Entre el presente y el pasado, la duquesa de Hawthorne se ha decidido por un final idilico para su matrimonio. Cansada y llena de resentimiento busca solucionar de forma definitiva la situacion entre ellos, es la muerte o el divorcio.
Lachlan, duqu...
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1 de agosto 1827
El correo acumulado a primera hora de la mañana recibió a Lachlan dentro de aquella oficina en la calle Lane. Sin un secretario, el lugar era un desastre, aun mas ahora que el lugar parecía haber sido invadido por Ethan.
Tirado sobre el sofá, el menor de los Hawthorne bebió todo el Bourbon que encontró en sus arcas. Ignorando al hombre sumido en su miseria, el duque empezaba a revisar las cartas, cuando encontró una pequeña con refinada letra y lacrada con una ramita de romero.
Levantando una ceja con curiosidad la abrió, solo encontró las disculpas de Amelia Bladell, la pequeña conspiradora. Sin mucho que esta pudiera hacer parecía decidida a juntarlo con la duquesa, contándole a Lachlan de los planes de su esposa o los lugares donde estaría, había sido de ayuda, aun cuando ahora todo parecía cada vez más oscuro, era probable que necesitará de la ayuda de esta para arreglar las cosas con Lena, claro si había algún arreglo.
- Que gran momento... - farfullo Ethan, tan ebrio como adormilado – dejando a sus mujeres tener amantes, engañando a pobres picaros inocentes – rio rápidamente
- Solo ve a tu departamento... - mascullo Lachlan, mientras veía despabilar a su hermano
- Supongo que de verdad no la quieres ni un poco...- respondió su gemelo – la dejas tener un amante bajo tu propio techo JA, el serio y formal duque dejando que alguien mas se ocupe de sus tareas... que gran novedad¡- mascullo con desprecio
- Si tratas de iniciar una pelea conmigo no lo lograras...- murmuro Lachlan ordenando su correspondencia
- Entonces simplemente te harás de la vista gorda, mientras no forniquen en tus narices? – se burlo Ethan, demasiado ebrio para medir sus palabras- o realmente tienes la esperanza que no lo haya echo en tu cama
Parando de leer la mirada de Lachlan se oscureció y vio al despechado hombre, apenas y levantando la mirada de sus papeles
- Si quieres una pelea, busca a Maxwell, porque te aseguro que no tengo la menor intención de darte una surra a esta edad – gruño volviendo a leer los documentos y susurrando – aunque te la merezcas...
- JAJA hipócrita egoísta- escupió Ethan – no puedes tenerla cerca y dejas que otros hagan tu trabajo... ahora dirás que el tiempo o la distancia? Solo son malditas excusas, estoy seguro que ni siquiera la madame con mayor tolerancia podría echar un polvo con alguien con tu cara...
Lachlan no podía negar que ese había sido un golpe bajo, pero aun así no podía discutir la verdad en sus palabras, después de todo su esposa había sido casi una santa al aceptarlo de vez en cuanto. Soportando su desfigurado rostro y cuerpo.
- En eso tienes razón, pero supongo que debes saberlo mejor que yo, ya que reflejo como tu te ves por dentro...- escupió Lachlan, mientras dejaba ir un suspiro – Helena no merecía ver a un engendro como yo cada noche atormentándola...
Escuchando como aquella imitación beoda y llena de rabia por fin se calló, Lachlan continuo con sus asuntos sin prestar atención a las incoherencias
- Quien diría que terminaríamos cambiando de posición después de la muerte de padre... ahora soy yo el irresponsable y tú el perfecto noble...
- Aun somos jóvenes – respondió el duque, sin darle importancia las palabras de su hermano – Pronto tú y Helena entraran en razón ...- murmuro deseando que fuese cierto.
Una estrepitosa risa escapo de Ethan quien se sentó rápidamente, hablando con una rasposa voz poco después.
- ¿Razón? hahahaha que tiene la razón que ver aquí?¡- exclamo levantando una botella de whisky a medio terminar – nunca entendiste razón alguna y ahora te apegas a su lógica?
Empinando la botella, el desastre de los Hawthorne siguió bebiendo, revolviéndose en su propio dolor. Dejando por fin a Lachlan concentrarse en la bendita correspondencia. Mas fue un golpe en la puerta lo hizo volver a salir de sus quehaceres. El duque se levantó con cierta molestia a abrir la puerta cuando Lord Reilish ingreso a su oficina cansando y con gotas de sudor en du frente.
Lachlan desconcertado por el estado de Methos y su abrupta interrupción lo recibió, ignorando a Ethan quien parecía el menor de sus problemas en ese momento.
