15 de julio 1827
La ataviada oficina en park Lane revitalizaba sus ánimos casi siempre, pero aquel día Lachlan solo tenía dolores de cabeza. Las embarcaciones de Lena seguían atascadas en puerto y pronto la restricción se expandió a otros navíos para disipar la atención sobre aquella estúpida ley con nombre propio.
Sus abogados, hombres sumamente eficientes, pero con la limitación de no poder más que apelar a lo ya escrito en la legislación, parecían atados de manos, por lo que tuvo que ir a hablar con un par de jueces en persona.
Las cosas se resolvieron relativamente fácil desde ahí, pero había alguien que parecía querer darle algún tipo de advertencia con aquella demostración de poder. Enfadado con aquel pelafustán que se atrevió a retarlo empezó a mover ciertas influencias en el mas allá, para ser mas precisos en el bajo Londres. Estaba seguro que para dentro de 2 días tendría un nombre.
Solo necesitaba un nombre, solo eso y el gusano que se atrevía a retarlo lo lamentaría.
Necesitaba terminar estos pequeños juegos lo mas pronto posible. La hematita americana debería llegar en los próximos meses y el transporte a través del país sería complicado, pero necesitaba posicionarse en puntos estratégicos, después de todo había invertido demasiado en la empresa ferroviaria y lo único que se necesitaba para iniciar la producción de acero era la llegada de estas embarcaciones. No podía darse el lujo de jugar al gato y al ratón con un insensato Lord.
Regresando a Wheterbys Hall vio escondida una de las sirvientas de Lena, escondida tras una farola leyendo un pequeño panfleto, siendo lo más discreta posible. Observo como esta parecía atenta a las personas que pasaban frente a las rejas de su casa.
Al verlo la joven aparto la mirada y salió corriendo como alma que lleva el diablo. Frunciendo el ceño, supo que algo debía estar yendo mal, pero no tenía ni el tiempo ni el ánimo de discutir con Lena. Probablemente ella vendría si realmente lo necesitaba, de otra forma simplemente estaría estorbándole y terminaría por ser regañado por su agradecida esposa.
Suspirando pensó en sus pendientes antes de partir de Inglaterra. Primero incrementar el número de protección que mantenía sobre Ravenwood y el de Lena, después debía revisar los últimos reportes de su contacto en las Indias orientales, por último, debía encargarse de los preparativos con las fundidoras para la llegada del mecánico suizo que construiría el mecanismo de la nueva fábrica.
El sol ya empezaba a caer y él venía a pie por un lugar concurrido, por lo que no noto que hubiera algo mal, no hasta que escucho el disparo y segundos después sintió arder su costado izquierdo. Su mano cubrió la herida sin poder creerlo, volteando lo más rápido posible, su cuerpo se encorvo por el dolor que le causo el movimiento.
Un par de gritos se escucharon cerca, su mente busco con agilidad alrededor de la calle, cuando un hombre se acercó con rapidez a él. La mente de Lachlan parecía perdida al verlo llegar y apuntar hacia su rostro; temblando frente al duque herido y quitando el seguro de la recamara del arma tenia los ojos llorosos, el hombre herido escucho el aterrado grito de una mujer tras el, todo sucedía tan rápido que antes de notarlo solo podía ver el extraño gris de los ojos del hombre armado, sintiendo que ello era la única señal que podría traer la muerte.
Solo un disparo se escuchó en la calle y el cuerpoinerte cayó al suelo.
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Atrapada por el duque (Completa )
Historical FictionEntre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio. Lachlan, duqu...