Episodio 9: Obliviate(2)

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Abril de 1827

Un fuerte dolor de cabeza se instalo en la duquesa el resto de la noche. Helena salió de la mansión de la difunta marquesa durante la madrugada, enviada a su casa a descansar y emprender el viaje al día siguiente para el sepelio fuera de Londres.

Sin realmente poder dormir al llegar a la Wheterbys hall se quedó viendo a la nada, recostada sobre un largo sillón en medio de la biblioteca, ya que su cuarto siempre se había sentido tan frígido y lleno de fantasmas, solo trato de dormitar en aquella fúnebre noche.

Su mente se había enfrascado en como una persona se podía volver tan importante y después simplemente ya no estaba, como si todo regresara a una normalidad distinta. La primera vez que había perdido a una persona había sido a los cortos 10 años, ahora perdía a alguien que no sabía que amaba tanto como a una madre.

Sujetaba contra su pecho un grueso paquete de cartas que había intercambiado con Lady Noelle a lo largo de estos años. Cartas que habían guiado su vida hasta ese momento, apartando la amargura y cubriéndola con su ayuda, experiencia y anécdotas; aquellos consejos, la habían fortalecido, cuando todas le decían que confiara en su posición y se aferrara al titulo, su adorada Lady Rawson le había entregado la sabiduría, razón y perspectiva.

"El desamor no es la muerte del ser, es el olvido de uno mismo."

"Como podía esperar querer a alguien si se había olvidado de lo que ella era. Un ser independiente y voraz. "

La influencia que ahora ejercía sobre todo el dominio de Galstworth, no era dado por el linaje, sino por las políticas de manejo de las tierras que habían sido descuidadas durante décadas. Si bien atraes más moscas con miel que con hiel, ella había optado por formar lealtad a su nombre, no al de la familia.

Apretando las cartas contra su pecho, sintió como las lágrimas llegaban a ella, cansada y solitaria.

.....

Acomodándose junto a ella, acaricio su cabello, mientras la dejaba descansar sobre su regazo. Lachlan la observaba en silencio, viendo como las lágrimas habían empezado a ceder y la habían mantenido en un estado de adormilamiento.

Cuando por fin estuvo tranquila le extendió un vaso de whisky, tomándolo con algo de reticencia, vio como el cuerpo de la joven se calentaba y sonrojaba.

- Ella me habría prohibido recibir algo de ti ... - susurro apartando el cristal de sus labios resecos. Sin realmente saber cuando había entrado o llegado Lachlan, simplemente no tenia fuerzas para apartarlo o preocuparse por su presencia ahi.

Imitando su sonrisa nostálgica Lachlan vio el vaso, recordando como la anciana mujer Rawson le había lanzado un vaso idéntico por el rostro, al enterarse como había decepcionado a Helena.

- Debe tener la peor de las intenciones... - murmuro Lachlan, imitando la aguda y severa voz de la marquesa.

- Definitivamente ...- asintió Lena, mientras reía y bebía otro trago- "nunca subas a su carruaje, puede desprestigiar a cualquier joven en menos de media vuelta a Hide Park- dijo imitando la voz de la mujer

- Debo diferir ahí, y de esto tienes pruebas que tardo un poco más que eso

- Lo confirmo – riendo ya mas animada levanto el vaso asintiendo.

Suspirando se quedó en silencio viendo la chimenea, sentía el cuerpo helado aun cuando todo el lugar estaba lleno de calor que irradiaban los leños.

- Ella era grandiosa ...

- La mejor de todas.

Asintiendo cubrió sus hombros con su brazo, atrayéndola a que descansara sobre su pecho.

- Ella me ofreció... me dio más cosas de las que nunca podre agradecerle...

- Te quería mucho, por lo que no esperaba que le devolvieras nada- susurro Lachlan contra su cabello – Si deseas hacer algo por ella, solo vive como ella te mostro...

En silencio ella sintió como su corazón se iluminaba ante una respuesta inesperada, después de todo Lachlan no tenia idea de cual era el significado que le decía.

