Episodio 21: Cartas a Catherina.

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16 de julio 1827

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16 de julio 1827

Wheterbys Hall, 11:00 pm

Concentrado en los papeles frente a él, el duque contemplo con el ceño fruncido el resultado de sus investigaciones. Los agentes de la policía solo habían ido para tomar su declaración y hacer algún tipo de corroboración que lo sucedido con su esposa no tenía nada que ver con el atentado, aun cuando seguían la pista correcta, Lachlan los echo aduciendo que su esposa solo estaba mal por el pescado que comió. Suspirando masajeo el puente de la nariz con cansancio, sus ojos aun ardían y su cabeza parecía dispersa.

Cuando la puerta de su estudio se abrió con rapidez, mientras un enojado Methos entraba con rapidez, sin algún aviso dejo caer un pequeño cumulo de cartas sobre la mesa del rubio.

- Creíste que no me iba enterar? – encaro al hombre, notablemente enojado y cansado- son todas las cartas que encontré, pero me puedes explicar porque esto estaba en poder de Catherina?

- Solo siéntate... - mascullo el duque levantándose con poco entusiasmo, acercándose a servir un par de copas para ambos – lo descubrí recientemente, no tengo la menor idea de cómo encontró a esos sujetos esa bendita ardilla que tienes por esposa, pero cuando me entere no pude hacer más que ayudarla ...

Tomando el vaso de whisky que le ofreció Lachlan, el conde Reilish se veía atormentado y ciertamente pasmado. Llevaban años intentando olvidar su pasado, pero simplemente parecía imposible

Era Methos en parte responsable que esa organización de contrabandistas intentase acabar con ellos. Ya casi 12 años desde que había huido a Francia tras enterarse que Lachlan y Catherina se casarían; allá la guerra había terminado y gracias a ello la monarquía se restituyo, dando pie a un periodo austero, pero lleno de oportunidades de progresar sin necesidad de un título. Una idea atractiva para un bastardo sin nombre como él, pero con algunos contactos que podía usar.

Con su adusta educación en la casa del conde Reilish y la que pudo obtener a través de Lachlan o Catherina, empezó a trabajar como asistente de una oficina contable en Paris, una clara fachada para el verdadero negocio del contrabando de licores y demás, sin irle mal progreso rápidamente. Cuando tras 1 año de su partida, su caprichosa futura esposa lo encontró con facilidad, logrando vivir con seguridad en aquel país destrozado por la guerra.

Mientras ellos lograban lo que soñaron fue Lachlan quien obtuvo la peor parte, al seguirlos a Paris llego sin título, dinero o contactos. Ni siquiera Methos sabia como había llegado a enredarse con aquella banda criminal, solo encontrándolo en una pelea clandestina en el IX distrito, junto a uno de los organizadores.

No lo había visto desde hace 3 años en ese entonces, pero podía notar que había llegado ahí tras arrastrase por sus propias manos y labrarse un nombre entre los maleantes al sur del Sena.

- Porque seguimos lidiando con lo mismo desde hace años ... - mascullo Lord Reilish tomando de dos bocados el líquido ámbar de su vaso- es la mierda de nunca acabar ... - suspiro con resignación.

Ambos hombres se veían con el rostro sombrío y llenos de una lúgubre aura. Hacía años que venían resolviendo grandes y pequeños inconvenientes con su pasado en Francia, pero cuando tapaban un hoyo aparecía una grieta.

Habían huido de Paris para recuperar sus vidas, Lachlan había sido casi asesinado a golpes por los que alguna vez llamo amigos y tuvo que regresar a Inglaterra, pero estos nunca parecían darse por vencidos. Aun creían que era él quien los delato con un gran embarque de armas disfrazadas en Brandy u Opio provenientes de América, y aunque era cierto, parecían estar más enojados por saber que Lachlan era un Lord Ingles que por la pérdida a manos de las autoridades.

Ahora todo estaba consumado y no tenían más opción que eliminarlos hasta la raíz. Necesitaba terminar con ellos, aun cuando sus problemas no terminaban ahí, sería un buen comienzo para encontrar algo de paz.

- Lena fue envenenada ...- dijo Lachlan con la mirada perdida sobre el paquete de cartas en su escritorio – y ambos sabemos que fue culpa mía... me acerque demasiado últimamente ...

- Lan ... no cuestionare tus métodos, pero sabemos que iba a pasar tarde o temprano ...

- Pero curiosamente paso cuando empiezo acercarme a ella – rio con amargura

- Como una advertencia... - contesto Methos, terminando de un trago el vaso de licor - no busca matarte, solo quiere verte sufrir... Ruve, ese hijo de p*ta ...

Frunciendo el ceño, vio al rubio lanzar el vaso de cristal contra la pared, haciendo que este se rompiera en mil pedazos. Lachlan estaba frustrado, realmente había esperado poder terminar con todo ello en su próximo viaje por Europa, pero ahora también debía cuidarse del idiota que intentaba joder sus negocios en el país.

- Igual que siempre ... - lamentándose el duque se apoyó contra el escritorio cansado – debemos volver a cazar a esas ratas ...

- Bien, supongo que debemos volver a buscar – viendo a Lachlan asentir, Methos se levantó y dándole una palmada en el hombro murmuro – mantente alejado de ella hasta entonces ...

- Lo se... 

Atrapada por el duque (Completa )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora