mente pensó que aquella imagen debería ser la misma que muchas víctimas de los Kelpies veían antes de ser hundidas en las profundidades de las tierras altas en el norte. Nanny le había contado incontables historias sobre férreas criaturas, con forma de caballos fantasmales, que se veían tan bellas como la luna o azabaches como la noche; permitían que vieras el cielo montado en su lomo, pero al descender se llevarían tu vida sin más remedio, hasta que murieras ahogado o devorado en la profundidad de los misteriosos lagos de las highlands escocesas.
Su voz ronca parecía poder embelesar como la más terrible de aquellas criaturas de mito, murmurando:
- ... curioso ... pero no logro entender como una joven y bella dama tendría algún problema al ingresar a un baile lleno de sus pares...- murmuro con algo de desprecio
