Entre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio.
Lachlan, duqu...
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Finales de Junio de 1824
La tarde había avanzado llena de actividades y salidas, Helena quien apenas se había sentado sobre el mullido sillón en la sala de té de su tía, encontró una página del periódico, escondida tras los cojines; riendo lo abrió, ya que su tía era muy mala escondiendo cosas, pero al tomarlo y leer la página en que se había quedado encontró los obituarios.
Su semblante cambio cuando encontró ese nombre dentro de aquellas casillas en medio de los obituarios. Por un momento su corazón sintió cierto alivio, al saber que un ser tan cruel como ese había desaparecido de este mundo, pero por otro lado supo que no podía ser coincidencia.
Dejándolo en donde lo encontró, presintió que algo andaba mal, seguramente alguien podría descubrir lo que le hizo ella hacia apenas un par de semanas, aunque la única persona que pudo haberla visto sería el duque o los lacayos.
¿Y si el duque se lo contaba a alguien?
No, era poco probable.
Negando, salió de su casa rumbo a una cena en la mansión de Lady Hawks, una mujer especialmente exigente respecto a la puntualidad, suspirando siguió pensando en lo recién descubierto.
- Lena? - murmuro Odette, viéndola desconcentrada, le sonrió con amabilidad - luces preocupada, tranquila la cena de hoy es en el interior...
- La cena?
- Sí, por la lluvia...- murmuro su amiga, abriendo la ventana y mostrando las leves gotas en el cristal
- Cierto ...
Lanzando un suspiro cansado Odette parecía nerviosa y algo enojada
- Estás pensando en ese grosero, ¿verdad? - reclamo la rubia con un pequeño mojin en los labios- luces preocupada por ese sujeto... ese bendito duque...
- No precisamente...- dijo Helena sonriendo - es solo que...
- No eres la única que cree que el duque mato a Lord Morforth- declaro la joven.
Sorprendida la castaña se irguió, sin entender la respuesta de su amiga
- A que ... Porque Lord Hawthorne lo querría muerto? – pregunto algo confundida.
- Al parecer lo vieron discutir con "Lord Hawthorne" varias veces- dijo con algo de cisaña- además la semana pasada el duque no estaba en Londres... adivina donde estaba??
- Donde? - pregunto curiosa, mientras Odette disfrutaba con morbosidad del chisme
- En Cardiff...- dijo riendo, acercándose a la castaña le murmuro- y Morforth en Somerset, visitando a su tía...
- pero...
- no lo ves? Ambos quedan a menos de un día de distancia- murmuro su intrigante amiga- cuando el duque solo viaja entre sus tierras y Londres...- mascullo con cizaña - a nadie le parece una coincidencia, además se sabe que el duque persiguió hasta asesinar a quien le hizo esa cicatriz...
Viéndola en silencio, Lena se intereso en las palabras de su amiga, quien a pesar de haber llegado a la casa de los Hawks no había parado de hablar sobre el candente tema.
- Su ex amante y su esposo huyeron a Italia, pero el murió en el camino...Es demasiado sospecho que todo aquel que lo enfrenta en público termina muriendo...
- Entonces ...
- Las malas lenguas han rondado por todo Londres, no esperaba que llegaran tan rápido las noticias... pero se dice que le retiraron la invitación a Almack's y casi todos los bailes... - con aquella ultima declaracion Odette se veia complacida de transmitir lo que sabia.
Como si aquel chisme fuese algun tipo de bomba que debia pasar antes de que explotara en ella.
Aquella noche Lena no pudo disfrutar de la comida y mucho menos del baile, aunque su mente parecía disfrutar atormentarla, retirándose temprano hizo que él cochero se desviara hacia la plaza Grosvenor.
En el camino siguió con aquella idea en la cabeza, si realmente él lo había hecho y si lo intentaban encarcelar, el primer chivo expiatorio que encontraría seria a ella; aun si no creía que la pudieran acusar de algo, sabia por experiencia que un hombre desesperado era capaz de cualquier cosa, por lo que debía confirmarlo y después tomar una decisión. Pronto el carruaje se detuvo en medio de la lluvia frente a las rejas de aquella gigantesca mansión.
