Junio de 1824
Las semanas habían avanzado. Los bailes, reuniones y recepciones habían incrementado de forma exponencial, muchas de las anfitrionas adoraban a las risueñas estadounidenses que consigo arrastraban incontables pretendientes.
Entre las adoradas de la temporada estaba Odette, quien se había abierto paso en la sociedad con su carismática actitud, aunque el patrocinio de Lady Amelia había influido en que la aceptaran con mayor facilidad.
Las cosas habían cambiado demasiado en los 2 meses que Lena se ausento de la capital, entre ellas estaban las constantes visitas de Lady Rawson a ver cómo iban los invernaderos; entre pequeñas charlas o simples cartas la anciana mujer parecía ver futuro en Lena, un espíritu que debía ser alimentado, por lo que le pidió regresar a Londres lo más pronto posible.
La afable joven no tenía ni los recursos o el ánimo para volver, la decadencia de su familia no solo era económica, sino de prestigio, por lo que ir a la capital sería un desperdicio. La marquesa Rawson poco a poco la socavo hasta por fin llevarla, con un plan en concreto.
A veces las cosas cambiaban con demasiada prisa y estaba cansada de ser una mártir en aquella puesta en escena.
En aquella clara y bella noche en medio de los jardines de los Rawson, Lena bajo su mirada mostrando una cándida sonrisa y sumisión, mientras sentía acercarse al hombre hacia ella, riendo salió dando rápidos pasitos por el pasto de aquel laberinto de setos. Deteniéndose espero al sujeto, lentamente sonrió con aquella inocente y nerviosa sonrisa, a lo que Lord Morforth simplemente se acercó con presunción, hacia un arco de rosas donde se refugiaba la picara.
El hombre sonreía sintiendo la anticipación y viendo como por fin la joven se había rendido, su estatus era mayor y razonando había venido a pedir por su apoyo, comprendiendo que era mejor entregarse a lo inevitable. Negando con la cabeza la joven susurro:
- No, debes cerrar los ojos- dijo riendo con cierta vergüenza, aceptando la petición de la joven, el hombre cerro los ojos y escuchando la lejana música del baile sobre los movimientos de Helena, planeando con demasiada evidencia atrapar a la picará apenas se acercará a él.
Mas lo único que sintió, cuando ella se acercó, fue el salado sabor a sangre en su mandíbula y el ciego dolor, confundido, desconcertado y adolorido caía de lado sobre el mullido pasto; al abrir los ojos en el piso lo único que vio fue como un palo de metal con una punta redondeada, con una extraña y dolorosa forma de huevo al final, lo golpeaba en la nariz dejándolo mareado y confundido.
- Tu maldita perra...- escupió el sujeto
- Mi lord – dijo la joven, mientras volvía a golpear el estómago del hombre – supongo que le sorprende ver mi indumentaria, después de todo no la percibió ... - dijo sonriendo con entusiasmo- fue un pequeño obsequio de lady Shephard, creo que dijo que era para jugar al golf o algo así ... - murmuro con diversión, golpeando una vez más al mareado y adolorido sujeto, volvió a decir con cierto placer-... pero para mis fines sirven de maravilla... - el hombre apenas pensaba en que había hecho ayer, como para recordar que había intentado atrapar a dicha Lady.
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Atrapada por el duque (Completa )
Historical FictionEntre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio. Lachlan, duqu...