La venganza es para el poderoso, pero ejecutarla solo es posible para el despojado.

Su mas profunda enseñanza y el mas tierno recuerdo que tenia de ella era pidiéndole un pequeño favor. La primera vez que la ayudo se sintió revitalizada y poderosa, mostrándole un nuevo camino.

Lena levanto su rostro, buscando aquellos ojos malva, él cerraba los ojos mientras respiraba el aroma a cardamomo y madera, se veía afectado por ella, su respiración se hizo profunda y su voz parecía sonar ronca; al abrir los ojos la vio contemplándolo, apartando sus emociones endureció sus rasgos, levantándose del mueble y se apartó de ella.

- Debes estar cansada...- murmuro Lachlan besando suavemente la frente de la castaña- pediré que te suban un poco de té caliente ...

- Quédate ...- susurro Lena, viendo el cansado y letárgico rostro de Lachlan, después de todo ella no había sido la única protegida de Lady Noelle.

Aun si Lachlan no lo reconocía, había llegado apreciar a la anciana arpía. Por ello negando, retrocedió, apoyándose contra el alfeizar de la chimenea, tomo un trago del vaso que había dejado ahí.

- Descansaras mejor en tu habitación ... - murmuro viendo el vaso vacío

Sonriendo levemente, Lena aparto las mantas que cubría sus piernas, caminando descalza se abrazo a la espalda de Lachlan. Temblando y estremeciéndose se reclino sobre él

- No soy la bestia que crees que soy ... - mascullo riendo con amargura – no me aprovechare de tu estado...

- Tú también estas de duelo ... - murmuro apartándose y al notar que él no la miraba se paró delante del duque - No te pedía que te quedaras para eso ... - dijo acercándose a él y reclinándose sobre su pecho.

- Pero tampoco confió en mi para no cumplir con tus expectativas – susurro casi para si mismo, hipnotizado por aquella mirada perdida e inocente que siempre mostraba Helena.

- No debería, pero confió en ti ... por hoy- respondió con lentitud

Respirando su aroma a madera y cardamomo, sintiendo sus duros músculos contra sus manos, pudo comprobar como el deseo era más fuerte que la culpa o la pena, era como un consuelo a un alma dolida y un bálsamo al cuerpo cansado.

Sus labios pasaron suavemente por el cuello de Lena, mientras Lachlan acariciaba con suavidad su cintura, hundiendo sus manos en ella retrocedieron hacia el sillón donde la deposito con gentileza.

Lena deseaba con todas sus fuerzas que la apretara contra su cuerpo, aferrándose a sus hombros, sintió una cálida sensación en su pecho mientras la besaba; su cuerpo cubriéndola y sus ojos solo viéndola, esperándola y deseándola, recostándose sobre ella apoyo su frente contra la suya

- Es suficiente ...- susurro con voz ronca

- Lan ... - murmuro contra sus labios, mientras jugaba con sus ondulados cabellos – Oh Lan ... - susurró casi en un ruego

Su conciencia adormecida por aquellas palabras y su cuerpo cansado de la lejanía se rindieron, tomándola. Termino en sus labios carmesí y mordió con lentitud su carne, extrayendo suspiros suaves de la castaña.

Ella había envuelto sus piernas alrededor de él, meciéndose acercándolo a ella, la tomo entre sus brazos sintiendo como ella se retorcía, dejando atrás toda razón o lógica; su ropa había desaparecido entre las caricias y los besos, los gimoteos habían llenado el lugar, hundiéndose en Lena con suavidad.

Los gemidos de la joven contra el aliento y jadeos de Lachlan dejaban un ambiente lleno de pasión y desesperación, se aferraban el uno al otro en medio de un mar de sensaciones prohibidas. Aceptando perderse en medio de aquella ola de miedo, se hundieron juntos, llegando al clímax en medio de las caricias del otro. 

Atrapada por el duque (Completa )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora