El estudio se llenó de ansiedad, mientras ambos esperaban impacientes que el carruaje llegara. Ambos con simples prendas de campo, nada muy elaborado, ya que al mismo estilo que Lachlan, su hermano menor había decido adelantar su regreso y tomarlos por sorpresa; solo siendo comunicados de su regreso, porque se había instalado en una taberna del pueblo, antes de que un criado de esta viniera avisar.
Levantándose Lena se acercó al librero y pasando los dedos por uno de los gruesos tomos trato de distraerse leyendo un poco, muy por el contrario, solo consiguió sentir más ansiedad. Saliendo de la biblioteca se dirigió a la cocina del lugar, a ver cómo iban los preparativos de la apresurada cena.
El tic tac del reloj avanzaba lentamente y Lachlan contemplaba la ventana, mientras el sol se ponía en el ocaso. Cuando un jinete se acercaba a paso moderado hacia la residencia. Apresuradamente corrió hacia la puerta, pero por un momento la duda de que sería lo que encontraría tras esta lo paralizo.
Habían pasado casi 5 años desde la última vez que lo había visto, incluso entonces habían discutido. Él se había emergido en un encierro tras la muerte de su padre y las cicatrices de su rostro lo atormentaban; todo sucedió el mismo año, tan rápido y lleno de soledad, su hermano cansado de la presión se embarcó rumbo al sur de América.
Todo era tan gris hasta la llegada de Helena, si bien al inicio lo lleno con una paz y placer que solo se podría conocer en la epifanía de un sueño, hasta tenerla entre sus brazos no creyó que hubiera sosiego para los desterrados. Mas a los pocos meses después, descubrió que tenía la misma habilidad para someterlo al más irrisible caos.
Al final la puerta se abrió sola, revelando como un espejo a su hermano, más moreno y cansado, pero era el rostro que había perdido hacia años a manos del fuego. Habían nacido de la muerte y eso los había mantenido juntos por décadas, creyó que los años de separación podría romper aquel apego, pero al verlo supo que por cansados y llenos de cambios, sus vidas siempre estarían unidas.
Riendo se abrazaron, apenas pregunto por lo que le sucedió, antes de que Ethan empezara a hablar; como ya era costumbre, el menor de los hermanos siempre había sido el más charlatán, se apresuró en hablar de su travesía por una isla americana donde quedó varado a la suerte de Dios, siendo rescatado por una nave francesa que bordeaba las costas.
- Escuche muchos rumores sobre tu flamante esposa y de todos ellos el que más me sorprendió fue que no era nuestra querida ardilla - dijo sardónico, mientras molestaba a su hermano
- Es complicado – respondió Lachlan apartándose hacia la ventana, la noche ya estaba entrando en cause.
- Pensé que te casarías con Catherina ...- susurro Ethan algo meditabundo, mientras tomaba un trago
- Lo mismo pensé yo, pero ella si supo elegir– respondió una mujer desde la puerta ahora abierta, la aterciopelada voz de la castaña de embriagantes ojos verdes acercándose pareció aturdirlo por sus cínicas palabras
- Una joven con suerte ...- mascullo el encantador visitante con una sonrisa ligera de medio lado
- Una mujer inteligente...– dijo una sonriente Lena, con una mirada desafiante y un cinismo que no abandonaba su rostro en ningún momento- un gusto Ethan... Soy Elena Marsden, últimamente Hawthorne
Extendiendo su mano, espero altiva a que el recién llegado la tomara, con perfectos modales este se inclinó y deposito un suave beso sobre su el guante.
- Realmente un placer – contesto el rubio, con sumo respeto- una dama muy única debo decir- murmuro, volteándose hacia su hermano
- No sé si única, pero definitivamente algo excéntrica – farfullo la orgullosa mujer – ya te acostumbraras...
- Eso es verdad, tiende a perder más zapatos que la compostura...-afirmo Lachlan mientras se alejaba de la ventana y tomaba asiento en uno de los sillones cerca al fuego.
- Una dama única – sonrió Ethan con diversión – debo decir que disfrutare ampliamente mis visitas
- Todo Hawthorne si esta por la zona debe quedarse aquí, y no aceptare un no por respuesta- advirtió Lachlan con cierto autoritarismo, un habito que el duque no perdía desde sus años de infancia, y que desagradaba tanto a su hermano como a su esposa
- Aunque es extraño, debo concordar con tu arrogante hermano- sonrió Lena hacia el carismático sujeto, mientras se servía un vaso de whisky- insisto en que te quedes aquí, la monotonía de este lugar se desborda de mis manos...
Sonriendo la mujer se acomodó en el mismo sillón que Lachlan, descansando apoyada contra el respaldo
- Talvez parezca frívola mi petición, pero realmente deseamos mucho que nos acompañes unas semanas, claro, si tienes ese tiempo libre en tu calendario – murmuro la castaña, mientras tomaba un poco de whisky
La mirada del duque se centró en el vaso que tenía su esposa, confirmando las sospechas al visitante; ahí más que un hogar había una guerra, una de la que no sería parte, pero de la que gustoso sería un activo espectador, después de todo hacía años que el mayor de los Hawthorne no presentaba tan buen contrincante.
De buen talante Ethan observo como la duquesa dejaba a un lado el vaso, el lado opuesto del asiento de su esposo, y se relajaba complacientemente.
- Supongo que debes estar cansado, le informe a la Sra. Perry que preparase tu antigua habitación- anuncio Helena, mientras parecía analizarlo de la misma forma en que él lo hacía- ya debe estar lista
- Gracias, iré a cambiarme y bajare para la cena – informó, mientras veía que su silencioso hermano había dejado de observarlos y se concentraba en los leños
Apenas cerró la puerta escucho los susurros tras él, la aterciopelada voz de la duquesa parecía rápida y llena de preguntas. Suspirando Ethan se sintió tenso, había demasiado que hacer y tan poco tiempo, por lo que debía partir a Londres cuanto antes.
Por muy curiosa la situacion que sea, el tiempo apremiaba.
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Atrapada por el duque (Completa )
Historical FictionEntre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio. Lachlan, duqu...